Milton Friedman: la vigencia de sus contribuciones. Rolf Lüders

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Milton Friedman: la vigencia de sus contribuciones - Rolf Lüders

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cambiado en el ínterin, sigue en pie la idea de que se trata de un método, siendo el objetivo de la presente sección, precisamente, delinear esta perspectiva.

      Motor para pensar, ordenar y explorar

      Mientras y como señala la sección previa, la metodología sea los conceptos, teorías y principios básicos de razonamiento, es decir, las ideas y procedimientos que permiten jerarquizar hipótesis diversas para explicar un mismo fenómeno, entonces, ¿qué se podrá entender por método? La respuesta breve es que el término apunta a una manera de aproximarse al examen de fenómenos específicos, de modo que el método se expresa por medio de los instrumentos de la disciplina, incluyendo los conceptos, axiomas básicos, teorías y reglas de procedimiento que se emplean en la construcción de conocimiento económico. O sea, economía es método, mientras que la metodología de la disciplina corresponde a los criterios con que esta evalúa la validez de las explicaciones que ofrece al explorar fenómenos específicos.

      Si bien la distinción entre método y metodología es fundamental en la presente discusión, en ocasiones, tal vez con el fin de simplificar la comunicación, se podrá optar por una sola expresión para referirse a ambas. Entonces, por ejemplo, al decir que la economía es método se estaría subentendiendo que la disciplina es instrumentos, técnicas, procedimientos, etc. y, a la vez, metodología, o sea, criterios para evaluar explicaciones. Lo importante es no perder de vista estos dos aspectos, de modo que en esta nota y al hacer referencia al término “economía” o “disciplina” lo que finalmente se tiene en mente abarca ambas dimensiones.

      Se podrá decir también que se trata de un método para explorar problemas económicos; sin embargo, en tal evento correspondería reconocer que la descripción de método que así se obtiene no es enteramente independiente, ya que el fenómeno específico, o sea, el problema económico no es estrictamente exógeno. Al señalar que una determinada situación plantea un problema económico, el mismo método ha cooperado para otorgarle al problema su contenido esencial. Se trata de un asunto que podrá parecer confuso a primera vista, posiblemente por la costumbre de visualizar al mundo que nos rodea como algo dado y totalmente exógeno, un enfoque plausible en muchas ocasiones21. Sin embargo, el problema económico constituirá un “problema”, un puzzle, desafío o irregularidad, que surge al observar una determinada realidad a través del lente de la teoría y/o de la experiencia económica. En tal caso se tiene un observador inspirado en un punto de vista, por ende con una identificación del problema, que será dependiente de la economía, o sea, del mismo conjunto de instrumentos con que se podrá explorar el asunto. Entonces, llegar a visualizar un problema económico representa más bien una primera y muy valiosa etapa del análisis, más que una manera convincente de definir o describir la disciplina.

      Otra fórmula para identificar la disciplina podrá consistir en solicitar una descripción de su quehacer a los respectivos practicantes. Frente a la pregunta concisa ¿qué hace un, una economista?, y aunque en principio cabe una gama amplia de respuestas, no sería tan extraño obtener como respuesta un simple y seco: “economía”22. Emerge así un cuadro en que tanto el planteamiento de problemas como el método de indagación empleado y los resultados generados, su evaluación y validez, en breve la producción económica del individuo, deberán mostrar características compatibles con los cánones fundamentales imperantes en el gremio, evaluación que seguramente requerirá de otro iniciado.

      Lo que distingue al trabajo de el o la economista es el hecho de emplear el método económico para identificar, describir, examinar y concluir respecto de algún tema de su interés, donde, y siempre que corresponda, se incluye también la etapa de confrontación de las predicciones con evidencia pertinente. Además, en cualquier evaluación de esta naturaleza también pesará el empleo apropiado del método y de los demás procedimientos, de modo que en este sentido podrá haber buena y mala economía, donde la segunda posiblemente ni siquiera califique de tal.

