"Por una merced en estos reinos". Carolina Abadía Quintero

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу "Por una merced en estos reinos" - Carolina Abadía Quintero страница 22

Скачать книгу

que llevaban cumpliendo las labores propias de la prebenda que suplían. El primer indicio de la presencia de capitulares nombrados bajo la figura de prebendas suplidas se encuentra en 1564 cuando el obispo de Popayán fray Agustín de la Coruña (1566-1588) afirmaba en una carta que había recibido una cédula del rey Felipe II que estipulaba que, de no haber el número de cuatro beneficiados sirviendo como prebendados en el cabildo catedral de Popayán, el obispo pudiera “nombrar uno o dos o los que faltaren del número de cuatro, para que mejor sirvan a la dicha iglesia […] señalando al tal prebendado que nos señalaremos y presentaremos tanto salario”.62 Ahora bien, esta real cédula no fue destinada únicamente al obispado, pues la Recopilación de las leyes de Indias, en el título dedicado al patronazgo real, establecía que, en aquellas catedrales donde no hubieren más de cuatro prebendados, los obispos eligieran entre los clérigos, suplentes de estas prebendas,63 sin silla, título, ni voz. Hecho el nombramiento y presentación por el prelado, el nuevo prebendado debía encargarse de dar aviso al Consejo de Indias de su persona, habilidad, buena vida y costumbres para que tanto este como el rey le dieran la designación final del título que suplían,64 con el fin de realizar la ceremonia de colación canónica que el capitular debía recibir como titular de su prebenda para que gozara con satisfacción de la renta que le correspondía.

      La cédula en mención estipulaba que, ya que en el obispado de Popayán había muy pocos curas y arciprestes que atendieran tanto las necesidades del culto divino de las parroquias como las prebendas de la catedral, pudiera el obispo elegir de los capellanes que hubiera en el obispado que considerara eran “personas de buena vida y ejemplo”,65 para que pudieran ocupar los arciprestazgos y beneficios curados del obispado, pero, además, para prevenir que el cabildo de la catedral tuviera largas vacantes en sus prebendas, se hiciera la designación de este grupo de curas elegidos por los obispos.66

      ¿Quiénes fueron los otros prebendados suplidos? ¿Lograron una final designación? ¿Como figura eclesiástica qué representaron para el obispado de Popayán? Hubo doce prebendados suplidos en el periodo estudiado: dos deanes, dos arcedianos, cuatro chantres, dos maestrescuelas y dos canónigos. El primer deán suplido que se registra en los documentos históricos fue Juan González Maldonado,67 quien, probablemente, fue designado en esa prebenda entre los episcopados de fray Juan González de Mendoza (1609-1618) y fray Ambrosio de Vallejo (1620-1631) para luego ser nombrado tesorero de esta corporación en 1635. El otro deán suplido fue Laurencio Ruiz nombrado en 1614 por el obispo González de Mendoza (1609-1618), debido a que, con la muerte del anterior deán, Juan Montaño, el cabildo se redujo a dos capitulares, un arcediano y un tesorero “de casi noventa años y asmático y muy decrépito”,68 por lo que dando seguimiento a la cédula real referida elegía a Ruiz, quien, “conforme a la necesidad de la iglesia para servir la dicha dignidad, por no haber en todo el obispado otro clérigo graduado que pueda dar latinidad”. Un año después, en 1615, Ruiz elevaba al rey y al Consejo de Indias una petición en que pedía confirmación de su prebenda,69 de lo cual no se sabe si ocurrió porque no se encontró documento alguno que lo comprobara.

      Con respecto al arcedianato, la primera suplencia confirmada fue la de Baltasar de Mesa realizada por el obispo Domingo de Ulloa (1594-1597), quien lo nombró en diciembre de 1594, y, en 1595, en carta dirigida al rey, pedía lo aceptara como arcediano, pues no tenía cómo sostenerse, y Juan Jiménez de Rojas, quien era el arcediano titular de la catedral, había muerto.70 A pesar de que la cédula de 1564 beneficiaba al cabildo eclesiástico al poder mantener cierta estabilidad en su planta para hacer frente a la administración de la catedral y del obispado, no resultaba tan benéfica para los clérigos o prebendados que asumían esta suplencia al no poder hacer el cobro de la renta que correspondía al cargo que suplían. El otro arcediano suplido fue Pedro de Herrero Gaitán, de quien se encontró la mención de este cargo en las Informaciones presentadas a la Audiencia de Quito en 1651, en que dice el gobernador de Popayán don Juan de Salazar (1643-1648)71 que ocupó varios beneficios curados y suplió el arcedianato.72

