Mentiras De Familia. Dawn Brower

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Mentiras De Familia - Dawn Brower

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interrumpirla. No es que ella se lo hubiera permitido. Su mente se apagó tan pronto su madre mencionó que la alcanzaría.

      Justo como temía, su madre quería visitarla. Más bien, volverla loca. No hay manera de convencerla de no venir a North Point. Lyoness había decidido sus planes de viaje antes de hacer la llamada a Amethyst. Lyoness Keane hacía lo que quería, cuando lo quería. Todo lo que ella podía hacer era sonreír y soportarlo. Antes de que se rindiera por completo, Amethyst intentó convencerla de que se quedara en Florida.

      “No sé, mamá. ¿Estás segura de venir hasta acá? Es todo un paseo desde el aeropuerto. Además, estás en Miami. Es hermoso allí”.

      “Estoy harta de Florida. Necesito un cambio. Hace años que no visito Michigan. Pienso que es momento de volver allá. ¿Cuál es el nombre del hotel donde te alojas?”.

      Como había pensado, había sido un esfuerzo inútil. Así que apretó los dientes antes de decir algo de lo que pudiera arrepentirse. En ocasiones, su madre podía ser tan demandante como un niño de dos años. Una vez que Lyoness Keane tenía una idea en su cabeza, podía convertirse en toda una batalla, incluso al sugerirle que tomara una decisión diferente. Así Amethyst le dijo a regañadientes el nombre de la posada. “Trenton-Hill Inn”.

      Armada con la información por la cual había llamado, atolondradamente Lyoness dijo a Amethyst, antes de terminar la llamada. “Muy bien, bebé, te veo mañana. Besos”.

      Amethyst tan solo miró su teléfono con desconcierto; su madre había colgado la llamada. Después de varios minutos volvió a meter su teléfono en su bolso y se dio la vuelta para caminar como autómata hacia la posada. Parecía que tenía que prepararse para la llegada de su madre al día siguiente. ¿Debía advertir a Cooper? Esto le daría un motivo para hablar con él. Sin saber si eso sería una buena idea, decidió no hacerlo. Por otro lado, la posada tenía que estar al tanto de que habría otro huésped en su habitación. De ninguna manera su madre tomaría otra habitación. Lo más probable era que estuviera al borde de la quiebra y no tuviera fondos personales. Ese era el motivo por el que buscaba a Amethyst cada vez que tenía un rompimiento. Los amantes de su madre pagaban todos sus gastos y una vez que terminaban su relación, sus fondos se agotaban.

      Levantó la vista y vio que había llegado a la posada. Entró. Suspiró y se resignó ante la situación. Dio un pequeño agradecimiento por estar en una amplia suite con un sofá. Cuando entró en la posada se dio cuenta de que Cooper ya no se encontraba allí. Una joven mujer con cabello corto negro, ojos purpúreos y una sonrisa alegre, la saludó. “Hola, soy Olivia. ¿Cómo puedo ayudarle?”.

      Le tomó un minuto a Amethyst superar la decepción de que Cooper no la ayudaría. No era que le importara, pero no podía negar su atracción hacia él. Había esperado tener otra conversación con él.

      “Oh, pensé que Cooper se encontraba trabajando”.

      Olivia asintió sin que su sonrisa dejara su rostro. “Oh, él está…o estaba, debería decir. Tuvo una emergencia con su papá, por lo que me llamó para que me encargara. ¿Usted es una de nuestros huéspedes?”.

      “Oh. Lo siento, sí. Soy Amethyst Keane. Estoy en la habitación número trece. Necesitaba hacerle saber que mi madre, Lyoness Keane llegará mañana. Si no estoy aquí cuando ella llegue, ¿puede asegurarse de que reciba una llave de mi habitación?”

      “Oh, por supuesto, dejaré una nota en nuestra computadora. ¿Hay algo más que necesite?”. Olivia anotó la información en una nota adhesiva amarilla y la colocó en el monitor de la computadora.

