E-Pack Bianca 2 septiembre 2020. Varias Autoras

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу E-Pack Bianca 2 septiembre 2020 - Varias Autoras страница 14

Автор:
Серия:
Издательство:
E-Pack Bianca 2 septiembre 2020 - Varias Autoras Pack

Скачать книгу

invitados se dirigieron a otra gran sala. Un salón de baile. Había una orquesta y una cantante de jazz. La iluminación era tenue y el ambiente de intimidad. Había una puerta abierta que daba a una terraza llena de faroles encendidos. Estaba atardeciendo y el cielo se había teñido de color lavanda. Era como una escena de una película o de un cuento de hadas.

      Apollo guio a Sasha hacia la pista de baile y, cuando ella se dio cuenta de dónde iban, era demasiado tarde. Él se colocó frente a ella y la rodeó por la espalda con un brazo.

      Ella se puso tensa al sentir el impacto del cuerpo de Apollo contra el suyo, y también porque estaban en medio de la pista de baile. A su alrededor, las parejas se movían sinuosamente al ritmo de la música. Con elegancia.

      Apollo comenzó a moverse y ella dijo:

      –Ni siquiera recuerdo si sé bailar.

      –Simplemente, sígueme.

      Al cabo de unos momentos, Apollo la estrechó contra su cuerpo un poco más. Sasha no pudo resistirse y se relajó entre sus brazos.

      Estaban tan cerca que podía oler el aroma de su loción de afeitar. Deseaba besarlo en la boca, probar su piel. Al pensarlo, se puso tensa y él inclinó la cabeza y le susurró al oído:

      –Tranquila. Déjate llevar.

      Al cabo de unos segundos, se relajó de nuevo y se percató de que se movían por la pista con bastante soltura. Ella lo miró y preguntó:

      –¿Dónde aprendiste a bailar?

      Él se puso tenso y contestó:

      –Mi madre. A ella le encantaba bailar y solía bailar con mi padre todo el tiempo.

      –¡Qué romántico!

      Él la miró un instante.

      –Lo fue, hasta que él tuvo el accidente y no pudo bailar más.

      Sasha pensó en lo que él le había dicho acerca de vengarse por la muerte de su padre. Se estremeció pensando en lo despiadado que debía haber sido. Decidido a conseguir su objetivo. Entonces, recordó que también había sido así con ella… Hasta que aceptó salir a tomar una copa con él.

      Sasha se preguntaba cómo diablos era posible que él se hubiera fijado en ella cuando había cantidad de mujeres bellas, elegantes y con maravillosas joyas, como las que había allí esa noche. A pesar de que esa noche Sasha iba vestida como una de ellas, se sentía desaliñada y sosa en comparación.

      Se fijó en una mujer de cabello oscuro que iba agarrada del brazo de su pareja y que lucía un vestido plateado. La mujer miró a Apollo y después la miró a ella, haciendo un gesto como de rechazo con la cabeza. Sasha no era competencia para ella.

      Cuando terminó la canción, Sasha aprovechó la oportunidad para escapar unos instantes. Odiaba esa sensación de inseguridad. Especialmente cuando pensaba en lo cerca que había estado la noche anterior de demostrarle a Apollo lo mucho que él la afectaba, y cuando era evidente que él no sentía nada similar. Se separó de Apollo y dijo:

      –Disculpa, tengo que ir al aseo.

      Apollo la observó salir de la pista de baile de forma apresurada. Tenía el rostro pálido y él no pudo evitar preocuparse. ¿Se encontraría mal? ¿Estaría recuperando la memoria?

      Apollo blasfemó y se dirigió a la barra del bar. Preocuparse por su esposa era un sentimiento nuevo y desconcertante. Igual que la excitación que se había apoderado de él durante el baile. Tenerla entre sus brazos e inhalar el aroma de su piel. La fina tela del vestido que no servía para ocultar las curvas de su cuerpo… Ninguna mujer había tenido un efecto así sobre él.

      Apollo se había acostado con las mujeres que deseaba. Siempre les había dejado claro que no buscaba nada permanente. Sin embargo, con ella… Todo había sido diferente y, quizá, por eso había bajado la guardia momentáneamente. Algo que ella había explotado cuando fue a verlo a Londres para darle la noticia, un mes después de que hubieran pasado la noche juntos.

      No obstante, corría el peligro de olvidar todo aquello debido al deseo que lo invadía por dentro, que nublaba su juicio y anulaba su control. Nunca debería haber aceptado que ella lo acompañara esa noche. No eran una pareja.

      Nunca se habrían casado si no hubiera sido por…

      Apollo vio que Sasha regresaba al salón y que miraba hacia todos lados, buscándolo.

      Parecía vulnerable. Fuera de lugar. Se fijó en que algunos hombres la miraban, sorprendidos por su belleza natural. Ella destacaba entre la multitud de personas ricas y falsas. Y eso era lo que provocó que él se sintiera atraído por ella aquella primera noche.

      Todo había sido un espejismo. Quizá su pérdida de memoria fuera real, pero detrás de ella estaba la verdadera Sasha Miller. Una zorra mentirosa y mercenaria. No tardaría mucho en mostrar cómo era de verdad. En ese momento, como si hubiera oído su pensamiento, sus miradas se encontraron en la distancia. Apollo prometió que no olvidaría quién era ella en realidad.

      El trayecto de regreso a casa transcurrió en silencio. Sasha estaba inmersa en su propio pensamiento y cada vez tenía más preguntas sin respuesta. Sobre todo, después de esa noche, al mostrarse en público fingiendo que era la esposa de aquel hombre. Y la realidad no podía estar más lejos de la verdad.

      Apollo aparcó el coche al pie de las escaleras de la entrada. Sasha se volvió hacia él antes de salir.

      –¿Por qué has permitido que te acompañara esta noche?

      Apollo apoyó las manos sobre el volante.

      –Primero, porque pensé que no estarías preparada a tiempo. Antes, nunca lo estabas.

      –Entonces, habrías tenido excusa para marcharte sin mí.

      Él se encogió de hombros.

      Sasha negó con la cabeza.

      –¿Qué pasó, Apollo? ¿Por qué estamos así? En Londres te gustaba. Insististe en que fuera a tomar una copa contigo. Me invitaste a cenar.

      «¿Me llevaste a la cama?»

      No podía recordar esos detalles, pero sentía que era verdad porque era como si su cuerpo estuviera en sintonía con el de él. Y ¿un hombre como Apollo se habría casado con una mujer sin haberse acostado primero con ella? No parecía un hombre tradicional.

      ¿Y ella había sido virgen en esos momentos?

      –¿De veras quieres hablar de esto ahora?

      Una vez más, Sasha no estaba segura. ¿Quería saberlo todo?

      –Sí –contestó.

      –¿Estás segura de que estás preparada?

      Sasha tragó saliva para disipar el nudo que tenía en la garganta.

      –Necesito saberlo. Me siento como si fuera la única que no conoce el secreto.

      –Muy bien. Aquí no… Te lo contaré dentro.

      Sasha

Скачать книгу