      Lo anterior no implica que tal reconocimiento llegue en forma instantánea, o que todos sus practicantes acojan una determinada innovación sin mayor oposición. La historia del pensamiento suele tener una preferencia marcada por seguir la pista de los casos exitosos, de aquellas innovaciones que llegan a tener un impacto duradero en la disciplina, pero ellas seguramente representan solo una fracción del total inicial. Por lo demás, el período para la incorporación más definitiva de una innovación a la disciplina podrá demorar más o menos tiempo, en ocasiones más de una generación. En este proceso habrá ganadores y perdedores; además del innovador propiamente tal, habrá quienes adhieran y defiendan tempranamente la nueva idea y otros que se opongan a ella. Se trata de un proceso de iniciativas descentralizadas, y en este sentido amplio, de una competencia o torneo, un proceso que, al menos en principio, registraría ganadores y perdedores, pero donde, curiosamente, ambos cumplen un rol. Gracias a los esfuerzos de todos estos actores la innovación inicial podrá ser pulida, su argumentación refinada, clarificada su relación con el stock de conocimiento existente, simplemente eliminada, etc. En rigor, se trata de un proceso que no tiene un término establecido, sin perjuicio que de facto exista en cada momento mucha teoría y conocimiento que, y para casi todos los fines prácticos, constituirá el conocimiento establecido.23

      Método económico: Hipótesis general y una ilustración

      El método económico, y aunque esto tenga mucho de simplificación, se asocia a una hipótesis de trabajo de carácter general presente en el trasfondo de teorías e hipótesis específicas; a menudo figura cerca de la superficie y en otras ocasiones está más escondida. Se trata de un instrumento diseñado para explorar y así entender comportamientos, donde estos se visualizan como el resultado de un proceso de decisión. Para visualizar el contexto y el desafío que enfrenta la hipótesis general, se recurre a la caricatura que sigue.

      Una persona va caminando por una larga calle y el observador que sigue su comportamiento desde la distancia percibe que al llegar a cierto punto ella se detiene, un contexto que aquel sintetiza en dos situaciones posibles: en cualquier momento del tiempo la persona en cuestión (i) camina, o (ii) se detiene, situaciones que el mencionado observador asocia a otras tantas interrogantes: en el primer caso ¿por qué continúa caminando?, y en el segundo, ¿por qué se detuvo? El observador es imaginativo y podrá producir una infinidad de respuestas, aunque y dada su actual posición, no ve cómo distinguir una de otra. Así, por ejemplo, se le podrá ocurrir que el caminante llegó a una esquina y que la luz roja lo detuvo (aunque no vea ni esquina ni luz). O bien, el caminante, al percatarse de la presencia de nubes amenazadoras (que no distingue el observador) se detiene para evaluar si resulta prudente volver a casa, o, quizás, para tener mejor vista de una dama que venía en dirección contraria. El punto es que tempranamente la economía comenzó a mirar el mundo en estos términos; por ejemplo, comprar un abrigo, por un lado, no comprarlo por el otro; invertir parte del ingreso en construir una casa o no hacerlo; por otra parte, enviar al hijo al colegio básico u optar por mantenerlo en casa, etc.

      La disciplina también llegó a establecer que la negativa a innovar, esto es, seguir caminando por la calle, no comprar el abrigo, no enviar el niño a básica, puede apreciarse más que en términos de una negación, como una expresión a favor de algo más bien positivo: poder observar a la dama en el caso del caminante que se detiene, eventualmente comprar zapatos en vez del abrigo, poner a trabajar al niño en casa en vez de llevarlo al colegio. El enfoque económico, entonces, observa comportamientos para luego proponer que ellos responden a una elección, es decir, a una decisión.

      Paralelamente comienza a tomar forma la idea de que tales decisiones podían ser conceptualizadas en términos de un proceso de búsqueda de algo que le interesa a todo el mundo, una ventaja personal: la del ente que decide. Entonces, y considerando que más es preferible a menos, podrá haber surgido la noción de maximizar dicha ventaja, o sea, y siguiendo con los ejemplos, el caminante se detuvo para observar a la dama por cuanto esto le genera más beneficio que, digamos, llegar a tiempo a su trabajo (no detenerse). Después de todo, un nuevo par de zapatos, podrá pensar el agente,

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