Durará este encierro. Группа авторов

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Durará este encierro - Группа авторов

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sentimos esperanza. La esperanza de ver cómo miles, millones de muchachas y muchachos salían a las calles para ayudar a sus compañeras y compañeros a desactivar las bombas lacrimógenas que les lanzaban a mansalva. Si hasta entonces algunos la señalaban como una generación ensimismada, indiferente, toda duda quedó despejada; en las redes mostraron su indignación y se organizaron; en las calles lucharon y dieron pelea. Poco después respondieron los trabajadores agrarios en Ica y La Libertad, protestando contra un régimen laboral de explotación. Fueron asesinados allí jóvenes que reclamaban al menos la promesa de un futuro. Ante esta represión injustificable y frente a estas muertes, hasta el momento solo tenemos un silencio que lacera, una acumulación de días sin condena a los culpables. Porque pedir perdón no es hacer justicia.

      El mundo, entretanto, también se rebelaba en los largos días de 2020: las protestas de los afroamericanos en los Estados Unidos por el asesinato de George Floyd a manos de la policía fueron numerosas e impactantes. Más cercanas, las protestas en Chile han tenido como consecuencia un referéndum para una nueva Constitución y la legalización del aborto en Argentina se ha conseguido después de años de luchas y manifestaciones.

      Empezamos a escribir este Prólogo el día en que el presidente Francisco Sagasti informó sobre una nueva cuarentena. De pronto nos sentimos como en marzo del año pasado, aunque las medidas fueran similares a las de junio. Esta vez, en cambio, no sentimos avanzar sino retroceder. Sensación de encierro en un bucle infinito; sensación de haber quedado atrapadas en la pantalla de una película distópica. Distópica pero verosímil. Porque los efectos de la pandemia son caros especialmente para las mujeres: empleos perdidos, salarios recortados, una vuelta a la vida doméstica donde el trabajo en casa y la vida laboral se mezclan. Eso sin contar las altas y lamentables cifras de la llamada «otra pandemia», aquella de la violencia feminicida, a puertas cerradas. Durante 2020, según ha informado la Defensoría del Pueblo, se denunció la desaparición de 5500 mujeres y niñas, y 138 feminicidios; y en 2021, apenas en enero, ocurrieron 14 feminicidios, según afirmó la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Las cifras continúan subiendo, las proyecciones empeoran.

      El 9 de febrero de 2021 empezó la vacunación al personal médico de primera línea, que luego continuará con las poblaciones vulnerables. Apenas un día después estalló el escándalo de las vacunas VIP, con dosis entregadas a espaldas de la población a un expresidente, algunos ministros, directivos del sector salud y miembros del cuerpo diplomático, sus amigos y parientes. La palabra ética vuelve a nosotros casi como el último bastión posible de esperanza, mientras ciudadanas y ciudadanos hacen colas durante días en busca de oxígeno para sus familiares enfermos. Y, otra vez, el poema de Blanca Varela estalla con toda su verdad: «este mercado donde la muerte enjoya las esquinas / con plata corrompida y estériles estrellas».

      La mayor parte de textos que conforman este libro fueron publicados en la web entre fines de marzo e inicios de abril de 2020. Otros se han añadido ahora. Porque, hecha la convocatoria en medio de la urgencia y el desconcierto, especialmente para las mujeres, no fue/es/será fácil escribir. Las autoras revelan, en todos estos textos, intuiciones primeras, reflexiones sobre un pasado perdido, y sobre un presente y un futuro inciertos. Y no son pocas las profecías. Dispuestos para esta edición de acuerdo con el calendario, los textos conforman una suerte de diario de la pandemia que es, a la vez, personal e íntimo, colectivo y universal. Allí van surgiendo —cada 24, cada 48 horas— inquietudes, amenazas, preocupaciones, formas nuevas de un dolor quizás ya conocido y que urge reinterpretar. Enmarcamos esos textos con noticias, decretos, comunicados que muestran el discurso público, ya no privado, de estos tiempos. Además de este Prólogo a seis manos, el libro incluye un Epílogo de Mariemma Mannarelli, que nos ilumina y nos invita/obliga a releer estos textos y este encierro, para entender por qué las heroínas y los héroes del Bicentenario no serán televisados ni se propalarán en las noticias, pero la vida y la palabra prevalecerán para honrar a nuestras muertas y nuestros muertos.

