La población, siglos XVI al XX. Elsa Malvido
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De ahí que una tarea indispensable del historiador consista en hacer una crítica a la calidad de los materiales con que cuenta, a fin de decidir con cuáles se puede reconstruir la evolución de la población mexicana.
Por ello, he aquí otras historias paralelas; la primera se sustenta en responder: cómo, cuándo, para qué y quién, ha contado a los individuos; de donde se desprenderán los conceptos con que se han elaborado dichas cuentas a lo largo de cinco siglos. Puesto que en el periodo colonial los humanos estuvieron compuestos por dos entidades, el cuerpo y el alma, como vasallos del rey se hicieron las cuentas de los tributarios o vasallos del mismo —o cuentas de los cuerpos—, mientras que las almas, como vasallos de Dios, debieron sus cuentas a los sacramentos católicos; bautizo, confirmación, confesión y comunión, matrimonio y defunción.4
A partir de las Reformas Borbónicas el concepto de hombre cambió debido a la separación de la Iglesia y el Estado. Cuando el lema "gobernar es poblar" pasó a ser lo medular del pensamiento ilustrado, los cuerpos fueron atendidos por el Estado para manentenerlos sanos como fuerza de trabajo, fue entonces cuando se estructuraron los espacios económicos y resultó indispensable contar a todos los humanos, creándose el concepto de población total.
La otra historia indispensable de narrar se refiere al espacio que hemos ocupado y usado los mexicanos; y al ser registrados aquí o allá nos deja ver cómo se ha distribuido y poblado este extenso y cambiante territorio mexicano, creador de variadas regiones y divisiones, amén de las impuestas por la misma geografía y sus climas (tropicales, áridos, semiáridos, etcétera).
Hay también otras historias que han respondido a factores políticos, económicos o sociales, algunas de ellas imaginadas para facilitarnos el análisis según nos interese, pues los límites difícilmente han sido marcados con mojoneras5 en estos cinco siglos.6
Así que para hacer comprensible este trabajo nos referiremos siempre a la extensión de México, que ha pasado por etapas territoriales indefinidas, aclarando que cada época ocupó espacios distintos y que sus fronteras no fueron como hoy las imaginamos, donde los grupos humanos se han movido a ritmos y tiempos diferentes.7
El libro se divide en cinco grandes apartados que plantean la historia de las cuentas de los humanos. Para hablar de los hechos sociales y de su cuantificación, hay que partir de que no es posible captarlos en su verdadera intensidad,8 sino "aproximadamente, con tendencias, más o menos", pero nunca exactos, ya que los humanos somos como el agua entre las manos: se escapa mucha y queda poca para saciar la sed; las restantes divisiones se debieron a los cambios importantes que la muerte ha producido en nuestros habitantes.
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1 Enrique Florescano y Elsa Malvido (comps.), Ensayos sobre la historia de las epidemias en México, t. I, IMSS, México, 1982, p. 398.[regresar]
2 José Gómez de León C., "La mortalidad en 1992. Desigualdades regionales y años de vida perdidos", Demos. Carta Demográfica sobre México, núm . 7, México, 1994, pp. 9-10.[regresar]
3 Brígida García, Desarrollo económico y absorción de mano de obra en México (1950-1980), E1 Colegio de México, México, 1988.[regresar]
4 Elsa Malvido y Miguel Ángel Cuenya (comps.), "¿Cómo y por qué se cuenta a los hombres?", Demografía histórica de México: siglos XVI-XIX, Instituto Mora/UAM, México, 1993, pp. 7-25.[regresar]
5 Véase en esta misma colección, Bernardo García Martínez, El desarrollo regional y la organización del espacio, siglos XVI al XX, UNAM-Oceano, México, 2004.[regresar]
6 Edmundo O'Gorman, Historia de las divisiones territoriales de México, Porrúa, México, 1985.[regresar]
7 Para que quede más claro, pondremos algunos ejemplos. Se han hecho divisiones culturales: Mesoamérica, Aridoamérica; socioeconómicas: con criterios de espacios rurales, urbanos, industriales; o bien, fronterizas: antes de llegar los castellanos las culturas nativas tenían sus territorios fuertemente delimitados; después de la Conquista, cambiaron las fronteras de dominadores o civilizados y dedominados o salvajes que fueron generalizados con el sustantivo de chichimecas; con los descubrimientos del siglo XVIII en la Nueva España las fronteras del reino se extendieron hasta Alaska, aunque había en su interior otras fronteras culturales como los apaches, o zona de indios de guerra, de fronteras, etcétera.[regresar]
8 Los conceptos respondieron a las necesidades de las autoridades para controlar a sus habitantes, y aunque nos parezca raro, el concepto de "población total pertenece a la historia casi moderna de los humanos, fines del siglo XVII y XVIII; anteriormente sólo algunas características se cuantificaban, por ejemplo, el número de tributarios es un concepto aplicable a la época colonial y proviene de dos vertientes: la mexica y la romana.
Para los mexicas, tributarias eran las provincias que por medio de la guerra habían sido sometidas y tenían la obligación de pagar a los dominadores comunalmente en especie, fuerza de trabajo y vasallaje cada determinado tiempo. El tributo impuesto no necesariamente tuvo que ver con lo que ahí se produjo o acostumbró hacer, sino con el castigo con que se les gravó, debido al nivel de insubordinación o resistencia. Aquí no se tomo en cuenta si eran pocos o muchos habitantes, es decir, no había tampoco una relación entre el número de individuos y el pago del tributo, por lo menos entre los mexicas en el siglo XVI.
En cuanto a la vertiente europea, ideada por los romanos, retomada por los castellanos y aplicada en Nueva España, el vasallo o tributario del rey respondió a la forma de organización social básica de la familia monogámica cristiana, ya no a la comunidad tributaria, sino a la cabeza de familia, pater familias, quien habitó en una localidad dentro de las tierras de un reino y debió pagar en especie, en trabajo o defensa militar, impuestos por el uso de la tierra, una cantidad fija por año si vivían en tierras realengas, al rey o al señor feudal, en tierras concesionadas a éste, quien remitiría una parte al rey. Fueron sujetos a este concepto los varones, quienes también significaron la fuerza combativa disponible de cada sitio, fin la América colonial, este concepto se tuvo que adaptar a la nueva realidad; fueron tributarios de los reyes de Castilla, los: "indios, hombres, mayores de 16 y hasta 60 años; con dos variantes: tributario entero" — se refirió al hombre casado que pagó impuesto por dos, cuando estaba casado—, y el "medio tributario, los solteros y viudos, los que pagaban la mitad". Cabe aclarar que según la necesidades de la corona, estos conceptos se ampliaron o restringieron, excluyendo a quienes ayudaron a la Conquista, como los tlaxcaltecas, otras veces incluyendo a las viudas como medio tributario o integrando a todos los mestizos que habían estado exentos. Amén de las variantes locales y las excepciones que se