Administración de riesgos: Un enfoque empresarial. Rubi Consuel Mejía Quijano

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Administración de riesgos: Un enfoque empresarial - Rubi Consuel Mejía Quijano

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       EL RIESGO

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      Aunque la incertidumbre está presente en el largo plazo, se puede manifestar aún en el corto plazo. Con la incertidumbre se asocia el riesgo, al resultar imposible determinar los eventos que puedan presentarse y sus consecuencias. Para entender cómo el hombre ha manejado el riesgo, es importante realizar un recorrido por las múltiples transformaciones que ha tenido el concepto.

      Desde la antigüedad el hombre ha tomado riesgos, el gusto por los juegos de azar viene de tiempo atrás; evidencia de esto se encuentra en la Biblia, cuando los soldados de Poncio Pilatos jugaron las vestiduras de Jesús a los dados; también se han encontrado dibujos de la antigua Grecia en los que se representan dados construidos con los huesos de tobillos de animales, dibujos de loterías y juegos de cartas.

      Además de tomar riesgos, la humanidad se ha interesado en predecir el futuro; según Kolluru:

      Un análisis histórico interesante sobre el tema realizado por Covello y Munpower (1985) hace referencia a las prácticas de una tribu llamada Asipu que vivió en el Valle de Eufrates y el Tigris alrededor de 3200 a. de C. Los Asipu servían como consultores sobre decisiones riesgosas tales como matrimonios y nuevas ubicaciones para construcciones. Identificaban dimensiones importantes del problema y acciones alternativas. Los Asipu también observaban los presagios de los dioses, que ellos consideraban especialmente calificados para interpretar. Luego creaban un expediente con los puntos a favor y en contra y recomendaban la alternativa más favorable, tal vez el primer caso conocido de un análisis de riesgos estructurado (Kolluru, 1998, pp. 4).

      Al igual que los Asipu, los griegos buscaban una respuesta a los acontecimientos futuros y trataban de encontrarla a través de la consulta al Oráculo de Delfos, donde los sacerdotes desarrollaron un ritual centrado en la sacerdotisa principal, llamada Pitia. Sus predicciones eran consideradas como la palabra de Apolo y consultadas tanto por ciudadanos particulares como por oficiales públicos de distintas regiones y del exterior.

      Los consultantes escribían la pregunta o la expresaban oralmente a uno de los profetas, quien pasaba la pregunta a la Pitia:

      Ella, invisible para los asistentes, hipnotizada por la masticación de hojas de laurel, el incienso y los humos, daba la respuesta con palabras inarticuladas y gritos incomprensibles. La explicación de las palabras de la Pitia las transcribía el profeta en versos hexámetros2 y esta respuesta escrita la tomaba consigo el consultante (Petsas, 1989, p. 12).

      La respuesta generalmente era ambigua y se interpretaba según lo que el creyente entendía. Cuando el futuro los contradecía, trataban de reinterpretar en forma contraria el significado de la predicción que les había dado el oráculo.

      Así, se puede ver cómo en los principios de la existencia humana, el hombre tomaba riesgos e intentaba conocer con anticipación los acontecimientos que pudieran afectarle, para actuar ante ellos.

      La actitud de la humanidad, por siglos, se basó en la premisa de que el futuro era un asunto de suerte y que las personas estaban sujetas a la voluntad de los dioses. Posteriormente, con el descubrimiento de América y la obtención de riquezas, los aventureros, exploradores y hombres de negocios fueron desarrollando habilidades para pronosticar resultados no previstos. La contabilidad fue una herramienta que permitió manejar las cifras, no sólo del presente sino también del futuro.

      Con el desarrollo matemático se incorporó el concepto probabilidad y se iniciaron estudios más serios en el manejo del riesgo. En el siglo XVI el italiano Girolamo Cardano, físico y matemático con gran gusto por el juego, escribió Liber de Ludo Aleae (Libro de juegos de azar), que contiene algunos de los primeros trabajos sobre probabilidad, en los que aprovechó su experiencia como jugador; éste fue el primer trabajo teórico sobre las leyes de la probabilidad:

      Otro italiano que analizó y escribió acerca de la teoría de la probabilidad fue Galileo (1564-1642). La publicación más conocida con dicha teoría fue Sopra le Scoperte dei Dadi (Jugando a los dados). En ella, como en las obras de Cardano, Galileo analiza la frecuencia de diversas combinaciones y posibles resultados al tirar los dados (De Lara, 2003, p. 14).

      En 1650 Blais Pascal, celebre matemático y filósofo, fue retado por Chevalier de Mere, habilidoso matemático, a resolver un acertijo de un juego de apuesta que había sugerido Luca Paccioli doscientos años antes: “¿cómo pueden dos jugadores en un juego de balla compartir las apuestas cuando dejan el juego incompleto?” (Bernstein, 1993, pp. 61).

      Pascal pide ayuda a Pierre Fermat, un abogado con especial talento para las matemáticas, comenzando así una larga correspondencia que terminó dando origen a la Teoría de probabilidades.

      Tiempo después se fue transformando la teoría de la probabilidad en un instrumento para organizar, interpretar y aplicar información. Con los avances en el álgebra y el cálculo diferencial e integral se propiciaron múltiples aplicaciones, que van desde la medición de riesgos en seguros, hasta temas de genética, inversiones, pronóstico del tiempo, estrategias de guerra, entre otros.

      Según Peter Bernstein, 1993, en su libro Against the Gods. The Remarkable Story of Risk, en 1725 los matemáticos competían por establecer la proyección de las tablas de esperanza de vida de las personas y el gobierno inglés financiaba la venta de primas anuales de vida. A mediados del siglo XVIII emergen los seguros marítimos en Londres como un negocio floreciente y sofisticado.

      En 1703 Jacob Bernoulli inventa la ley de los grandes números y métodos de muestreo estadístico, y en 1730 Abraham de Moivre sugiere la estructura de la distribución normal y descubre el concepto desviación estándar, esenciales para las modernas técnicas de cuantificación de riesgos.

      En 1738 un matemático suizo, Daniel Bernoulli, define el proceso por el cual la mayoría de personas hace elecciones y llega a decisiones. Explora la posibilidad de que las personas cuando hacen elecciones no consideren solamente los resultados de dicha elección, sino también la utilidad de ese resultado, que es diferente para cada persona cuando existe incertidumbre sobre el futuro. También llegó a la conclusión de que el valor que da una persona a un resultado es inversamente proporcional a lo que ya posee. De esta forma, Bernoulli introduce las consideraciones subjetivas en las decisiones que tienen resultados inciertos.

      Posteriormente Bayes, con su Teorema, contribuye a la teoría de la probabilidad, demostrando cómo a través de la introducción de nueva información a los datos existentes se pueden tomar mejores decisiones, con la comparación de probabilidades previas y posteriores.

      En 1875 Francis Galton teorizó sobre el concepto Regresión a la media:

      el cual se refiere a que a pesar de las fluctuaciones en los precios que se pueden observar en los mercados organizados y de que los activos que cotizan en dichos mercados pueden estar sobrevaluados o subvaluados, siempre habrá una fuerza natural que

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