El juego de los grandes. Pete Newell

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El juego de los grandes - Pete Newell Deportes

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      Figura 1.2. Ataque en movimiento dos dentro y tres fuera.

      Figura 1.3. Movimientos básicos de ataque flex en el que se bloquea al bloqueador en el lado débil. Aquí se muestra una secuencia posible.

      Aunque más estructurado, el ataque flex tiene al menos una cosa en común con el ataque en movimiento: hace que el center se aleje de la canasta y ha cambiado el papel del poste, quizá para siempre.

      Más jugadores en el poste

      Los entrenadores siempre han sido conscientes de la correlación del juego ofensivo interior con el éxito. Siempre que se juegue al baloncesto en canchas del tamaño actual, con las mismas reglas básicas, el equipo que controla la zona controlará el partido. Aunque la canasta de tres puntos es muy popular, hemos visto a muchos equipos que confían en los tiros desde el exterior basándose en el dicho “vive por los tres y muere por los tres”. Los buenos entrenadores aprovechan el talento de sus jugadores. Si un equipo tiene jugadores que pueden operar desde dentro, el entrenador les da la oportunidad de recibir el balón cerca de la canasta.

      Hay quien critica estos ataques modernos porque se saca al poste tradicional del juego ofensivo, y así es. Sin embargo, estos ataques permitieron a los entrenadores aprovechar el talento de sus jugadores creando oportunidades para que más jugadores reciban el balón en el interior y anoten. Los aleros –y a veces los escoltas– con habilidades en el interior eran ideales para moverse hacia el poste, así que no se ocupaba esa zona. Cuando algún jugador tenía ventajas en fuerza o tamaño sobre los que lo cubrían, había que explotar esas ventajas. Esto era así en el pasado y lo sigue siendo hoy.

      El reto consiste en que si más jugadores del equipo son capaces de anotar dentro, el entrenador tiene que encontrar tiempo y espacio para entrenar a los individuos que juegan en el poste. En cualquier equipo de baloncesto, masculino o femenino, cuantos más jugadores sean anotadores en el interior, mayor parte del equipo podrá dominar la zona, lo cual es la clave del éxito para el equipo.

      Enseñar el juego interior a todas las posiciones ya no es una opción, es una necesidad, no sólo para el éxito del equipo en el instituto, sino también para preparar a los jugadores para jugar al baloncesto en la universidad. A medida que los jóvenes se van desarrollando físicamente, las diferencias en talla y fuerza crecen en la universidad más que en el instituto. Los programas de baloncesto masculinos y femeninos actuales integran el juego del pívot en todas las posiciones en el ataque de media cancha. Los entrenadores de instituto ayudarían mucho a sus jugadores si los prepararan para afrontar retos como hacer turnos en la universidad, desarrollar el juego de pívot de todos los jugadores que mostraran signos del talento necesario para operar cerca de la canasta. Los entrenadores tienen que encontrar una forma de hacerlo sin importar las limitaciones del tiempo y el espacio de la práctica que muchos deben afrontar actualmente. La creación de un equipo multidimensional desarrollando jugadores multidimensionales tiene muchas recompensas y ha de ser el objetivo de todo entrenador.

       Planificación para un juego interior suficiente

      Tras comprobar el talento individual y calcular unos turnos para el equipo, en entrenador puede prever todas las combinaciones de sus jugadores en la cancha en cualquier momento. Comenzando con la combinación que ofrezca la mayor fuerza del equipo, el entrenador puede avanzar creando grupos adicionales basándose en situaciones hipotéticas. Por ejemplo, si se supone que dos jugadores específicos pueden hacer falta, lesionarse o no jugar por cualquier otra razón, se crea una nueva combinación.

      Del mismo modo, el entrenador puede identificar los puntos débiles en ciertas alineaciones. Puede que una combinación en particular no ofrezca la destreza necesaria para el rebote. Otro puede presentar demasiadas responsabilidades defensivas en la zona.

