La población, siglos XVI al XX. Elsa Malvido
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Con todo ello, las generaciones huecas fueron continuas y, al ser dominados, los nativos enfrentaron problemas múltiples: hambre, sed, secuestro de sus bienes, cambio de asentamientos por la formación de pueblos concentrados, destrucción de las familias poligámicas, entre otros. Y como respuesta, los nativos recurrieron a varias formas de negación de la vida. Este último punto fue de gran trascendencia para la reposición de la población, pues muchas interpretaciones europeas presentaron a un Nuevo Mundo en proceso de occidentalización y feliz, cuando otros documentos describieron que, frente a la derrota, hubo grupos o pueblos enteros que se negaron a reproducirse, recurriendo a la abstinencia sexual, al aborto, al suicido individual y colectivo, al alcoholismo, a convertirse en nómadas o huir, como respuesta al dominio castellano.27
Por su parte, los conquistadores no fueron lo que se dice expertos labradores o artesanos, por lo que carentes ahora de la abundante mano de obra, las autoridades se replantearon, entre otras cosas, modificar o reglamentar los sistemas de sobreexplotación de los nativos, así como aumentar los impuestos.
Diversas formas de esclavitud fueron impuestas a los nativos dominados y, después de la toma de Tenochtitlan, hombres y tierras se redistribuyeron entre los conquistadores y sus aliados. Para ello, Hernán Cortés utilizó las listas de los pueblos tributarios de los mexicas; el sistema de trabajo fue la encomienda.28
La encomienda fue una "invención" de la conquista de América, especie de señorío medieval que, como su nombre lo dice, el rey les encomendó a los conquistadores a cambio de sus servicios, así como a quienes le solicitaron tierras. Ésta incluyó a los hombres que ahí habitaron, así como los bienes naturales y su explotación, para que bajo su jurisdicción los nativos trabajaran en la construcción de esta nueva sociedad y, al mismo tiempo, garantizaran su adoctrinamiento y el pago del tributo destinado al rey. Todas estas formas de dominio conformaron algunos de los síntomas de la nueva patología biosocial.
Entre 1521 y 1564 se localizó el peor de los periodos de despoblación indígena en una de las zonas con mayor densidad humana del continente: el altiplano, al que tuvieron que hacer frente los conquistadores por la escasez de mano de obra y de alimentos. Este periodo coincidió, por supuesto, con la introducción de las más devastadoras epidemias. Por todo ello, los sistemas de sobreexplotación del trabajo tuvieron que irse regulando y moldeando para poder satisfacer sus necesidades.
Debido a que los abusos de los conquistadores y sus aliados llegaron a poner en peligro el poder del rey en estas tierras, entraron en vigor las "nuevas leyes" que suspendieron el repartímiento o servicio personal dentro de la encomienda (1542), la esclavitud de los indios (1548) y la encomienda en términos de señorío a perpetuidad, aceptando para 1549 la libre contratación asalariada, que se transformó rápidamente en el coatequitl o reparto forzoso con pago por jornal de un peso y ocho reales.29
Entre 1550 y 1560 también se prohibió el abuso de los encomenderos para mover grandes masas de individuos a zonas climáticas peligrosas y el uso de tamemes (cargadores) para pesos excesivos y traslados muy largos; todo ello se ligó a la búsqueda irracional de oro, que sucedió a las crecientes minas de plata.30
La dispersión de los poblados fue una característica de los asentamientos prehispánicos que dificultó la conversión y control de la población, así que para tener un mejor manejo de los sobrevivientes, de su fuerza de trabajo y sus bienes se propusieron en dos periodos distintos congregar a los indios en pueblos. Así, los espacios y sus habitantes sufrieron nuevas transformaciones y maneras de abusos, dando lugar a los asentamientos en cuadrículas, tal como los conocemos ahora. No fue casual que entre 1550 (primera pandemia de paperas) y 1564 (primera pandemia de tos ferina) se intentara llevar a cabo las primeras congregaciones de indios, y después de la peste de 1575-1585, las segundas, considerándose éstas una última medida frente a la oferta y demanda de cuerpos y almas por parte de los españoles.31
En términos estrictamente económicos, también gracias a las nuevas leyes, se unificó el tributo de especie en moneda o su conversión, respetando algunos tratos preferenciales a las comunidades que sirvieron de aliadas para conquistar y acul- turar a los nativos, como los tlaxcaltecas, o a los pueblos cuyas tierras carecieran de minas, como fueron Tabasco, Campeche, Yucatán, Chiapas y Guatemala.32
En estas condiciones caóticas de gestación para todos, de una novedosa sociedad que desestructuró a las anteriores, cualquier cambio climático local o general implicaba hambruna, levantamiento y desagrado, junto con las malas cosechas, precios altos, y como resultado casi inmediato se incrementaron la mortalidad y las formas de represión que culminaban en matanzas de indios como modelo civilizador.
Sin embargo, a corto plazo la falta de indios permitió que el alimento alcanzara para meses después, pero como no hubo quien sembrara, el hambre aumentó, todos los productos escasearon y su precio subió; aunado a esto, los animales europeos en plena expansión (ganado vacuno, caballar, lanar, porcino, etcétera) enUaron en competencia alimentaria con los nativos al demandar maíz para su subsistencia. Además, los cultivos y animales de producción europeos ocuparon las mejores tierras y aguas, de las que fueron fácilmente despojados los nativos y sus comunidades.
Los primeros años de colonización no fueron fáciles para dominados y dominantes; hubo que adaptarse e improvisar. Como hemos señalado, los males se encadenaron formando sutiles lazos demográficos, económicos y sociales, obligando a la corona a buscar mecanismos de estabilización en bien de sus intereses.
CÁLCULOS DEL DESPOBLAMIENTO
Debemos volver, sin embargo, a la necesidad occidental de las cifras; entre las dadas por aquellos historiadores que construyen números tenemos cálculos hechos de la población del centro de México (unos 500 000 km2). Ellos han considerado que hubo aproximadamente entre 25 y 18 millones de habitantes antes de la Conquista, que se redujeron a un millón tan sólo 85 años después, registrándose las más elevadas pérdidas durante el periodo de incursión de la nueva patología (1519-1564).33 Véase cuadro 3.
Cuadro 3
Cálculos de despoblación indígena
para el centro de México34
Es decir, que se calcularon 25 millones de habitantes antes de la llegada de los castellanos y para establecer las temporales reducciones se tomaron en cuenta distintos documentos disponibles.
Nosotros, por otro método no cuantitativo en sentido estricto, queremos mostrarles los posibles efectos producidos solamente por la patología biológica, los cuales pudieron causar una reducción de similar magnitud