      La chantría tuvo cuatro prebendados suplidos: el ya mencionado Juan Jiménez de Rojas en 1564, Juan Álvarez Maldonado en 1575 propuesto por el obispo fray Agustín de la Coruña;73 Hernán Ponce de León y Francisco Vélez de Zúñiga. Ponce de León fue nombrado por el obispo Domingo de Ulloa en 159474 (mismo año y mismo prelado que nombró a Baltasar de Mesa en el arcedianato), para luego, el 11 de diciembre de 1595,75 pasar al arcedianato; y Vélez de Zúñiga, según consta en sus Informaciones, fue chantre suplido nombrado por el obispo Juan de la Roca, entre 1601 y 1605, años en que este último fue prelado en Popayán.76 La maestrescolía tuvo un prebendado suplido, Antonio de Zúñiga, quien también fue nombrado por el obispo fray Juan González de Mendoza, como afirma en la carta de confirmación de este nombramiento que hace el cabildo eclesiástico de Popayán al rey en 1617,77 logrando, el 22 de marzo de 1620,78 su nombramiento final. Estas suplencias son realizadas con curas que no necesariamente estaban vinculados de forma directa con el cabildo catedral del obispado, y que resultan de la cercanía que tienen estos clérigos con el prelado de turno.

      Ha sido importante establecer los periodos cronológicos en que hubo cinco, cuatro, tres y hasta un prebendado que regentó los destinos del cabildo catedral payanés. Esta carencia de personal eclesiástico se generaba por las múltiples dejaciones de cargos, por las muertes y promociones a otras catedrales, lo que ocasionaba que inesperadamente se presentaran vacancias largas por la tardanza y demora del proceso de nombramiento realizado por el Consejo de Indias y el rey. Sin embargo, así como era posible encontrar dignidades como la tesorería en permanente vacancia por muerte o promoción de quien ostentaba su cargo, también es posible hallar de manera recurrente en esta corporación dignidades con veinte y hasta cincuenta años de permanencia en su cargo, situación que permite visualizar que la promoción eclesiástica permitía ascensos, descensos y permanencias en las carreras clericales.

      El trabajo con los documentos históricos permitió delimitar y proponer una planta del cabildo catedral de Popayán entre 1546 y 1810, dado que, en la revisión bibliográfica realizada para establecer los antecedentes históricos del obispado, se encontró un listado en la primera obra editada dedicada a la historia del obispado,79 que resultó obsoleto al comprobar que muchos de los nombres propuestos resultaron ser oficiales reales o vecinos de la ciudad, equivocadamente confundidos con integrantes del cabildo catedral. Esto obligó a revisar con cuidado las consultas del Consejo de Indias, así como las cartas y correspondencias de la Audiencia de Quito y de los obispos de Popayán, para identificar posibles nombres y dignidades presentes en la catedral payanesa. Con esto, se lograron identificar para el periodo de estudio cincuenta personajes, que, después de verificar en las fuentes históricas, se sabe con certeza que fueron capitulares del cabildo eclesiástico de Popayán. En términos comparativos, se elaboró la tabla 4 que expone la lista de dignidades presentada por Manuel Antonio Bueno y Quijano80 con el listado propuesto, y así visibilizar las ausencias, los desconocimientos y los descubrimientos de los personajes que pertenecieron al cabildo eclesiástico payanés, con un fin: presentar una versión definitiva de la planta de esta corporación según la información encontrada en las fuentes históricas.

       Tabla 4. Lista comparativa de capitulares del cabildo catedral de Popayán, 1546-1714*

Planta de Bueno y Quijano, año de nombramientoPlanta propuesta, año de nombramiento
Deanes
Francisco de Rojas quien con el ilustrísimo señor don Juan del Valle hizo la erección material de esta catedral, 1558Juan Cornejo, 1549
Don Juan de Montaño, 1572Deán licenciado Bartolomé de Salazar, aparece enunciado en varios documentos pero no se encontró su relación de méritos
Don Francisco de Santisteban, 1574Francisco de Santisteban, 10 de noviembre de 1575
Doctor don Francisco Ramírez Florián, 1630Juan Montaño, 18 de septiembre de 1591
Don Antonio Landaeche, 1635Laurencio Ruiz, 1614
Don Gonzalo Guiral, 1667Hernando Ponce

Скачать книгу