Repensar la antropología mexicana del siglo XXI. Pablo Castro Domingo

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Repensar la antropología mexicana del siglo XXI - Pablo Castro Domingo Biblioteca de Alteridades

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en Antropología en 18 entidades federativas: Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Veracruz y Yucatán. Del total de graduados de licenciatura 1,731 fueron de la Ciudad de México y 1,588 de otras entidades, lo que significa que un poco más de la mitad (52.2%) correspondieron a la capital del país.

      También son numerosos los graduados de maestría en Antropología. Entre 2000 y 2017 se tienen registrados 1,555 nuevos maestros en Antropología, en 22 programas ubicados en 14 entidades federativas: Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz y Yucatán. Las cinco maestrías con más egresados están ubicadas en la Ciudad de México: la de la UNAM (264), la del CIESAS Ciudad de México (212), la de Antropología Social de la ENAH (209) la de la UAM (190) y la de la Universidad Iberoamericana (138). Esas cinco maestrías concentraron casi dos terceras partes (65.1%) de los graduados de maestría. En los diferentes programas del CIESAS se graduaron 457 maestros en Antropología, que representan 29.4% del total.

      Operan en México ocho doctorados en Antropología, de los que entre 2000 y 2017 se graduaron 953 personas. La concentración geográfica es notoria: sólo hay doctorados en Antropología en cuatro entidades federativas (Ciudad de México, Jalisco, Michoacán y San Luis Potosí) y 758 de quienes obtuvieron un doctorado entre 2000 y 2017 se graduaron en cinco programas ubicados en la Ciudad de México, lo que representa 79.5% del total. La concentración institucional también es fuerte, porque 912 de los nuevos doctores (95.7% del total) se graduaron en sólo cinco instituciones: 281 en el CIESAS (154 en Occidente y 127 en la Ciudad de México), 188 en la ENAH, 181 en la UNAM, 179 en la UAM y 83 en la Universidad Iberoamericana. Las otras dos instituciones que graduaron doctores fueron el Colegio de Michoacán (32) y la Universidad de Guadalajara (9).

      Los temas que han abordado las tesis de antropología en el presente siglo presentan una diversidad enorme, lo cual es lógico, porque estamos hablando de 5,760 tesis. El Catálogo histórico de tesis en antropología social realizadas en México es un instrumento muy confiable para saber cuántas tesis de antropología se han presentado en cada año, en cada nivel y en cada institución, ya que se basa en la información proporcionada por cada uno de los programas de formación. Sin embargo, es más complejo cuantificar con exactitud los temas tratados en las tesis, porque la única información disponible es el título de la tesis. A partir del título se llenaron tres campos de la base de datos (tema, subtema y campo temático), pero esta labor de clasificación y captura la realizaron diferentes personas, en diversas etapas de la construcción del Catálogo.5 A pesar de ello, pueden destacarse algunos temas que aparecen de manera explícita en gran número de tesis, por ejemplo, religión (188), migración (177), identidades (155), género (152), espacio y territorio (135), educación (125), poder y política (122), trabajo y cultura laboral (109), medio ambiente y ecología (95), movimientos sociales (65), arte y artesanías (60), cuestiones agrícolas y agrarias (60), familia y parentesco (52). También tienen muchas menciones temas como cultura (representaciones, imaginarios, interculturalidad, rituales, mitos, patrimonio), desigualdad (pobreza, exclusión, racismo, discriminación), cuerpo, sexualidad, afectividades y emociones, antropología jurídica, violencia, agua, alimentación, salud y antropología médica, nuevas tecnologías, colonialismo, desarrollo, consumo, globalización, espacios públicos, desastres, drogas, autonomías, antropología aplicada, antropología de la antropología y un largo etcétera. Esta lista no exhaustiva muestra la pluralidad de intereses y preocupaciones de los nuevos antropólogos mexicanos.

