El búfalo de agua. Tomo 2. Luis Alberto de la Cruz Cruz
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Requerimientos de trabajo
El búfalo no solo produce carne y leche para la alimentación humana, también es una especie que tiene potencial para la carga debido a su mansedumbre y peso corporal (Figura 2); esta última característica está estrechamente relacionada con su fuerza y su resistencia, además de la disposición y conformación de sus extremidades que presentan flexibles cuartillas y menudillos que permiten flexionar hacia atrás sus pezuñas y pasar obstáculos fácilmente[29]. Para Kearl[26b], un búfalo de labor requiere 2.4 kcal de EM por kg de peso vivo por hora de trabajo. Para un búfalo de 650 kg de peso vivo que trabaja 6 horas al día, el requerimiento es de 9,360 Kcal de EM. EM: (2.4 Kcal de EM x 650 kg de P.V x 6 horas = 9,360 Kcal), expresado en megacalorías: 9.36 Mcal EM.
Figura 2. Mansedumbre y capacidad de labor de la especie bubalina
Fotografía: Alejandro Ortiz Acevedo.
Requerimientos de proteína
La proteína es necesaria para la formación de los tejidos corporales, repone las células y es un componente muy importante de la leche y la carne. A partir de esto las necesidades de proteína varían según el tamaño corporal, la edad del animal, los niveles de producción y trabajo y la etapa fisiológica en la que se encuentre (crecimiento, gestación, lactancia…)[26c]. Los búfalos son capaces de utilizar la proteína de manera más eficiente que el ganado vacuno, por lo que se calcula que su requerimiento para el mantenimiento es 16 % menor que el del vacuno[26d]; sin embargo, su demanda de proteína se incrementan durante el crecimiento, la gestación y lactancia.
Los requerimientos de proteína se expresan como proteína cruda (PC) o proteína digestible (PD). Un aporte insuficiente causa una disminución del apetito, bajo consumo de alimentos, un efecto negativo sobre la utilización del alimento y una disminución en la digestión de la celulosa. El exceso de proteína retrasa la edad al primer estro y aumenta el número de servicios por concepción[30]. Antes de profundizar en el requerimiento de proteína en los búfalos es necesario considerar los aspectos fisiológicos del sistema digestivo de esta especie. El primero es la tasa de pasaje del forraje por el tracto gastrointestinal, principalmente el tiempo que permanece en su retículo–rumen, y que es más prolongado que en el vacuno[31]. Otro aspecto fisiológico es el número total de bacterias: la población de celulolíticas, proteolíticas, amilolíticas y lipolíticas que habitan en el rumen, mayores en búfalos que en vacunos sobre las mismas condiciones de dieta[32], [33], [34]. La degradación de las fibras es mayor en los búfalos sometidos a dietas con bajos niveles de proteína que en los vacunos, porque las especies bacterianas celulolíticas predominantes en su rumen son las Fibrobactor succinogenes, que no necesitan de nitrógeno amoniacal para su crecimiento. La situación es diferente en los vacunos, donde el grupo de microrganismos conocido como Ruminicoccus albus sí necesita de dicha sustancia para crecer[13b], [35].
Figura 3. Grupo de búfalos de levante consumiendo forrajes toscos altos en fibra y bajos en proteína
Fotografía: Alejandro Ortiz Acevedo.
Requerimientos de proteína para el mantenimiento
A diferencia de los vacunos, los búfalos son rumiantes capaces de utilizar de manera más eficiente la proteína, y esto permite que su requerimiento de mantenimiento sea menor hasta en un 16 %[26e]. En un estudio, Kearl[26f] propuso un requerimiento para búfalos de 2.54 g de PD por cada kilogramo de peso metabólico (PW0,75) al día. Para las búfalas lactantes se debe considerar el requerimiento de proteína para el mantenimiento y el que se necesita para la producción de leche (Cuadro 4)[19g].
Requerimientos de proteína para la producción de leche
La proteína representa uno de los componentes más importantes en los productos lácteos, lo que indica que un alto contenido de este parámetro tiene beneficios para la salud y nutrición humana, de ahí la importancia de que la leche de búfala sea una fuente rica en proteínas séricas y aminoácidos esenciales[36]. Diferentes autores se han referido a la demanda de proteína cruda en la dieta dependiendo de su contenido en la leche, Proto[15d] y Zicarelli[14f] sugieren que el requerimiento es de 2.742 g de PC por cada gramo de proteína en la leche. Para Paul, et al.[19h], el requerimiento de PC y PD necesario para producir un kilogramo de leche depende del contenido de grasa de esta última (Cuadro 4).
En cuanto al requerimiento total de PC en la dieta de la búfala no lactante, Proto[15e], Bertoni, et al.[37] y Terramoccia, et al.[30b], sugieren que es similar al de la búfala lactante, es decir, del 10-11 % de PC de la dieta total. Las cantidades de proteína en las raciones deben ser superiores al 10 % porque con una cantidad más baja la actividad del rumen se puede ver comprometida y, por tanto, la digestibilidad del forraje[37b].
Requerimientos para la ganancia de peso
Las necesidades de proteína para los búfalos en crecimiento se encuentran alrededor del 0.36 g PC por cada gramo de ganancia diaria de peso (GDP)[38], dato similar al reportado por Paul, et al.[19i], que indica que para producir un g de carne se requieren 0.33 g de PC y 0.23 g de PD (Cuadro 4).
Requerimientos de minerales