      Anahí Barrionuevo / Ana María Vidal / Victoria Guerrero

Lima, miércoles 24 de febrero de 2021

      Presentación en web

      Muerte, virus, pandemia, contagio, distancia social son palabras que han llegado a nuestras —hasta hace poco— intensas vidas contemporáneas y nos han instalado en este encierro. El estado de emergencia y una cuarentena rígida provocan asombro, abatimiento, confusión, claustrofobia. Provocan miedo. Nos obligan a reconocernos vulnerables. A la vez nos retornan a la vida doméstica: cuidar de los nuestros o dar la estocada final a una relación afectiva en crisis, revelada ahora sí insostenible en 45 metros cuadrados. Las redes, más intensas que nunca en estos días, nos trasladan a lo público. Las ciudades van siendo tomadas por los astros y por la naturaleza silvestre: los cielos, los ríos y los mares exhiben su belleza y los animales aparecen indiferentes a nosotras.

      El encierro nos abruma, nos hace pasar del desconcierto al optimismo, y viceversa. Un minuto pensamos que, por fin, el mundo será más solidario; al siguiente, lo contrario: que, al cabo, cuando por fin abramos nuestras puertas, la distopía nos habrá alcanzado. El encierro nos trastoca, nos convierte en policías de otros, y condenamos, inconscientes, su imposibilidad de encierro. Nos adaptamos por fuerza al teletrabajo y a una educación sentimental a distancia, que hasta hace unos días veíamos con extrañeza entre los más jóvenes, pero que hoy parece imponerse.

      En el afuera de este encierro, la pandemia. Desde que esto comenzó, el presidente aparece cada mediodía para informar sobre el virus y las medidas tomadas por su gabinete. En las noticias insisten en que solo se lo vencerá actuando de manera colectiva. Sabemos que también exige dejar de abrazar, de tocar, de besar a los nuestros. Las salidas, solo esporádicas, solo imprescindibles. Difícil en un país donde reclusión significa a menudo hambre y violencia.

      Los textos, recogidos en cuatro días, han sumado un total de cuarenta y seis, a los cuales eventualmente se añadirán otros. Se irán subiendo a este portal cada tres días, hasta completar cuatro entregas. De este modo podrán acompañar a las lectoras y lectores en estos días.

      Las editoras queremos agradecer, ante todo, a las autoras, que respondieron de inmediato con generosidad y entusiasmo a nuestra propuesta, incluso cuando finalmente, por variadas circunstancias provocadas por este momento singular, no pudieron entregarnos sus textos en los plazos necesarios. Confiamos en que pronto o más adelante quedarán integrados al conjunto.

      Finalmente, agradecemos también a Lima En Escena por acoger este proyecto sin reservas y cedernos el espacio virtual para alojarlo.

Anahí Barrionuevo / Ana María Vidal / Victoria Guerrero Viernes 6 de marzo

      Coronavirus en Perú: joven de 25 años que regresó de Europa es el primer infectado

      Tras confirmar la presencia de la enfermedad, cuatro médicos supervisan al paciente en su vivienda ubicada en Lima. Mientras tanto, su familia también está recibiendo atención.

      El primer caso de coronavirus en Perú se confirmó el último viernes 6 de marzo. A través de un mensaje a la nación, el presidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, informó que se trata de un joven de 25 años que regresó de Europa tras visitar Francia, España y República Checa.

      Según datos dados a La República, el joven se desempeñaría como aviador comercial […]. Además se confirmó que lo atendieron cuatro médicos, 2 epidemiólogos y 2 infectólogos.

[La República] Domingo 15 de marzo

      Decreto Supremo que declara Estado de Emergencia Nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de la Nación a consecuencia del brote del COVID-19

      Decreto Supremo

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