La población, siglos XVI al XX. Elsa Malvido
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу La población, siglos XVI al XX - Elsa Malvido страница 5
LA CONQUISTA Y SUS CONSECUENCIAS
El siglo XVI europeo se cristalizó en 1521, aunque se inició unos años antes en algunas partes del territorio que se llamó Nueva España y con la caída de México-Tenochtitlan; se caracterizó por la imposición de una nueva patología, ajena a los diversos estadios de desarrollo de sus habitantes originales. El mundo occidental los designó de manera uniforme con el locativo de indios (aunque no fueran habitantes de la India) y quedaron vinculados desde ese momento con pandemias, epidemias y endemias,16 facilitadas por el sistema económico y cuyos límites dependieron de la expansión europea y del nivel de explotación al que fueron sometidos los nativos.
Junto a estas nuevas patologías, el barco y el caballo le dieron al contagio y a las enfermedades una velocidad y amplitud antes desconocidas. A partir de entonces, los elementos que habían sido determinantes de la "patología natural" fueron los favorecedores del poder patógeno de los nuevos males.
En el área de la cultura maya, los viajes tanto entre las islas del Caribe conquistadas por los castellanos y los espacios continentales, expusieron a sus habitantes a las pande- mias años antes que al centro de México. A decir de algunos autores, tuvieron dos puntos de dispersión:17 desde las islas del Caribe a tierra firme, y desde el Darién, a pie, a los cuatro puntos cardinales.
Así, después de la derrota de los mexicas por los representantes de la corona de Castilla, León y Aragón, se introdujeron con su cultura, animales, incluido el humano (Arca de Noé), plantas y sus padecimientos (Caja de Pandora) desconocidos en estas tierras.18
LOS NUEVOS AGENTES PATÓGENOS
Los nuevos agentes patógenos impuestos se pueden tipificar por su origen:19
1 Los de patología biológica pandémica: como viruela, sarampión, tos ferina, varicela y paperas; éstos presentaron dos etapas, una de incursión, que abarcó los años en que entraron todas por primera vez (1521-1562) y otra de domesticación, desde 1563 hasta nuestros días. En su etapa de incursión impactaron a todos los grupos de edad y sexo, no distinguieron clase social o nivel de desarrollo, produjeron entre 80 y 90% de mortalidad; sólo las limitó la expansión castellana y aquellos que fueron capaces de sobreviviría crearon una memoria inmunológica protectora en sus organismos. Por consiguiente, durante la etapa subsecuente de domesticación, afectaron sólo a los grupos de edad que no habían sido acometidos anteriormente y que no estuvieron protegidos por la inmunidad, pues, como ya dijimos quienes las padecieron murieron o se inmunizaron.20
2 Los de patología biosocial, pandémicos: peste en sus cuatro tipos, bubónica, neumónica, hemorrágica y septisémica siempre produce entre 50 y 90% de mortalidad, castigó a todos los grupos de edad, sexo, etnia o clase social, sin distinción de ninguna especie, pues no produjeron inmunidad ya que el causante de la enfermedad mutó cada vez que se presentó, y el organismo no lo pudo reconocer ni como a un pariente lejano. Atacó a todos los animales.Estos dos tipos de patologías estuvieron compuestas por enfermedades de origen zoonótico (animal),21 ya humanizadas y domesticadas en los otros mundos donde compartieron su flora y fauna, mientras que aquí fueron desconocidas por la ausencia de animales portadores, huéspedes y transmisores: vacas (viruela), gallinas (varicela), Mus rata ratus (peste), Mus Norvegicus, rata Norvegicus (tifo), por citar algunas.
3 Los de patología social, endémicos: fueron todas las que se desarrollaron en el reino por las condiciones sociales y económicas de sobreexplotación que se impusieron a los indios, y en general a los pobres; guerra, alcoholismo, suicidio colectivo, negación a la reproducción, desgano vital, hambre, sed, desintegración social, económica y física de su grupo, formas distintas de apropiación de las conocidas anteriormente a la Conquista.
Sin saber a ciencia cierta cuántos individuos hubo antes de enfrentar estos padecimientos, podemos garantizar que para 1562, fecha en la cual ya habían entrado por lo menos una vez todas las enfermedades de patología biológica, biosocial y social, la población nativa del altiplano se había reducido en 90%, pues afectó indiscriminadamente a todos los grupos de edad y a todos los estratos socioeconómicos, en especial a la población masculina, adulta e infantil, ya que a las mujeres las protegió su complejo sistema hormonal, sin embargo, se ensañaron más contra las mujeres embarazadas y sus productos (cuadro 2).
El porcentaje de mortalidad no se refiere a la población total, sino a la muerte producida sólo entre la población contagiada, que nunca será el total; esto lo explica la epidemiología: aun en poblaciones vírgenes hay quienes no la adquieren, o que presentan síntomas benignos en relación con la mayoría enferma, y no mueren.
El resultado demográfico fue lo que se denominan "generaciones huecas", que son los grupos de edad que al morir prematuramente en cualquier evento, su ausencia se reflejó a corto y a mediano plazos, es decir los niños de cero a un año que debieron de haber llegado a la edad de casarse, más tarde entre 15 y 20 años, incidieron en la reducción del número de matrimonios, y luego en el decremento en la cantidad de difuntos. Este proceso se dio en todos y cada uno de los grupos de edades afectados por un padecimiento, aunque las consecuencias fueran distintas.
Por más esfuerzos de recuperación que se hicieron, como el mestizaje, las generaciones huecas22 producidas por la incursión de los seis episodios pandémicos iniciales en sólo 40 años, imposibilitaron detener la brutal caída de la población al modificar el ritmo de la recuperación, al llevarse generación tras generación y no sólo a una pane de ella.
Otro resultado que cabe destacar es que las enfermedades ayudaron no sólo a la unificación de la especie humana de todo el globo, sino que también, durante la Conquista, muchos pueblos, al adquirir las enfermedades y fallecer, facilitaron a los castellanos la lucha y el dominio logrado.
Por otra parte, la visión dualista de la cultura occidental dividió a los indios occidentales en dos: los susceptibles de ser civilizados fueron vasallos del rey de Castilla y miembros de la Iglesia católica, mientras que a los otros, los indómitos pueblos del norte, sin importar el estadio de desarrollo cultural o el nicho ecológico en que vivieron, se les redujo al apelativo de "chichimecas" y se les declaró guerra de extinción