Guerra y viaje. Autores Varios

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Guerra y viaje - Autores Varios Oberta

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muy alejado de la glorificación propia de la primitiva literatura de cruzadas del tipo del Cantar de Rolando.

      Si en la literatura de cruzadas, pese a la equiparación con el peregrinaje, predominaba la guerra sobre el viaje, hay otro tipo de poesía épica donde el viaje es uno de los principios estructuradores. Es la épica precortesana, que narra acontecimientos aparentemente más fantásticos que los de la literatura de cruzadas. En ella se repiten siempre dos motivos: la conquista o el robo de la novia y el viaje a Oriente, el primero de los cuales tiene una fuerte carga política ligada directa o indirectamente a la guerra o a acciones bélicas. El segundo evoca la temática de las Cruzadas y está por tanto también relacionado con la guerra y el viaje.

      La búsqueda de una esposa conveniente era cuestión fundamental para la política de alianzas de un soberano en la vida y en literatura medievales; era una cuestión que se decidía en el seno de los grandes dignatarios y consejeros del reino. Una boda con una princesa hija de algún rey poderoso e influyente podía evitar más de una guerra. Pero también podía provocarla, en caso de que el padre se negara a la unión y fuera necesario conseguirla por la fuerza (en ello consiste el robo, que puede tener lugar con o sin el consentimiento de la implicada).

      El viaje a Oriente, por su parte, evoca la temática de las Cruzadas y está siempre ligado a grandes peligros que ponen a prueba no sólo las cualidades guerreras de los héroes, sino también sus condiciones físicas, su habilidad y astucia, etc. Veamos los dos ejemplos más importantes de este tipo de épica: König Rother (El rey Rother) y Herzog Ernst (El duque Ernesto), ambos aparecidos en el siglo XII.

      El rey de Roma Rother, residente en la ciudad adriática de Bari, aconsejado por su confidente Lupold, envía emisarios al rey Constantino de Constantinopla para pedir la mano de su hija, pero éste no sólo rechaza la petición (cosa que hace siempre), sino que además manda a la cárcel a los emisarios. Rother se dirige entonces a Constantinopla, haciéndose pasar por un caballero proscrito llamado Dietrich (nombre elegido por sus connotaciones históricas, que lo relacionan con Teodorico el Grande) y revela a la princesa en secreto su verdadera identidad. La madre los ayuda a huir. Cuando Constantino se entera, manda a Bari a un falso juglar que mediante engaños consigue embarcar a la princesa (cuyo nombre no llegamos a saber nunca) y llevársela de nuevo a Constantinopla. Rother tiene que volver, esta vez con un ejército clandestino, a Constantinopla para recuperar a la que es ya su esposa. Disfrazado de peregrino, es descubierto y está a punto de ser ahorcado, pero su ejército, que estaba emboscado, lo libera y regresa a Bari con la princesa, que está embarazada desde el primer viaje. El mismo día de la llegada a Bari nace Pippin, que luego será el padre de Carlomagno.

      En Herzog Ernst, el motivo del robo o conquista de la novia está más diluido, mientras que el del viaje a Oriente está sobredimensionado.

