La danza. Virginia Wilmerding
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Por reducción de fuerza se entiende la capacidad del suelo para absorber los impactos. Cuando un bailarín aterriza en un suelo amortiguador, dicho suelo se mueve hacia abajo, absorbiendo así la energía. Un suelo con una alta reducción de fuerza absorberá más energía que un suelo con baja reducción de fuerza. Esta absorción de energía puede reducir la cantidad de energía que deberán absorber los músculos, los huesos y los tejidos blandos de las piernas del bailarín, reduciendo así la fatiga y el riesgo de lesiones. El retorno energético de un suelo tiene que ver con el movimiento vertical ascendente del suelo cuando el bailarín salta apoyándose en él. Este movimiento hacia arriba puede transmitir al bailarín la energía almacenada en el suelo. Un suelo con propiedades parecidas a las de una cama elástica puede almacenar energía. El impacto generado por el bailarín al aterrizar puede almacenar energía en el suelo, que se libera cuando dicho bailarín vuelve a saltar. Al igual que en una cama elástica, que tiene un retorno energético muy alto, el retorno energético de un suelo amortiguador puede ayudar al bailarín a saltar más alto. Una reducción de fuerza o un retorno energético excesivo puede suponer un problema porque el suelo puede volverse inestable debido a una deformación vertical excesiva, lo que complicaría mucho los movimientos de equilibrio. Por ejemplo, podría resultar bastante difícil realizar una pirueta o un arabesque sobre un suelo con demasiada reducción de fuerza o demasiado retorno energético si el suelo se mueve en exceso bajo los pies. Este movimiento implicaría que el suelo no está ofreciendo la estabilidad necesaria para el equilibrio. Los niveles de reducción de fuerza y de retorno energético son especialmente importantes cuando el bailarín entra en contacto por primera vez con el suelo porque conseguir el equilibrio deprisa y mantenerlo es necesario para realizar el movimiento con éxito.
Dado que los suelos para la danza suelen estar hechos de madera, una determinada área del suelo que rodea al bailarín se deforma verticalmente cuando aterriza sobre dicho suelo, al igual que sucede en una cama elástica. Esto es lo que se conoce como deformación de área de un suelo. Una baja deformación de área es una propiedad importante para un suelo de danza. Una amplia deformación de área puede provocar que el suelo se vuelva inestable para la verticalidad del bailarín o para moverse en torno a otro bailarín, y también puede desestabilizar cualquier equipo que pudiera estar apoyado en el suelo durante la actuación. Por ejemplo, un grupo de bailarines moviéndose muy juntos está en contacto constante con el suelo, provocando una deformación vertical bajo sus pies. Si esta deformación es grande, el suelo puede tambalearse y volverse inestable para todos los bailarines que se están moviendo en proximidad, lo que podría aumentar el riesgo de lesiones como esquinces de tobillo. De igual forma, si el grupo de bailarines se mueve cerca de algún equipo, el suelo situado debajo de dicho equipo puede temblar, volverse inestable y, en el peor de los casos, hacer que ese equipo caiga.
Figura 1.1 Suelo amortiguador.
La última propiedad importante de un suelo amortiguador es la consistencia de la reducción de fuerza por todo el suelo. Si la reducción de fuerza no es igual en todo el suelo, el aterrizaje se complicará; el bailarín deberá hacer ajustes constantes al moverse por el suelo, lo que podría hacer que no aterrizara correctamente y, por lo tanto, aumentaría el riesgo de lesiones. Tras un salto, los músculos de las piernas deben absorber la energía para poder aterrizar debidamente. Un suelo desigual complicaría mucho la coordinación de la absorción de dicha energía entre la pierna y el suelo. Si el bailarín espera que el suelo tenga una alta reducción de fuerza y una alta absorción de energía, pero, sin embargo, aterriza en una parte del suelo que es dura y tiene baja reducción de fuerza, esto podría provocar un gran impacto inesperado en los músculos, huesos y tejidos blandos de las piernas, y un aumento del riesgo de lesiones.
