La población, siglos XVI al XX. Elsa Malvido

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La población, siglos XVI al XX - Elsa Malvido Historia económica de México

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la tierra por el trabajo, y la Ilustración dominaba Europa, resultó que "poblar era gobernar", por lo que fue indispensable, ahora sí, saber cuántos habitantes tenía cada reino, creándose entonces el concepto de "población total".[regresar]

      La despoblación de México

      MUCHOS SIGLOS ANTES de la llegada de los castellanos, europeos y africanos en el siglo XV, el continente que más tarde la cultura occidental llamó América fue habitado por diversos grupos humanos, quienes compartieron o disputaron el territorio con la flora y la fauna que los distintos climas permitieron.

      Para el siglo XVI, se habían desarrollado en distintas zonas geográficas varios grupos étnicos, con lenguas, ideologías y culturas materiales complejas que según los criterios de los antropólogos se conocen como sedentarias o altas culturas y que ocuparon Mesoamérica, mientras que las otras se han clasificado como nómadas, localizadas fundamentalmente en Aridoamérica. Aunque la separación resultó estática, muy simplista y no siempre válida, la utilizaremos porque su discusión no es el tema de este trabajo.

      Desde hacía siglos, esos diversos grupos culturales se movieron en este espacio, a partir de sus migraciones desde Asia durante la última gran glaciación, y evolucionaron de maneras distintas. Por supuesto que no vivieron en el Edén, sino que al igual que otras sociedades con similar nivel de desarrollo enfermaron y murieron.

      ¿A qué se debió un refinamiento de búsqueda como éste? Su interés fundamental fue seguir estos conteos a lo largo del siglo XVI para probar la brutal despoblación provocada por la conquista castellana y permitir a los actuales demandantes de la numerología dar al suceso un tinte de cientificidad, ya que el concepto de población total, como lo dijimos, es un requerimiento del mundo moderno que nada tuvo que ver con las culturas nativas ni con las europeas de aquel momento; es decir, el conteo no sólo les fue inútil, sino que tampoco se tuvo el cuerpo burocrático suficiente para levantarlo; la diversidad de espacios y culturas lo hubiera impedido, por consiguiente, si queremos comprenderlo con nuestto acervo actual, tenemos que aceptar simplemente dichos cálculos.

      Eso no significó que los grupos prehispánicos no hubieran contado a sus habitantes y servidores: por ejemplo, según sus fuentes, los mexicas necesitaron saber cuántos individuos compusieron un barrio para determinar la demanda alimenticia y de servicios, así como la mano de obra disponible para la producción y la guerra. Por su parte, a las comunidades tributarias o dominadas no se les cuantificó por el número de individuos que las componía, sino que el tributo se les impuso según la resistencia que hubieran opuesto al dominio de los mexicas, de ello se determinó lo que cada uno debió entregar en especie y en trabajo, por lo que sus cuentas respondieron a sus necesidades, las cuales tienen que coincidir con las nuestras.

      Para que sea más claro, a continuación presentamos los distintos cálculos de la población anteriores a la conquista castellana que han elaborado historiadores, arqueólogos y antropólogos, para que puedan entenderse las dificultades y variantes que ofrecen las fuentes, los autores y sus técnicas (cuadro 1).

      Aunque las cifras nos parezcan caprichosas, han significado hipótesis, arduas investigaciones y, en algunos casos, años de preparación y trabajo interdisciplinario complejo. Para unos historiadores han significado su vida entera, para otros un dato explicativo, pero en todo caso nos han aportado estas cifras que no podemos dejar de lado.

      Frente a estas diferencias resulta difícil entender la obsesión positivista de los humanos modernos de querer explicarlo todo por medio de la cuantificación,

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