      Ella realmente quería saber qué estaba ocurriendo con Cooper y su papá, por lo que añadió: “¿el papá de Cooper se encuentra bien? Lo siento, creo que eso es algo demasiado personal”. No debería estar entrometiéndose en los asuntos de Cooper. “En ocasiones no puedo evitar mi naturaleza curiosa”.

      Olivia agitó sus manos en un gesto desdeñoso. “Oh, estoy segura que el Sr. Marchant se encuentra bien. Hace un año se retiró, cuando la mamá de Cooper falleció. Vive solo en la casa de Ghost Peak. De seguro se quedó atrapado en su techo. El viento derribó su escalera o algo así. Por fortuna tenía su teléfono celular en su bolsillo y llamó a Cooper por ayuda”.

      ¿Ghost Peak? Ese lugar parecía interesante, así que Amethyst preguntó: “Oh, es un nombre fascinante. ¿Por qué se llama así?”.

      “Se rumora que es el sitio donde Easton Hill le pidió matrimonio a Marianne Trenton. Además de esta posada, la leyenda dice que cada año, en el día en que se lo propuso a ella, él se aparece”.

      Amethyst podía sentir la emoción que empezaba a surgir en su interior. Había escuchado algunas historias de fantasmas acerca del pueblo. Ese fue uno de los motivos de que lo hubiera elegido para su próximo viaje. Quería obtener más información de parte de Olivia, pero se contuvo. “Guau, ¿es cierto? ¿Cree usted que el Sr. Marchant me permitiría visitarlo?”.

      Olivia asintió con la cabeza. “No veo por qué no. Adora la compañía, especialmente porque está solo la mayor parte del tiempo. Además de Cooper, solo son él y su golden retriever, Molly. Probablemente le gustará que usted lo visite”.

      Amethyst no pudo contener su emoción e hizo más preguntas a ritmo veloz. “Maravilloso, ¿Cree que esté bien que lo visite esta noche? ¿Cree que debo llamar primero? ¿Me daría las instrucciones para llegar a Ghost Peak?”.

      Una enorme carcajada llenó el lugar mientras Olivia se cubría el pecho con su mano. “No, tan solo vaya. Es probable que Cooper siga allá. Espere un minuto y anotaré las instrucciones para llegar. Es una larga caminata, pero la vista es impresionante y vale la pena”.

      Olivia continuó escribiendo algunos detalles de las instrucciones para llegar. La caminata anterior no había salido como originalmente pretendía que fuera, pero en ocasiones era mejor no planificar las cosas. Con la ayuda de Olivia, ya tenía el tema principal de su historia. Tal vez incluso podría acortar su visita y regresar a casa. Su madre seguramente la seguiría, de cualquier manera…

      Se encargaría del asunto con su madre cuando llegara. No había razón para estresarse en este momento. Había cosas más importantes por investigar y explorar. Estaba a punto de tener la primera experiencia con la leyenda de Easton Hill. No podía esperar ver el lugar donde existía el rumor de que se había comprometido a su esposa, Marianne.

      Olivia tomó el papel y se lo entregó a Amethyst. “Aquí tiene. Fue un placer conocerla, Amethyst. Buena suerte”.

      Amethyst asintió con la cabeza, mientras decía a Olivia: “gracias por toda su ayuda. Que tenga una linda tarde”.

      Después dio la vuelta y salió de la posada. Nada como el primer indicio de una historia para hacer que su sangre se sacudiera con entusiasmo, y con paso rápido empezó a caminar por la ruta que Olivia había indicado en la nota. Pronto empezaría a reunir los detalles de este fantasma del pueblo y de la rica historia que lo convertía en una leyenda.

      CAPÍTULO CUATRO

      Cooper acababa de poner la escalera en el cobertizo cuando vio a Amethyst caminando hacia la casa. Se detuvo un minuto para apreciar lo bella que se veía con el viento soplando su cabello. Su intento de retirarlo había sido fallido debido al día ventoso. Los finos mechones soplaban sin rumbo por su rostro, mientras caminaba por el sendero que conducía al porche delantero. ¿Qué la había conducido hasta él? Tal vez era la chica que había esperado encontrar un día. Sabía algo de seguro; está más que dispuesto por averiguarlo. Cooper creía en su corazón que ella era especial.

      Llegó

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