      El siguiente paso consiste en desarrollar ejercicios prácticos para reforzar los puntos fuertes y minimizar los débiles de cualquier grupo de cinco jugadores que pueda situarse en la cancha. Por ejemplo, puede hacerse una serie de rebotes formando pare-jas con jugadores con el mayor tamaño, la mayor fuerza y habilidad con el balón. Una serie de lanzamientos en el interior puede realizarse con jugadores con capacidades ofensivas y defensivas similares.

      En alguna ocasión, el entrenador puede probar a un jugador en lo que parezca ser una situación desigual, por si acaso el equipo necesita que ese jugador ayude a cubrir una zona débil. Por ejemplo, un jugador más bajo puede sentirse más cómodo en el perí-metro. Pero si el jugador tiene un alcance más largo, una velocidad superior o una excelente capacidad de salto, puede ser capaz de cubrir a jugadores más altos. Este jugador puede aprovechar practicando en esa posición antes de tener que hacerlo durante un partido.

      Cuando el entrenador desarrolla planes prácticos diseñados para aumentar la profundidad del equipo a través del desarrollo de jugadores multidimensionales, la efectividad sostenida del equipo en los partidos aumenta. Además, a medida que muchos jugadores comienzan a mejorar su juego interior y exterior, el nivel de la competición en la práctica también aumenta. Esto sólo puede hacer bien al equipo.

      Conclusión

      Jugar al baloncesto es divertido. Cuantas más cosas puedan hacer los jugadores con el balón –y en todos los espacios de la cancha–, más divertido será este deporte para ellos. Éste es el motivo por el cual, en los partidos amistosos, a los jugadores interiores les gusta irse al perí-metro y a los escoltas les encanta jugar en el interior y anotar. Los jugadores grandes se divierten botando el balón por la cancha y haciendo movimientos de uno contra uno desde arriba o desde el alero. A los jugadores bajos les gusta expandir su juego haciendo de poste o enganchándose a la canasta. Los jugadores actuales consideran esta versatilidad en las posiciones como parte del juego y como una oportunidad para emplear todas sus habilidades. Los jugadores y equipos que mejor usen sus capacidades individuales y colectivas en todas las áreas de la cancha –incluido el poste– serán recompensados.

      Rara vez un jugador posee todas las herramientas físicas necesarias para el juego de pívot ideal. Aún existen jugadores o entrenadores que creen que la ausencia de uno o dos atributos valiosos incapacitan a un jugador para sobresalir en el área del poste alto. El error de esta presunción es evidente si se observa el gran éxito de muchos pívots que hoy se consideran estrellas.

      Por ejemplo, Wes Unseld fue un gran pívot de la Universidad de Louisville y luego un all-star de la NBA cinco veces con los Baltimore/Washington Bullets. Wes no llegaba a los dos metros de altura, era lento y no saltaba mucho. Sin embargo, Wes compensaba esas deficiencias físicas con su gran complexión, una gran comprensión del deporte, su excelente juego de pies y su posicionamiento y su implacable determinación para jugar mejor que otros jugadores con más talento natural. Éste es el motivo por el cual los entrenadores no deben infra-valorar a aquellos jugadores con menos talento físico cuando les enseñan las habilidades del juego de pívot. Los jugadores que carecen de alguna herramienta física necesaria para sobresalir en el poste no deben desanimarse y dejar de desarrollar su juego en el interior. Los jugadores persistentes y los entrenadores pacientes al final alcanzarán su recompensa si continúan trabajando para desarrollar capacidades de poste, incluso aunque sus activos físicos no sean tan impresionantes. Gracias a la experiencia, sabemos que si un jugador puede coger el balón, desea jugar un partido y se muere por aprender y trabajar duro, los beneficios bien valen la inversión.

      Dicho esto, ¿por dónde empezamos para desarrollar las herramientas motrices necesarias para tener éxito en el poste? Los capítulos 2, 3 y 4 cubren los tres primeros pasos: equilibrio,

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