"Por una merced en estos reinos". Carolina Abadía Quintero
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La revisión de las consultas da a entender que el Consejo de Indias tenía un listado con perfiles ya establecidos de quienes eran los candidatos a los que, según su rango, carrera y procedencia, correspondía ser considerados para una determinada vacante. Esto explicaría el porqué para un obispado como el de Popayán el listado de candidatos para una prebenda estuviera constituido por los capitulares del cabildo, y dado que no había canónigos ni racioneros, por los clérigos presbíteros del obispado de los cuales el Consejo de Indias tenía conocimiento. A esto hay que agregar otro enunciado descubierto en varias consultas: “ni las otras [iglesias] tienen ascenso a ella [la catedral]”109 o “ni los de otras iglesias [racioneros y canónigos] tienen ascenso a ella”,110 lo cual demuestra que, distinto de la elección de los obispos, no era probable que un prebendado, capitular o dignidad de otro cabildo eclesiástico indiano, fuera designado a la corporación catedralicia payanesa. Además, la ausencia de un colegio seminario en el obispado y canonjías y prebendas menores, como raciones y medias raciones, obstaculizaba el fortalecimiento del clero local y, a la vez, el posible nombramiento de canónigos de otras catedrales indianas. No obstante, este tipo de circulación asignada para el cabildo catedral de Popayán tendría que compararse con la movilidad y la promoción de los prelados de Popayán para saber si se corresponde o si en el caso de los obispos el Consejo de Indias también asignó una política distinta.111
Si bien fue posible establecer una inicial procedencia eclesiástica de los prebendados del cabildo catedral de Popayán (curas beneficiados o clérigos presbíteros/doctrineros), también se descubrió la existencia de patrones de ascenso entre catedrales, lo que debió permitir una conexión más estrecha entre las corporaciones catedralicias y los episcopados indianos. Para el caso del cabildo payanés, este fue considerado en las consultas del Consejo de Indias como una corporación de ascenso al arzobispado metropolitano de Santa Fe112 (“Popayán que es ascenso a la de Santa Fe”). Esto se comprobó con aquellos capitulares que lograron ser promovidos a otras catedrales indianas desde el obispado payanés (tabla 7).
Tabla 7. Promociones a catedrales indianas de capitulares del cabildo eclesiástico de Popayán, 1546-1714
Nombre | Lógica de promoción | Año |
Arcediano Gregorio Rodríguez Franco | Canónigo Catedral de Quito | 1594 |
Tesorero Fernando de Oruña | Canónigo Catedral de Huamanga | 1633 |
Deán Francisco Ramírez Florián | Tesorero Catedral de Arequipa (no aceptó), tesorero Catedral de Quito | 1651 |
Chantre Fernando de Solórzano | Tesorero Catedral de Santa Fe | 1648 |
Deán Gonzalo Guiral | Tesorero y maestrescuela Catedral de Santa Fe | 1669 |
Deán Antonio de Landaeche | Tesorero, maestrescuela y arcediano de la Catedral de Panamá | 1656 |
Tesorero Lucas Fernández de Piedrahíta | Racionero, canónigo, tesorero, maestrescuela y chantre de la Catedral de Santa Fe, obispo de Santa Marta, obispo de Panamá | 1656 |
Maestrescuela Agustín de Olea Salazar | Canónigo, maestrescuela, chantre, arcediano de la Catedral de Santa Fe | 1663 |
Chantre Francisco del Pino | Racionero de la Catedral de Quito | 1653 |
Arcediano Gregorio Belín de Baños | Canónigo y tesorero de la Catedral de Cartagena | 1667 |
Deán Pedro de Herrera Gaitán | Canónigo de la Catedral de Cartagena (no acepta), canónigo de la Catedral de Santa Fe | 1668, 1670 |
Deán Jacinto de Arboleda | Tesorero de Cartagena (no aceptó) | 1673 |
Arcediano Luis de Rojas Páramo | Canónigo de la Catedral de Santiago de Chile | 1684 |
Tesorero Cipriano de Salcedo | Canónigo, maestrescuela, chantre, arcediano y deán de la Catedral de Santa Fe | 1676 |
Chantre Fernando Antonio de Salazar Betancur | Canónigo y chantre de la Catedral de Quito | s. f. |
Fuente: Elaboración propia con datos de las actas capitulares del Archivo General de la Nación, Arzobispal de Popayán, y cartas de los primeros obispos de Popayán del Archivo General de Indias.
