Historia de la República de Chile. Juan Eduardo Vargas Cariola
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El gráfico No 5 muestra las exportaciones desde Valparaíso en relación a los puertos mayores del norte y del centro y sur del país.
Gráfico No 5
Exportaciones por puertos mayores 1844-1879
En miles de pesos de cada año
Fuente: Estadística comercial de la República de Chile. 1844-1879. Los puertos del norte comprenden Coquimbo, Huasco y Caldera, Carrizal Bajo desde 1871, Chañaral desde 1873 y Antofagasta en 1879; Valparaíso comprende lo exportado por la cordillera en Aconcagua: Los puertos del centro y sur comprenden Constitución, Talcahuano, Valdivia, Ancud, Tomé entre 1861 y 1877, Coronel y Melipulli desde 1865 y Punta Arenas desde 1877.
EL COMERCIO DE TRÁNSITO
Además de su relevancia para el comercio nacional, Valparaíso había pasado a ser el puerto más importante de la costa del Pacífico ya a fines de la década de 1820. Era centro redistribuidor de mercaderías europeas y norteamericanas a los puertos de la costa sudamericanas, especialmente las del Perú y Chile, además de exportador de frutos del país a toda la región circumpacífica, y lugar de acopio de productos de retorno para ser reembarcados a Europa551. Las facilidades para depositar mercaderías en el puerto, sin necesidad de pagar derechos de importación, fueron establecidas inicialmente durante el gobierno de Bernardo O’Higgins. El reglamento de Aduanas de 1822 permitía depositar mercadería en Valparaíso sin exigencia de internarla al país, pudiendo dejarla a bordo de naves o pontones, mientras se construían almacenes en tierra. Estas franquicias fueron restringidas en 1824, limitando a ocho meses el plazo de depósito y exigiendo el pago de un derecho mensual por cada bulto. En 1830 el nuevo gobierno aumentó a un año el plazo para depositar las mercaderías. Sin embargo, la mayor liberalización vino con las reformas del ministro de Hacienda Manuel Rengifo aplicadas a partir de 1832, que extendió hasta tres años el plazo para mantener productos en los almacenes fiscales mediando el pago de un derecho de depósito de tres por ciento sobre el precio de avalúo el primer año; dos por ciento el segundo, y uno por ciento el tercero, con la posibilidad de una prórroga por igual lapso. En el caso de bienes más voluminosos y artículos inflamables, estos se podían depositar en bodegas particulares mediando el pago de un derecho de dos por ciento al reembarcarse. La buena acogida que tuvo esta franquicia pronto copó los almacenes fiscales y el Estado tuvo que arrendar bodegas a particulares, mientras se construían nuevos depósitos552.
No hay cifras del volumen de este comercio de tránsito para los decenios de 1830 y 1840, pero era lo suficientemente significativo para que las alteraciones en los países de la región afectaran al comercio porteño. Los intentos de Perú y Bolivia para romper la posición de Valparaíso como entrepuerto, mediante franquicias a los productos importados directamente, perjudicaron a este comercio, situación que se vio agravada a raíz de la guerra contra la Confederación553.
Conforme a lo que venía sucediendo desde la Independencia y aun antes, las exportaciones chilenas estaban constituidas preferentemente por minerales y metales de cobre y plata y, en menor medida, por productos agropecuarios, en especial trigo y harina.
El siguiente gráfico muestra los principales artículos de exportación entre 1844 y 1876, como porcentaje del total.
1810-1850”, separata de Les Grandes Escales III. Recueils de la Societé Jean Bodin, tomo 34, Bruselas, 1974, pp. 170-171.
Gráfico No 6
Principales productos de exportación como porcentaje del total. 1844-1876.
Fuente: Estadística Comercial de la República de Chile, 1876, II, pp. 245-251.
Los datos de cobre comprenden las exportaciones en barras, ejes semirrefinados y minerales, incluyendo aquellos que contienen algún porcentaje de plata; esta última incluye lo exportado en forma de barras, plata piña y minerales. De los restantes productos mineros exportados, el más importante era el carbón de piedra, que tomó relevancia a partir de la década de 1850. El trigo y la harina representan la mayor parte de los productos vegetales exportados, seguidos muy de lejos por la cebada. En cuanto a los productos animales, estos comprenden principalmente animales vivos, lana, cueros y suelas, carnes, sebo y grasa, y productos lácteos.
Las importaciones son mucho más diversificadas. Una estadística de importaciones en 1883 clasificada por sectores —la más temprana que encontramos publicada— da una idea de su composición, ilustrada en el gráfico No 7.
Si se excluyen las importaciones por Arica, que no aparecen clasificadas y que no corresponden al territorio nacional antes de 1880, resulta que el sector más importante corresponde a tejidos, con un 25 por ciento del total, seguido por animales y productos alimenticios, materias primas, maquinarias e instrumentos, categorías que en su conjunto representan el 68 por ciento del total.
La preeminencia de los tejidos aparece en las primeras estadísticas comerciales chilenas. Las importaciones de textiles en 1845 ya representaban un cuarto del total, siendo los principales artículos los géneros surtidos de algodón, los “quimones” o telas estampadas que venían en cortes, los tocuyos y las bayetas, en especial la bayeta de pellón para fabricar las tradicionales “mantas de Castilla”. Llama la atención la gran variedad de tejidos individualizados en la estadística, con más de 50 diferentes clases y calidades554.
Gráfico No 7
Importaciones por rubro 1883.
Fuente: Estadística Comercial de la República de Chile correspondiente al año de 1884, Imprenta del Universo de G. Helfmann, Valparaíso, 1885, pp. 455-477.
EL COMERCIO DE GANADO
Si el comercio por mar resultaba difícil de controlar, mucho más lo era el terrestre. Uno de los artículos más activos de importaciones clandestinas era el ganado traído desde el otro lado de la cordillera, aprovechando su abundancia en las pampas argentinas. Sin embargo, es preciso distinguir entre las importaciones en la zona centro y norte del país y las internaciones al sur del Maule.
Respecto de las primeras, Claudio Gay escribía a comienzos de la década de 1860 que “se ha introducido en todo tiempo un pequeño número de ellos (bueyes) de las pampas de Buenos Aires”, especialmente en las provincias