      Los ámbitos y sectores en que se han realizado las tesis van más allá de las tradicionales comunidades indígenas y campesinas y los barrios populares urbanos. Se estudian también la industria, los museos, los servicios, las empresas, las redes sociales, las ciudades, el sector salud, el educativo, el turismo, la agricultura y ganadería, la minería, la economía informal, el deporte, las fronteras, los centros comer ciales, los medios de comunicación, las comunidades transnacio nales, las redes digitales y el ciberespacio. También son muy diversas las perspectivas teóricas que se vislumbran en los títulos de las tesis. Los sujetos de estudio son numerosos: aficionados, afrodescendientes, ancianos, antropólogos, campesinos, clase obrera, comerciantes, consumidores, discapacitados, empleadas domésticas, empresarios, estudiantes, indígenas, jóvenes, migrantes, niños, públicos, trabajadores informales, trabajadores sexuales, homosexuales, personas transgénero, entre muchos otros.

      Este periodo se caracteriza por la masificación de la profesión antropológica, no sólo en las licenciaturas, sino también en los posgrados. La antropología es una de las profesiones que tiene una mayor proporción de personas que estudian posgrados. De los 5,827 antropólogos graduados entre 2000 y 2017 más de 40% (43%) fueron de posgrado (26.7% de maestría y 16.3% de doctorado). Esta expansión notable de los graduados de maestría y doctorado, sumada al hecho de que siguen aumentado los graduados de licenciatura, es síntoma de una “crisis de éxito” de la antropología mexicana. La cantidad de antropólogos en el país ha crecido de manera exponencial, existen programas de formación en antropología en 19 de las 32 entidades federativas y se han consolidado numerosos programas de maestría y doctorado. Pero las agencias gubernamentales contratan pocos antropólogos, el empleo en el sector académico se ha estancado y pocos jóvenes egresados consiguen empleos que les permitan ganarse la vida de manera digna.

      UNA GENERACIÓN HETEROGÉNEA

      Existe una fuente muy valiosa para estudiar las características sociodemográficas y las condiciones laborales de los antropólogos mexicanos. Se trata de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México, diseñada y llevada a cabo por una comisión creada por el Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C. (CEAS), llamada Comisión Intergeneracional para el Estudio de la Práctica de la Antropología (CIEPA).6 Esta encuesta fue respondida por vía electrónica por 615 personas del 16 de enero al 31 de marzo de 2016. No se trató de una muestra representativa, las personas que respondieron la Encuesta lo hicieron por autoselección. Por tanto, no pueden hacerse inferencias estadísticas para el conjunto de los profesionales de la antropología en México, sino sólo para el sector que respondió el cuestionario. Es razonable suponer que el mecanismo de autoselección y las vías por las que se difundió la Encuesta produjeron diversos sesgos que pueden haber provocado la sobrerrepresentación de algunos sectores del gremio y la subrepresentación de otros. Quizás estén sobrerrepresentados los colegas que son socios del CEAS o cercanos a ellos. Es probable que estén sobrerrepresentados quienes trabajan en instituciones académicas o se encuentran cercanos a las redes de las mismas, mientras que es probable que estén subrepresentados quienes trabajan en otros sectores (privado, público, organizaciones de la sociedad civil, trabajadores independientes) y los que viven en entidades federativas en las que hay pocos antropólogos. Pese a esas limitaciones, la Encuesta contiene información muy rica sobre las trayectorias escolares y laborales de los antropólogos en México, así como sobre las condiciones en las que ejercen su trabajo. En otro texto analicé con cierto detalle los resultados de la Encuesta (Reygadas, 2019a), aquí sólo haré énfasis en la situación de los antropólogos más jóvenes, los que nacieron de 1977 en adelante, tenían menos de 40 años al momento de aplicarse el cuestionario y se graduaron de licenciatura a partir del año 2000, es decir, los antropólogos graduados en el presente milenio. Para una com para ción con la situación laboral de los antropólogos en otros países pueden consultarse estudios sobre Argentina (CGARA, 2016; Perelman, 2016), Brasil (Fonseca, 2016; Grossi, 2004; Lins Ribeiro y Traja no Filho, 2004) y España (CPA, 2008; Valdés, 2012).

      PRESENCIA FEMENINA MAYORITARIA

      Es sabido que la antropología en México es una profesión con presencia femenina mayoritaria, lo cual fue confirmado por la Encuesta, ya que fue respondida por 365 mujeres (59.3% del total de respuestas) y 250 hombres (40.7%). Esta preponderancia femenina es todavía mayor

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