La vagina mecánica de Dios. Daniel Polunin
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el sueño y la pesadilla.
El gallo ha cantado tres veces.
Vigilia.
PRÓSTATA
Os cubriré de miel para que las moscas
se acerquen y jueguen con vosotros.
Os daré de fumar la flor de loto azul
y os taparé con hojas de parra.
¿Con cuántos penes de sangre
y pezones te irás a la otra vida?
¡Oh dalias, rhipsalis,
llevadme a la gloria…!
¡Oh, crudas y salvajes valquirias,
conducid mi espíritu caído al Valhalla!
¡Einherjer!
¡Einherjer!
Tengo que dejarlo.
Estoy llegando al urólogo.
ODA A J.C
Guardo celosamente la cabeza de mi madre
en una caja tallada en perlas y cornalinas.
La gran avispa, con su aguijón de marfil
y su furioso zumbido de tormentas,
agujerea el moteado cuello de la jirafa,
haciéndola caer sobre sus costillares
en un yermo abatido de arados y provisiones;
las hormigas coloniales de la legión africana
corretean por el intumescente cuello de la jirafa,
transportando la rayada lámpara amarilla y negra.
El hombre americano cruzó desarraigado
las drenadas cavernas del hombre europeo,
cual pinchazos perfumados se abrieron paso
bajo la agradable sombra de la higuera.
El cuerpo infantil nada fresco y lento
manchado por la ingenuidad y el estiércol.
¡No te alejes de la orilla, Jimmy!
La golpeada corriente te trae de vuelta,
y contigo, miles de resbaladizas sanguijuelas,
gruesas y ladeadas, absorbiendo tu pulpa.
Imagina los lamentos de una perezosa ciudad
discurriendo por tus venas el litio sintético.
Tuyos son los monstruos suspendidos que
entornas cada día por la ventana roja de las tinieblas.
No volverás a tocar estos fantasmas.
Blues. Punk. Rock ‘n’ Roll.
Ya es demasiado tarde.
LOS ANARQUISTAS
I
Entierra la noche los tesoros promulgados bajo el cigoto húmedo y la pelvis de cuero. Señoras y señores no se levanten, hemos venido a satisfacerlos. La reunión durará poco. Estoy dentro de la matriz. Hay polillas y mosquitos. ¿Buscas el perdón? ¡Oh, los leprosos se inyectan ampollas de morfina en mi cabeza! La fotografía capta el momento. El dolor es real. Agarra tu revolver S&W S686. Apúntame. No tengas miedo. El disparo proyecta la sentencia. La bala atraviesa fría y limpia la frágil cáscara. Leche de gallina. Resina del tamarisco. ¿Has probado alguna vez la carne de los dioses? Los aztecas la masticaban junto a una seta divina. Ópera sexual.
Lector, ¿considerarías esto un libro? No puede quedar sin respuesta. ¡Dudar! ¡Dudar! ¡¡JODER!! ¿Para qué dudar? No pienso morir de sobredosis en un portal cochambroso en el barrio madrileño de Malasaña. ¿Asesinado? Mi rol es mucho más difícil: represento al príncipe de Dinamarca. El nuevo rey es mi padrastro. Cortarme el dedo meñique. El rey ha muerto, ¡larga vida al rey! Hemos recogido en sí todos los elementos de la naturaleza para convertirlos en una sola y única tragicomedia: el comienzo de la madurez. Trae tu pistola. Estoy en el pozo, de lleno. Mi cabeza es una rave después de una sesión. Entonces, y volveré a preguntártelo por última vez: ¿Consideras esto un libro? ¡Y un cojón! Tienes que estar chiflado. ¡NO! ¡NO! Esto es un plagio, una calumnia, una blasfemia, una deyección para tu exquisito paladar, una patada en tus pelotas, una placentera violación a la literatura. Canto para la vida, el amor y el sexo, para el anís del mono de los hombres y las patas de gallo de las mujeres, para el porvenir chungo de vuestros hijos. Pero ella me encontrará en mi cama, endeudado y desgraciado, ebrio de hadas que muerden mis labios, Vicodina y amantes acróbatas o malabaristas con pechos tan suaves como el culo de un cachorro. Pero ¿quién es ella? La omnipresente.
Antiprosa: perturbadora y sexual | Atonalidad: psicodélico, sinfónico y progresivo.
Boris se ha ido a Tailandia a traficar con metanfetamina. Dice que no aguanta más estar sin blanca. Dinero, estoy de vuelta. Lo más seguro que acabe el resto de sus días en el talego con una polla estratificada metida por el ojete y durmiendo con ratas y salamandras. Instalados en el camastro sin columna vertebral. Aplicaciones mentales para niños enchufados a un respiradero artificial. Entubados. Acetato. Laxante. Chicles Happyddent. Rohypnol. Parto prematuro.
Cristina es lo que podríamos llamar una leishmaniosis picada en contemplativos tatuajes. Innumerables jeroglíficos dibujan su cuerpo de orujo rechoncho en pigmentos de metales. Tinta negra para el calamar. Sujetador de leopardo. Suicidio celular. Amigos reunidos. Bolsita de ketamina volcada en la tapa del retrete o en la pantalla del móvil. Tarjeta sanitaria Junta de Andalucía. Tarjeta de crédito BBVA. Billete de cinco o diez euros. Colostomía mental. Cáncer de mama. Pollos de colores. De nuevo el mismo ritual de la garrapata: tranquilizante para caballos.
Gonzalo es un adicto al gimnasio. El muy imbécil se inyecta Synthol, un aceite compuesto por ácidos grasos, alcohol bencílico y lidocaína. Dice que busca la simetría perfecta y acabada. Lo único que tiene, aparte de unas orejas de remolacha y una nariz de zanahoria, es un pene miniaturizado. Tarde o temprano explotará igual que un cohete artificial lanzado en el Minecraft o en la feria de agosto. Vigorexia. Tacto efímero y quejumbroso. Valla publicitaria. Gas sarín. Olor a vinagre de manzana.
Adrián es un «pokemaníaco» empedernido. Puede pasarse horas y horas frente a las maquinitas litúrgicas como la Nintendo 3DS o la Xbox One sin llegar a cascársela. Rojo y Azul. Amarillo y Verde. Oro y Plata. Rubí y Zafiro. Diamante y Perla. Negro y Blanco. XY. Sol y Luna. Juego de vocales. Engranaje. Epilepsia. Injerto de ratón. Epitelio intestinal. Gestación subrogada. Vientre de alquiler.
Adiós, gran masturbador.