GB84. David Peace

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GB84 - David  Peace Sensibles a las Letras

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Cotswolds. La zona de los estuarios de Norfolk. La costa occidental de Escocia…

      Esos son los lugares. Los lugares secretos. Los lugares oscuros.

      El Mecánico busca las señales. Las señales secretas. Las señales oscuras…

      Las encuentra. Recuerda.

      Ese es el lugar. El lugar secreto. El lugar oscuro.

      La finca. La Casa Grande…

      Wewelsburg.

      Aparca muy lejos. Deja salir a los perros. Se dirige al maletero del coche. Saca la mochila. Se la pone. Silba. Los perros vuelven. Les da de comer. Los encierra en el coche. Las ventanillas con una rendija abierta. Cruza los campos. Los arroyos…

      Llega a los árboles. Las hojas. Se sienta en la hierba alta. Espera…

      Ella estará durmiendo ¿En la oscuridad? Ella estará despierta. ¿A la luz?

      Ve la parte trasera de la casa. Los jardines por los prismáticos…

      La carpa está puesta. Las bombillas de colores encendidas.

      Anochecerá. Pronto estará todavía más oscuro…

      Los generales en la casa con Wagner y Bruckner sonando bajo los retratos de Robert K. Jeffrey y A. K. Chesterton, las tropas borrachas en los jardines cantando canciones sobre negratas y morenos bajo las esvásticas y las cruces de San Jorge…

      Que no lo veas no quiere decir que no esté…

      Y él debe de estar aquí en alguna parte…

      La música se interrumpe. Empieza el ensayo…

      Las puertas de la casa que dan a los jardines se abren. Sacan el carrito. Descubren la falsa tarta con la esvástica. Noventa y cinco velas sin encender…

      El homenajeado con el cuchillo en la mano…

      El tío Adolf interpretado por Julius Schaub, alias Martin Peter Cooper.

      El Mecánico va a por el coche. A por los perros.

      Terry no podía seguirles el ritmo. Estaba agotado. Christopher y Timothy eran demasiado rápidos para él. Eran incorregibles. Louise tropezó con los adoquines. Rompió a llorar. Buscó a su padre. Terry dejó de perseguir a los niños y el balón. Volvió andando a través del césped. Louise señaló el rasguño de su rodilla. Terry se inclinó. Le dio un beso para que se curase. La cogió en brazos. La abrazó. Theresa salió de casa. Llevaba una bandeja con agua de cebada. El hielo tintineaba en los vasos. Miró a Terry…

      No habló. Nunca lo hacía. Theresa Winters se limitó a sonreír…

      Él tampoco habló. Nunca se atrevía. Terry Winters se limitó a devolverle la sonrisa…

      Guiñó el ojo a su mujer. Iba a dejarlos a todos pasmados.

      La semana pasada fue el ensayo general del acto principal. El aperitivo del plato principal de hoy. Neil Fontaine se ha puesto una chaqueta de trabajo para asistir a la cena. Ayuda al Judío a ponerse la suya…

      ncb en la espalda.

      El Judío está en medio de su suite con la chaqueta de trabajo puesta.

      —Donde fueres, haz lo que vieres, ¿eh, Neil? —comenta.

      —Eso me temo, señor.

      —Vamos, pues —dice el Judío—. No nos perdamos a Nerón y sus juegos.

      Neil Fontaine acompaña al Judío abajo. Atraviesan el vestíbulo del hotel. Salen al radiante sol de Sheffield.

      El Judío se pone las gafas de sol. Mira los helicópteros.

      Neil Fontaine lleva al Judío por las desiertas callejuelas. Hacia el ruido. Neil Fontaine lo lleva al salón de actos. Hacia las consignas…

      Eso es lo que el Judío ha ido a ver:

      El Congreso de Delegados Especiales del Sindicato Nacional de Mineros.

      Siete mil hombres en las calles. Un solo mensaje en sus labios…

      Sus chapas y sus pancartas.

      No votaremos.

      El Judío espera entre las sombras. Neil Fontaine se queda detrás de él.

      El Judío observa a la multitud. El Judío escucha a la multitud…

      Escucha sus vítores. Sus atronadores vítores.

      Un discurso tras otro de un orador tras otro…

      Contra el Gobierno. Contra la policía. Contra el Estado. Contra la ley.

      El Judío escucha la acogida. La atronadora acogida dispensada…

      No al Partido Laborista. No a la oposición parlamentaria. No a la democracia…

      Sino a la oposición extraparlamentaria. Y a su presidente.

      Se hacen otra vez con el triunfo, y también su presidente…

      Su triunfo. Su discurso triunfal:

      —Yo soy el guardián de las normas y quiero decirles a mis compañeros del sindicato que existe una norma por encima de todas las demás, y es que cuando los trabajadores están en huelga…

      »NO SE SALTAN LOS PIQUETES BAJO NINGÚN CONCEPTO.

      El Judío escucha. El Judío observa.

      Observa cómo su líder es alabado. Observa cómo sus delegados se dispersan…

      Observa cómo los hombres avanzan…

      Para coger botellas. Para coger piedras. Para atacar a la prensa…

      Las hileras de fotógrafos. La masa formada por los equipos de televisión.

      Para atacar a la policía y que la policía contraataque…

      Las peleas en los pubs y las unidades de arresto.

      El Judío entre las sombras. Neil Fontaine detrás de él.

      Es jueves 19 de abril de 1984…

      Jueves Santo…

      —Pero esto no es Gran Bretaña —susurra el Judío—. Esto es otro Nuremberg.

      —¿Qué coño es esto, Winters?

      Terry alzó la vista de sus cifras. Paul Hargreaves se hallaba detrás de su mesa. Len Glover estaba en la puerta. Paul le tendía un trozo de papel.

      Una carta. La carta.

      Terry dejó el bolígrafo. Se quitó las gafas.

      Len entró. Cerró la

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