Viaja conmigo a Ítaca. Julio Marco Barroso

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Viaja conmigo a Ítaca - Julio Marco Barroso страница 14

Автор:
Серия:
Издательство:
Viaja conmigo a Ítaca - Julio Marco Barroso

Скачать книгу

style="font-size:15px;">      Lo que no está de acuerdo con lo que yo pienso, me entra por un oído y me sale por otro.

      Algunos ejemplos de creencias que perduraron durante años son las siguientes: «Los negros son una raza inferior»; «las mujeres no están preparadas para votar»; «la Tierra es plana»; «el Sol gira alrededor de la Tierra».

      Hace años se pensaba que nunca se podría bajar la marca de correr una milla en menos de cuatro minutos pues el corazón explotaría, hasta que en 1958 Roger Bannister rompió el maleficio y batió el récord. Ese mismo año, más de 600 corredores bajaron de los cuatro minutos. Una vez rota la creencia, todo es posible.

      EJERCICIO #3

      Piensa ahora detenidamente y escribe en un papel cuál es tu milla de los cuatro minutos ¿Qué creencias tienes actualmente que te están limitando?

      Y ahora sigue leyendo.

      Vamos a ver algunos ejemplos de como nuestras creencias nos hacen comportarnos de formas totalmente distintas ante el mismo hecho:

       Imagínate que vas por la carretera en tu coche y pinchas una rueda, ¿qué haces?Por mi experiencia de muchos años haciendo esta misma pregunta a distintas audiencias, te puedo decir que, si se trata de un chico y joven, generalmente te dirá: «¡Pues cambiarla!» No se plantea que pueda hacerse otra cosa.Si preguntas a directivos o a gente más mayor, probablemente te dirán: «¡Llamar a una grúa».Si se trata de mujeres, te suelen contestar: «¡Llamar a mi marido!», «¡llamar a mi padre!», «¡llamar a mi novio!», «¡llamar a una grúa!»Ante el mismo hecho, cada uno reacciona de forma distinta y eso se ve como lo más normal.

       Imagínate ahora que vas por una carretera de tres carriles circulando por el carril de la izquierda a 120 Km/h, velocidad máxima permitida, y alguien viene lanzado por detrás y te da luces para que te apartes. ¿Qué haces?Hay mucha gente que no le da la mayor importancia a esto y se aparta sin pensar. Pero te puedo asegurar que me han contado todo tipo de reacciones en función de la forma de ser de cada uno: «Yo reduzco la velocidad sin dejarle pasar para tocarle las narices»; «yo le dejo pasar y luego acelero y me pongo detrás de él dándole luces»; «yo pongo el warning (los cuatro intermitentes)»; «yo enciendo los antiniebla». Y la más curiosa: «yo le doy al limpiaparabrisas para echarle agua». Eso por no hablar de los que hacen todo tipo de gestos manuales…

       «¿En qué otra cosa podía haberme convertido después de haber crecido con un padre como el mío?»Esta frase fue dicha por dos hermanos, hijos de un padre encarcelado por ladrón y drogadicto. Uno acabó como su padre, en la cárcel, alcohólico, ladrón y drogadicto, y el otro se convirtió en un prestigioso abogado, buen padre de familia con cuatro hijos. Ante el mismo hecho los dos interpretaban que lo normal era que acabasen como lo habían hecho.

       ¿Has oído hablar de Hulda Crooks? Hulda es una persona de 92 años que, cuando cumplió 70, se planteó, junto con su íntima amiga de la misma edad, qué iban a hacer a partir de ese momento con sus vidas.La amiga de Hulda pensó que ya con 70 años lo mejor que podía hacer era retirarse a su casa, dejar todo bien atado para cuando muriera y llevar una vida de recogimiento y tranquilidad propia de su edad.Hulda, sin embargo, pensó en qué era lo que más le gustaba hacer de joven, y se acordó de que le apasionaban el montañismo y el trekking y se apuntó a un club de montañismo.Actualmente es la persona más mayor conocida que ha escalado varios «cuatromiles».

      Creencias limitantes y creencias fortalecedoras (lastres y palancas)

      Existen dos tipos de creencias: las que nos limitan y las que nos fortalecen. No es lo mismo pensar que la vida es una muerte lenta, que pensar que no hay nada más valioso. En función de lo que pienses, así actuarás y así te irá. Es muy distinto interpretar que no me valoran porque no valgo, a interpretar que no me valoran porque todavía no me conocen. Una interpretación te abre y la otra te cierra puertas. Veamos ahora algunas creencias concretas de los dos tipos:

      Creencias limitantes (nuestros «saboteadores» personales, nuestro crítico interno)

       Soy demasiado mayor

       Soy demasiado joven

       Esto no se puede hacer

       Ahora no es el momento

       No soy lo suficientemente inteligente

       Con fulano no hay quien se entienda

       Yo no valgo para eso

       No me lo merezco

       No me lo puedo permitir

       Más vale malo conocido

       Yo es que soy realista

       Yo es que soy así

       En épocas de crisis no se puede ganar dinero

       Ya llegará mi oportunidad

       Hay que tener pareja para ser feliz

       Se me ha pasado el arroz

       Si no tienes casa en propiedad no eres nadie

       No dispongo de tiempo

       Los miedos son insuperables

       Nuestra gente no está lo suficientemente preparada para hacerlo

       No delego porque no tengo gente competente

       Los sueños, sueños son

       No te puedes fiar de nadie

       No se puede cambiar

       Algún día…

       No lo puedo soportar

       Yo no tengo remedio

       A nadie le importo

       Nadie me puede ayudar

       Si pido algo, me vuelvo vulnerable

       ¿Por qué a mí?

      EJERCICIO #4

      ¿Hay alguna con la que te sientas más identificado? ¿Cuántas veces has pensado algo así?

      Escribe en un papel las cinco con las que te sientas más identificado. Añade otras tres que no aparezcan en la lista.

      Ahora elige de todas las dos que más te estén limitando y sustitúyelas por creencias fortalecedoras y empieza a trabajar las nuevas hoy mismo.

      Cambia estas creencias y cambiarás tu vida.

      Creencias fortalecedoras

       Todo el mundo puede cambiar

       La gente no hace las cosas mal a posta

       Todos guardamos dentro un talento oculto que espera ser revelado

Скачать книгу