Superficies de vinilo
En ocasiones se coloca una superficie de vinilo sobre la tarima de danza. Otras opciones habituales para este tipo de suelo son Marley y linóleo. Algunas superficies de vinilo tienen un refuerzo de espuma para proporcionar deformación vertical, reducción de fuerza y retorno energético al bailarín. Sin embargo, la función principal de estas superficies para un bailarín es procurarle fricción. Por fricción se entiende las fuerzas horizontales que se producen entre el pie del bailarín y el suelo. Encontrar el equilibrio en la cantidad de fricción entre el bailarín y el suelo es importante y suele ser una tarea difícil; tanto una fricción excesiva como una fricción escasa pueden tener consecuencias adversas para el bienestar del bailarín.
Demasiada poca fricción básicamente significa que el suelo es demasiado resbaladizo. Si el suelo resbala en exceso, los bailarines deberán tener cuidado para no caerse en los giros rápidos, al correr y al saltar. Caerse mientras bailas puede ser una experiencia bastante dolorosa y puede provocar lesiones de impacto graves. Un suelo con demasiada fricción tampoco es lo mejor para la danza. Si la fricción es demasiado alta, los pies y el cuerpo del bailarín pueden quedarse pegados al suelo, pudiendo llegar a provocar abrasiones en la piel y una fuerza de torsión excesiva que puede producir un esguince o fractura. En función del estilo de danza y del calzado, cada bailarín puede necesitar un nivel de fricción diferente en el mismo suelo. Por ejemplo, bailar en punta tiene unos requisitos únicos en cuanto a las superficies de vinilo. Las bailarinas en punta también pueden tener diferentes requisitos en cuando al vinilo en comparación con los bailarines. Las bailarinas en punta suelen preferir que el suelo les aporte algo de agarre en las zapatillas con el fin de aumentar la fricción entre el calzado y el suelo durante movimientos como los equilibrios. Gracias al agarre, el borde exterior de la puntera puede clavarse en el vinilo, lo que aumenta su resistencia y evita que las zapatillas se deslicen por el suelo. Si el suelo es demasiado resbaladizo, algunos bailarines usan colofonia, un material pegajoso que se puede poner en las suelas para aumentar la fricción y minimizar el riesgo de caídas y resbalones.
TRUCOS DE SEGURIDAD
Ten cuidado dónde pisas
Cuando estés sobre el escenario o en clase, presta siempre atención al suelo por si se ha acumulado la colofonia de forma irregular. Estas zonas de colofonia pueden crear lugares en los que los pies pueden quedarse pegados y hacer que tropieces o que te tuerzas el tobillo. También cabe la posibilidad de pasar de una zona con colofonia a una superficie más suave, resbalar y acabar lesionado por la caída.
Mantenimiento
Puedes ayudar a mantener el suelo del estudio limpio y seguro. No introduzcas bebida ni comida en el espacio de baile, excepto agua mineral, preferentemente en botellas de material irrompible. El cristal siempre es peligroso, así que evítalo en el estudio y en el teatro. Nunca se debe entrar en el espacio para la danza con zapatos de calle porque la suciedad hace que el suelo quede pegajoso y sea peligroso. Incluso debes limpiar las zapatillas con regularidad para mantener el suelo limpio. La suciedad debe recogerse con la mayor frecuencia posible y cualquier desorden que pudiera provocar accidentes debe quedar fuera de la zona de danza. Si ves algún charco u objeto afilado en el suelo, quítalo o díselo a todo el mundo. No esperes a que se produzca un accidente o a que alguien se lesione. Además de mantener el suelo limpio, durante la época de resfriados, siempre es buena idea limpiar las barras y el resto de superficies comunes con un desinfectante. Todo el mundo puede contribuir a un entorno saludable.
ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS
Saca