La vagina mecánica de Dios. Daniel Polunin
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El pecho hundido y los pliegues de sus arrugas encuadran el sacramento penitente. El santo se encuentra en actitud meditabunda traduciendo las Sagradas Escrituras al latín. Vulgata. Encima de uno de los tres libros abiertos que enmarcan la obra se halla una calavera, recordatorio de la transitoria fugacidad de la existencia. El fondo vacío desencadena la soledad inexorable.
Hierba sardonia: los músculos se contraen, la risa es imitada.
Adiós, gran masturbador.
VI
Y ahí estaban los anarquistas: Alan (cuarenta y dos años, sobredosis de barbitúricos junto a las vías del tren), Sergio (treinta años, se ahorcó en el hotel donde se hospedaba), Yukio (cuarenta y cinco años, se desentrañó el vientre con un tantō de izquierda a derecha), Federico (treinta y ocho años, acribillado a balazos en el paredón), Elisa (veintinueve años, saltó por la ventana desde un séptimo piso), Alejandra (treinta y seis años, se ahogó tras ingerir grandes cantidades de Seconal), Ernesto (sesenta y dos años, se voló la tapa de los sesos con una escopeta Boss calibre 12), Paulo (cincuenta años, se arrojó al río Sena desde un puente en plena fuga), Silvia (treinta y un años, encendió el gas del horno y metió la cabeza estigmatizada de anhelo griego), Jack (cuarenta y siete años, dejó el camino como un vagabundo del dharma a causa de una cirrosis hepática).
¿Recuerdas cuando éramos jóvenes y no podíamos parar la canción? Un remolino de mosquerío se aglutina por las calles para reivindicar el desvío de la degeneración y consumir ácido debajo de la lengua o en la córnea. El baile seduce al monstruo a inventar faisanes en la garganta. ¿Por qué atasteis un petardo en el cuello de Holden? Proliferan las salamandras indigeribles por el sumidero atorado. ¿Has callado a la mosca de tu pared?
Moscardón: [Moscarda y —ón]. m. Mosca de doce a trece milímetros, de color pardo oscuro, muy vellosa, que deposita sus huevos entre el pelo de los rumiantes y solípedos en los puntos en los que el animal se puede lamer, para que así pasen aquellos al aparato digestivo y produzcan larvas, saliendo con los excrementos y cayendo a tierra cuando van a cambiarse en ninfas, antes de pasar a insectos perfectos.
Mantis religiosa. f. Insecto alargado de color verde o pardo, con grandes ojos compuestos y patas anteriores largas y robustas, que mantienen recogidas ante la cabeza en actitud orante y que están provistas de fuertes espinas para sujetar las presas de las que se alimenta. En la época de apareamiento, las hembras adultas, en ocasiones, acaban por comerse al macho justo después del apareamiento, e incluso durante, empezando por la cabeza y evitando dañar al sistema nervioso encargado de la reproducción.
Te oigo sollozar...
En el camino
el grito de la garza
y en el sendero
las plumas de oca teñidas.
No tengas miedo
de la lluvia
cuando derrita la nieve.
La flor de cerezo ha caído
en la boca abierta
del espantapájaros.
Los animales han abandonado sus cuerpos y nosotros seguimos en el mismo lugar y a la misma hora obedeciendo el mismo pellejo.
Adiós, gran masturbador.
VII
31 de diciembre. Nochevieja. Botines chelsea de poliéster. Traje negro con camisa blanca y corbata estrecha. La Naturaleza profiláctica: la erudición se rinde a la intuición. ¿Quieres escapar de la monotonía? Elige el camino menos recorrido. Siéntete vivo. Sácate la chorra y baila el hula hoop. Sí. Esa es la respuesta para todas las feminazis hijas de puta. Necesitamos hacer un gran falocentrismo en el cual nos saquemos la chorra y bailemos el hula hoop. Hey hey hey! ¿A quién no le gustaría tener un hemipene para cada día de la semana? Uno de lunes a viernes y otro para los fines de semana. ¿Cuál es la epopeya moderna en estos tiempos? Viagra. ¿Cuál es la purga contemporánea? Cerveza y ardores.
