E-Pack Se anuncia un romance abril 2021. Varias Autoras

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espanto que reflejaron sus ojos no pudo alterar los músculos químicamente paralizados de su rostro, pero por su expresión, parecía haber inhalado algo pestilente.

      –Si Flynn te importa algo, volverás al lugar que te corresponde y dejarás que él sea feliz con Denise. Él la quiere –repitió–, y los planes de boda ya están en marcha.

      El dardo se clavó de lleno en su objetivo.

      «No dejes que te afecte».

      –Y si a ti te importa algo tu hijo, te guardarás tus comentarios para ti. Porque te lo advierto, Carol, si te atreves a emplear tus sucias tretas contra mí, no dudaré en contarle a Flynn lo mal que me has tratado siempre.

      –Puedes contármelo ahora –dijo Flynn desde la puerta del sótano. Renee dio un respingo y se giró con una mano en el pecho.

      –Flynn… No te había oído entrar.

      –He entrado por el sótano. Pensé que seguirías allí, examinando los planos –se acercó a ella, mirándola sin pestañear. Ni siquiera pareció advertir la presencia de Carol–. Explícame a qué te refieres con las sucias tretas de mi madre.

      Renee puso una mueca.

      –¿Cuánto tiempo llevas escuchando?

      –Lo suficiente para saber que me ocultaste algo durante nuestro matrimonio. Algo importante que vas a contarme ahora. Puedes empezar.

      Ella no era una chivata. Lo había dicho en un arrebato de bravuconería, y la mirada altiva de Carol le dijo que su suegra no la creía capaz de contar la verdad. Pero si Renee no cumplía con su amenaza, Carol volvería a pisotearla sin piedad.

      «Habla ahora o calla para siempre».

      Flynn nunca se había llevado bien con su madre, pero aun así… se trataba de su madre.

      Finalmente optó por la diplomacia.

      –Tu madre nunca aprobó nuestro matrimonio –dijo, lo cual no era ningún secreto–. Recuerda que celebramos nuestra boda en Las Vegas porque ella intentó convencerte de que no te casaras conmigo.

      –¿Fue grosera contigo?

      Renee volvió a dudar. No podía echarse atrás sin dejarse avasallar por su suegra.

      –Sí, lo fue. Y en más de una ocasión insinuó que si te quedabas en la oficina hasta tarde era porque estabas con otra mujer. Hace un momento me ha dicho que estabas enamorado de una tal Denise y que yo debía dejarte en paz para que pudieras casarte con ella.

      –¿Qué? –la expresión de Flynn no dejó lugar a dudas. Su madre mentía.

      –¿No es cierto? –se atrevió a preguntarle Renee, sólo para estar segura.

      –Pues claro que no. ¿Cómo podría hacer eso si aún estoy casado contigo? –cubrió la distancia que los separaba y, rodeándole la cintura con un brazo, la apretó contra él y la besó con una ternura tan exquisita que a Renee le flaquearon las rodillas.

      Flynn apoyó la frente en la suya y ella aspiró la embriagadora mezcla del sudor con su incomparable olor masculino. El corazón le latía desbocado.

      ¿Qué mosca le había picado?

      –Tú eres el amor de mi vida, Renee. No quiero a ninguna otra mujer –su voz y su tacto amenazaban con derretirla, pero entonces agachó la cabeza y le mordisqueó el lóbulo de la oreja–. Sígueme la corriente –le susurró.

      Ella se estremeció de excitación involuntaria, a pesar de que Flynn actuaba. Y cuando él volvió a besarla, ella le devolvió el beso. No porque él se lo hubiera ordenado, sino porque era imposible resistir la tentación.

      La situación era cada vez más delicada.

      Él se apartó lentamente y se giró amenazadoramente hacia su madre.

      –Sal de esta casa y no vuelvas nunca más. Aquí ya no eres bienvenida, madre. Y si me entero de que vuelves a acercarte a Renee, te aseguro que lo lamentarás.

      –¿Cómo puedes creer lo que dice?

      –No tengo ninguna razón para no creerla. Renee nunca me ha mentido. Tú, en cambio, tienes la costumbre de decir y hacer lo que sea para salirte con la tuya.

      –Yo no miento, Flynn –protestó Carol.

      Él la agarró del brazo y la sacó de la cocina.

      –Lo hiciste al decir que iba a casarme con Denise. Sabes muy bien que sólo salí un par de veces con ella, nada más. No voy a casarme con ella, entre otras cosas porque ya estoy casado.

      Renee oyó como abría la puerta de la calle y la cerraba con un portazo. Un momento después Flynn volvió a la cocina.

      –Gracias, Flynn.

      –¿Por qué no me lo dijiste?

      –No quería que tuvieras que elegir entre tu madre o yo.

      Él la miró fijamente.

      –Porque pensabas que tomaría partido por mi madre.

      «Sí».

      –Es tu madre.

      Ella tuvo que proteger a la suya demasiadas veces…

      –Precisamente porque es mi madre sé cómo actúa. Es una mujer amargada que intenta contagiar a todos los que la rodean. Lamento que lo hiciera contigo, pero si me lo hubieras dicho lo habría impedido sin dudarlo.

      Conmovida por su muestra de apoyo, Renee se apretó una mano contra el pecho.

      –Ya tenías bastantes preocupaciones intentando adaptarte a tu nuevo trabajo y lamentando la muerte de tu padre.

      –Esta vez tendrás que ser completamente sincera conmigo, Renee. No me conformaré con menos.

      –En ese caso, y sea para bien o para mal, tendrás la verdad –le prometió ella.

      ***

      Flynn miró fijamente los suplicantes ojos azules de Celia Taylor.

      –Por favor, Flynn, deja que lo intente con Reese Enterprises. Ya sé que otros ejecutivos de Maddox han fallado, pero yo sé cómo llegar hasta Evan Reese.

      –¿Qué te hace estar tan segura? –los hombres de Maddox Communications creían que aquella atractiva pelirroja se valía de su aspecto para conseguir nuevos clientes, pero Flynn no estaba tan seguro. Celia era muy hermosa, pero parecía demasiado inteligente como para confiar en algo tan superficial. Y aunque la belleza podía ser una gran ventaja, no bastaba para conseguir los logros profesionales de Celia.

      –He visto a Evan varias veces en los últimos meses. Tenemos una buena… relación.

      Flynn frunció el ceño. No le gustaba cómo sonaba aquello.

      –¿Va a suponer esto un conflicto

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