Por el espejo. A. A. Salvatierra

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Por el espejo - A. A. Salvatierra

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esto, además que ninguno de nosotros tiene influencia necesaria para conseguir información de CASE, eh “Continental Aeronautics and Space Exploration”, algo así como su NASA.

      Kate asintió mientras procesaba todo. Pero antes de poder discutir más el asunto, Nick empezó a hablar.

      -Miren, es muy tarde para que regresen a su casa, tengo varios cuartos vacíos que pueden usar y me encantaría escuchar la historia de cómo vino a parar a este mundo, Miss -dijo este último mirando a Kate.

      Kate le explicó lo que pudo de su trabajo y su rol con el profesor Rook. Qué había hecho al llegar a Firefly hace unas pocas horas, cómo había encontrado la oficina de John y el cristal. Al final del relato, ambos hombres estaban un poco nerviosos.

      -¿Qué pasa? ¿Carter?

      -No me había contado del estado de la oficina, Miss Magnus -mencionó en tono preocupado.

      -Digamos que no te creía en ese momento -respondió Kate con vergüenza.

      -Entiendo, pero esto cambia un poco la situación.

      -¿Por qué?

      -Verá -intervino Nicholas-, en uno de nuestros viajes a través del portal nos encontramos a unos hombres. Salieron del espejo antes que nosotros y decidimos escondernos hasta saber quiénes eran. Hasta ese momento no sabíamos que la red estaba en uso.

      -Eran dos hombres -intervino Chris - con trajes de nuestro mundo dejando a un tercero el cual estaba atado de manos con una de sus esposas. Lo dejaron tirado en el piso como si fuese una bolsa de papas y se regresaron.

      -Espera, ¿entraron a Firefly?

      -No, como le dijimos, hay varios espejos. Dos en su mundo, hasta donde sabemos. Usualmente usábamos uno que está a las afueras de su pueblo ya que no quería que usted se enterara. El que tiene Sir Rook en su oficina lo usaba para venir aquí, dado que siempre parecía estar encerrado en ese lugar.

      -Así es Rook… ¿Descubrieron quién era el hombre?

      -No. Para el tiempo en que los otros dos se fueron y fue seguro para nosotros salir, el hombre ya se había ido, corriendo, debo añadir -respondió Carter.

      -¿A esos hombres se los volvieron a encontrar después de eso?

      -No.

      -Sí.

      Respondieron ambos hombres al unísono, inmediatamente se miraron en confusión.

      -Nick ¿cómo que sí? -preguntó el hombre sorprendido.

      -Chris… ¿Josh no te contó? -preguntó su amigo confundido.

      -¿Contarme qué? -inquirió Carter un poco herido al haber sido dejado fuera de los eventos.

      -Josh y Johnny no podían dejar el asunto quieto. Querían saber si esos hombres venían de nuestro mundo o de otro. Estaban muy emocionados por saber a donde más podría llevarlos el espejo. Después de un tiempo, encontraron información de una organización que viajaba constantemente a través del Quantum. No me preguntes como, pero lo hicieron. Algo pasó, ya que después de un tiempo decidieron dejar las cosas así y unos meses después, Josh murió y… -dejó el comentario en el aire, encogiéndose de los hombros tristemente.

      La mandíbula de Chris estaba apretada de ira, respiró profundamente antes de hablar.

      -Nicholas ¿Por qué nunca me dijiste nada de esto? Merecía saberlo -demandó en un tono severo.

      -Yo sé, Chris. La única razón por la cual yo sabía de esto, fue porque los escuché hablando un día. Me hicieron prometer no decirte nada, no iba a romper esa promesa.

      -¿Creen ustedes que Joshua Rook haya dejado alguna información acerca de esa organización en algún lugar? -preguntó Kate.

      Ambos la miraron perplejos.

      -No estoy seguro -respondió Chris -¿Por qué, Miss Magnus?

      -Estoy segura que quien haya decidido ir tras John pertenecía a esa organización. Ustedes no vieron lo desordenado que estaba la oficina, recuerden que este era un hombre que era un obsesionado por la limpieza y parecía que un tornado hubiese pasado por allí -explicó tranquilamente la mujer.

      -Todos los papeles y pertenencias de Sir Joshua están en mi casa, Miss Magnus. Podemos revisarlas mañana después de venir del Centro.

      Todos estuvieron de acuerdo con el plan. Viendo la hora decidieron que lo mejor era descansar, algo que no sería fácil para Kate. No podía evitar pensar que Rook estaba en un gran peligro y tenía que ir a rescatarlo, pero hasta no saber dónde estaba ni dónde empezar a buscarlo, no había nada que pudiese hacer.

      La casa de Nicholas era de dos pisos, un poco más pequeña que la de Chris y mucho menos adornada. Tenía uno o dos cuadros colgando de las paredes y en la pared lateral a las escaleras, había una sucesión de fotos, más que todo de los cuatro hombres que ella había visto en casa de Chris y algunas fotos familiares enmarcadas que se movían en una secuencia repetitiva y con una sonrisa Kate se dio cuenta que era un video, de una pareja con el que ella suponía que era Nicholas cuando era muy pequeño con una sonrisa muy grande, y luego otra pareja, que lo acompañaba mientras el niño (que ya no sonreía tanto) crecía. Al parecer algo les había pasado a los padres del hombre.

      Había tres cuartos aparte del de Nicholas, el final de la escalera daba comienzo a un pasillo a su derecha, largo y bien iluminado donde las grandes puertas de madera se intercalaban entre las paredes del pasillo.

      El cuarto asignado a Kate Magnus quedaba frente al de Christopher, tenía una cama tamaño matrimonial con dos almohadas, una en cada lado, cubiertas por una manta de lana, suave y cómoda, de color crema con empastados sutiles de flores. Las paredes estaban pintadas de un color arena claro, con un marco de madera de medio metro, que salía desde el piso. Había un closet de roble donde estaba un solo vestido azul pardo, con un corte parecido al que llevaba puesto, algo le decía a Kate que Christopher tenía algo que ver con eso. Al lado de dicho closet, había una puerta que llevaba a un baño; tenía una bañera y un lavabo, con un espejo encima. Todo era de mármol, con terminaciones coloniales. La bañera tenía varios chorros a presión y ocupaba casi la mitad del cuarto. Kate decidió que después de un día como hoy, podía satisfacer uno de sus pequeños placeres; un buen y largo baño. Normalmente, lo ideal sería tener un buen libro, velas y un vino suave. Por desgracia, estando en casa ajena y en otro mundo, era muy difícil.

      Después de unos buenos 20 minutos, salió de la bañera, se puso una toalla alrededor de su esbelto cuerpo, dejando que su cabellera se secara con el ambiente. Encontró una especie de bata de tela, blanca, de mangas cortas y con un pequeño corte en V, que dejaba mucho, sino todo, a la imaginación.

      El peso de todos los acontecimientos cayó sobre ella apenas su cabeza tocó la almohada y en segundos, estaba dormida. Su último pensamiento consciente fue de John y extrañamente de Carter.

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