El aprendiz de conspirador. Pío Baroja

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу El aprendiz de conspirador - Pío Baroja страница 3

Автор:
Серия:
Издательство:
El aprendiz de conspirador - Pío Baroja

Скачать книгу

LAS DOS INFLUENCIAS

       MI INFANCIA

       LA CASA

       «LOS CABALLERITOS DE AZCOITIA»

       EL COLEGIO DE VERGARA

       LA CALLE

       III. EL MADRID DE 1800

       UN BARRIO SINTETIZADOR

       LA CASA MISTERIOSA

       IV. LA ÉPOCA

       LA INQUISICIÓN Y LOS SABIOS

       LA INQUISICIÓN Y LOS ILUMINADOS

       LOS SOSTENES DEL MUNDO VIEJO

       V. LA MOJIGONA

       VI. CONSUELO ARTEAGA

       EN LA DEHESA

       LA MALA FE DE EMPARANZA

       LIBRO SÉPTIMO EL AVENTINO

       I. ETCHEPARE EL SOLITARIO

       GANISCH

       EN BAYONA

       MASÓN

       II. UN ESPAÑOL REVOLUCIONARIO

       LOS FUNDADORES DEL AVENTINO

       LAZCANO

       ALTUNA

       III. NARRACIÓN DE ETCHEPARE

       GUZMÁN

       MAGDALENA

       EL COMITÉ DE BAYONA

       IV. UNA INTRIGA EN LA ÉPOCA DEL TERROR

       MAGDALENA, ABANDONADA

       V. NUEVOS TRABAJOS DEL AVENTINO

       LOS FILADELFOS

       DE FRASSAC, ENAMORADO

       EL RAPTO

       Índice

      LAS RECOMENDACIONES DE MI TÍA ÚRSULA

      Varias veces mi tía Úrsula me habló de un pariente nuestro, intrigante y conspirador, enredador y libelista.

      Mi tía Úrsula, cuya idea acerca de la Historia era un tanto caprichosa, afirmaba que nuestro pariente había figurado en muchos enredos políticos, afirmación un tanto vaga, puesto que no sabía concretar en qué asuntos había intervenido, ni definir qué entendía por enredos políticos.

      Yo supongo que para mi tía Úrsula, tan enredo político era la Revolución francesa como la riña de dos aldeanos borrachos a la puerta de una taberna, un día de mercado.

      Aseguraba siempre mi tía, con gran convicción, que nuestro pariente era hombre de talento, despejado, esta era su palabra favorita, de mala intención, astuto y maquiavélico como pocos.

      Yo, que he tenido la preocupación de pensar en el presente y en el porvenir más que en el pasado, cosa absurda en España, en donde, por ahora, lo que menos hay es presente y porvenir, oía con indiferencia estos relatos de cosas viejas que, por mi tendencia antihistórica y antiliteraria, o por incapacidad mental, no me interesaban.

      Hace unos años, pocos días después de la muerte del ex ministro don Pedro de Leguía y Gaztulumendi, a quien se le conocía en el pueblo por Leguía Zarra, Leguía el viejo, una mañana, mi tía Úrsula, que venía de la iglesia, vestida de la cabeza hasta los pies de negro, con una cerilla enroscada, un rosario y el libro de misa en la mano, se me acercó con apresuramiento:

      —Oye, Shanti—me dijo.

      —¿Qué hay?

      —Sabes que Leguía Zarra ha dejado muchos papeles al morir.

      —No sabía nada.

      —Pues entre estos papeles están las Memorias de nuestro pariente Eugenio de Aviraneta. Pídeselas a la Joshepa Iñashi, la Cerora, que se ha quedado con las llaves de la casa, y te las dará, porque sabe dónde están.

      —Bueno;

Скачать книгу