Eran las dos de la mañana cuando la luna llena iluminó mil calles zarrapastrosas y un cartel de neón medio fundido. Nos pusimos a la cola. Las puertas rellenas de caucho se abrieron. La cuadra desprendía un pestazo a José Cuervo y aliento mañanero. Mofetas colgadas de las vigas y tortugas descapulladas. Space Oddity, de David Bowie, plagaba de subidones inquietantes los oídos de los imberbes desesperados y las maduritas kilométricas. Bótox. Ácido hialurónico. El lomo de bacalao gusta acompañarlo con alcachofas fritas y virutas de jamón ibérico. ¿Pastel de carne? Echamos una ojeada por encima. La rebelión era evidente. El contacto a poros dilatados canaliza la poliquistosis renal. El roce manosea las varices y las celulitis. Es el fuego que aviva a los inválidos. En la barra preparaban latigazos de próstata con un toque suave a glándulas mamarias. Almorzamos con gusto dióxido de carbono al aire libre y cenamos carburos iónicos en las minas de Salomón.
La disposición de los protagonistas decreta la narración poética.
Venimos de un país donde las estrellas de cine estampan sus carrozas de lujo y se drogan con pentonal sódico. ¿A cuántos negros, ancianos y prostitutas habrá matado un crío de siete años en el Grand Theft Auto antes de experimentar para con su primer beso de amor? ¿Aún crees en los cuentos de hadas? ¿Y en los príncipes que arriesgan sus vidas para salvar a la princesa secuestrada en la torre más alta del castillo y custodiada por un dragón de siete cabezas?
Crisis de fe. Crisis anticristiana. Sapos y culebras bajaban de sus estanques y hojarascas rumbo al centro de la ciudad con una erección de campeonato. Los sapos terminarán con dispepsia saltando desgarbadamente por la barra alimentándose de lombrices o pichones, y las culebras, llamativas por un movimiento narcótico cuando reptan por el suelo pegajoso de las discotecas cazarán insectos y roedores. ¿Cuál es el propósito primordial en fin de año?: follar y golpear. La diarrea adolescente marcha hacia el limbo de la autodestrucción sin ningún salvavidas a bordo.
Test de Rorschach. Anillo de Kayser Fleischer. Dualidad. Cisterna. Polvos de cianuro. Semillas de ruda siria. Queroseno preseminal. Floripondio. Banco Santander. Mercado de Salamanca. Concurrimos la esperanza noctámbula molida con anabolizantes. Antes de que las portadas de la revista Interviú y las tetas de Yola Berrocal me dominaran destapando el flujo omnipotente y el escribir se convirtiera en una tortuosa aflicción, bajaba la cuesta de Fuente Olletas teatralizando el mito de Camus y componiendo el Sysyphus de Wright para así poder alimentar la transición sadomasoquista de mi imaginación. Yo decido quién vive y quién muere. Has entrado en el reino de los mordedores de clítoris y las mamadas poligoneras.
Cuenta regresiva. ¿Hemos de contemplar la calavera que llevamos ensamblada como rostro?
Adiós, gran masturbador.
VIII
Tienda de regalos. Ropa vintage. Maniquíes. Starbucks. Pies de loto. McDonald’s. Clínica dental. Cirugía plástica. Nuez (manzana) de Adán. Piojos de mar. Pececillos de plata. Notaría. Oficina de correos. Estudio Contable Económico. Grafitis. AC Hotel. Prosopagnosia. Parasitismo social. Bajo una fila de naranjos estériles y cabezales indios, dos estatuas gesticuladoras de mármol blanco constituyen la alegoría impronunciable: joven española semidesnuda con trenzas de azúcar (Juventud); viejo ¿venezolano? de serna con toga de pana (Vejez). ¡Que alguien le afeite el mostacho torcido a ese estúpido de N. M! Quiero verlo colgado boca bajo retorciéndose