A pesar de que fueron pocas las promociones a otras catedrales, las que se presentaron en la tabla 7 muestran una conexión implícita entre la Catedral de Popayán con la Catedral de Santa Fe (con seis promociones), la Catedral de Quito (con cuatro promociones) y la Catedral de Cartagena (con tres promociones, dos de las cuales no son aceptadas). Como demuestran las consultas del Consejo de Indias, si bien al cabildo eclesiástico de la Catedral de Popayán tenían acceso los clérigos presbíteros del obispado, esta corporación también podía promoverse a estas otras tres catedrales, por lo que se puede inferir que existía, además de una clasificación de catedrales según su importancia, una relación de ascenso y promoción entre ellas, lo que permitía que determinadas dignidades y prebendados pudieran ser considerados para las vacantes de determinadas catedrales. Esto evidencia una circulación eclesiástica no estrictamente predeterminada entre catedrales, pero sí con unos patrones establecidos sobre los que valdría la pena indagar de una manera más amplia, y que autores como Óscar Mazín han explicado como un sistema de correlaciones y de intercambios catedralicios activos, por lo menos en el caso de los episcopados novohispanos entre 1670 y 1747.113 Maximiliano Barrio, para el caso de los obispos castellanos, menciona precisamente que el cursus honorum de los candidatos a los episcopados de Castilla evidencia un ingreso inicial de los candidatos eclesiásticos a diócesis “pobres”, para luego ascender “por antigüedad y méritos a los arzobispados y a las mitras mayores”.114 Pensar, entonces, en patrones de promoción eclesiástica entre catedrales permite determinar los dispositivos y procesos de vinculación entre ellas a partir de la circulación y de los ascensos del clero secular (mapa 1).
Lo planteado demuestra que por lo menos para el siglo XVII y las dos primeras décadas del siglo XVIII existían ascensos directos entre catedrales (lo que llevó a un capitular de una catedral de bajo perfil a ser considerado para una catedral metropolitana o de un rol mayor) y perfiles asignados y preestablecidos para los cabildos eclesiásticos según su importancia, clase o sus rentas.115 ¿Qué determinaba esta clasificación para el Consejo de Indias y la Corona? Probablemente, una conjunción de elementos, entre ellos, en primer lugar, las rentas decimales, seguidas del número de dignidades y prebendados de una planta catedralicia, los tipos de eclesiásticos que existían en los episcopados y, en general, como se manifiesta en las consultas del Consejo de Indias para el obispado de Popayán, el conocimiento que tenía la Corona de la situación eclesiástica particular de cada obispado. Esto refleja otro asunto, y es que tanto las Informaciones como las Relaciones de méritos y servicios le servían al rey y al Consejo para conocer y reconocer a los eclesiásticos que vivían, se formaban y transitaban por los distintos reinos que componían la monarquía hispánica; así, en el momento en que se presentaba una vacante y se daba inicio al proceso de elección de un eclesiástico, se echaba mano de un inventario pormenorizado y a lo menos actualizado de curas, sacristanes, capellanes, doctrineros, misioneros, inquisidores, prebendados, obispos y arzobispos que asistían las parroquias, iglesias, ciudades y catedrales del mundo hispánico. El proceso que contenía la consulta traía consigo una correlación entre las partes, que, en palabras de Lucrecia Enríquez, debe ser entendido como una unidad que permite comprender cómo el ejercicio de gobierno monárquico contenía a los territorios, las corporaciones y los sujetos que componían la Corona.116