      El joven duque Ernesto de Baviera, huérfano desde su niñez, es educado por su madre Adelaida. El emperador Otto, que se ha quedado viudo, busca una esposa y sus consejeros le sugieren a la duquesa Adelaida, madre del protagonista. Se celebra la boda, el emperador acoge a Ernesto como hijo y lo designa como consejero. Pero el conde palatino Enrique envidia la posición del duque Ernesto y consigue por medio de calumnias predisponer al emperador en su contra, de manera que éste llega a encargar a Enrique invadir las tierras de Ernesto para prevenir un supuesto complot que habría de destronarlo. Ernesto consigue repeler la invasión, contraataca, avanza hacia Otto, mata en su presencia al conde calumniador y llega a amenazar al propio emperador, tras lo cual es proscrito y obligado a huir. Después de una lucha de cinco años contra el emperador, y una vez agotados sus recursos, decide tomar la cruz e ir a Tierra Santa acompañado de un gran séquito. Al partir de Constantinopla, son sorprendidos por una tempestad que dispersa toda la flota; el barco del duque Ernesto navega a la deriva durante tres meses hasta que va a parar a una serie de países fabulosos habitados por seres extraños. En el primero de ellos, llamado Grippia y habitado por hombres-grulla, aparece una versión reducida del motivo del robo de la novia. El rey de este país acaba de regresar de una incursión en la India de la que se ha traído raptada a la hija del rey de aquel país. Ernesto y sus hombres intentan liberarla, pero se ven obligados a huir ante la superioridad numérica de los hombres-grulla. Esta segunda parte, que narra los maravillosos acontecimientos de este viaje, ocupa mucho más espacio que la primera. Aquí el duque tiene ocasión, acompañado de su fiel vasallo y compañero de armas, el conde Wetzel, de poner a prueba y demostrar sus dotes y cualidades como caballero defensor del derecho frente a la agresión de los violentos, y como soberano, ya que en recompensa por esa ayuda recibe un ducado del rey de Arimaspi. Después de más de seis años de estancia en estas tierras fabulosas, consigue alcanzar por fin Tierra Santa y se queda en Jerusalén por un año, realizando grandes heroicidades en la lucha contra los infieles. Todo esto llega a oídos de su madre, la emperatriz, que le aconseja volver a casa y pedir perdón al emperador. Así lo hace el duque, en una espectacular ceremonia en la catedral de Bamberg durante la Misa del Gallo. Ernesto aparece disfrazado de peregrino, y cuando es descubierto se genera una cierta tensión, pero ante los ruegos de la emperatriz, el emperador accede a la reconciliación y lo restituye en su anterior posición, mandando además que se ponga por escrito su historia.

      Como conclusión, se puede establecer la siguiente clasificación:

      1. La guerra puede presentarse en forma de viaje desde un principio (Cruzadas). 2. La guerra puede predominar sobre el viaje (Cruzadas). 3. El viaje puede ser una guerra camuflada o latente (épica precortesana). 4. El viaje puede predominar sobre la guerra (épica precortesana).

      Resumiendo, vemos que la combinación pura de los elementos temáticos de la guerra y del viaje sólo se da en la literatura de cruzadas, tanto en la más primitiva (Cantar de Rolando) como en la más avanzada (Willehalm). La combinación se diluye en la literatura, donde predomina el viaje sobre la guerra, es decir, en la épica precortesana; en König Rother porque el robo de la novia muestra implicaciones guerreras sólo en forma camuflada o latente, y en Herzog Ernst porque, aunque el viaje a Oriente del protagonista se presente como cruzada, en realidad es un exilio a consecuencia de la guerra entre el emperador y el duque; pero precisamente porque no es una cruzada, su sentido se pervierte tanto que acaba siendo un medio de relegitimación o rehabilitación del duque exiliado frente al emperador, si es que no llega a ser incluso un fin en sí mismo (Stock, 2002: 159 y ss.). En la literatura de Cruzadas tardía (Willehalm), esta temática se complica con el motivo de la recuperación de la mujer robada, que es una inversión del motivo del robo de la prometida. La combinación de guerra y viajes en estos ejemplos de épica medieval es, pues, una unión inestable, y al final siempre acaba predominando un elemento sobre otro.

      BIBLIOGRAFÍA

      BRUNNER, Horst (1996): «Bilder vom Krieg in der deutschen Literatur des Mittelalters und der frühen Neuzeit», en Dieter Rödel y Joachim Schneider (eds.): Strukturen der Gesellschaft im Mittelalter. Interdisziplinäre Mediävistik in Würzburg, Wiesbaden, Reichert, pp. 101-114.

      BUMKE, Joachim (71997): Wolfram von Eschenbach, Stuttgart, Metzler.

      Das Ludwigslied (151969), en Wilhelm Braune y Ernst E. Ebbinghaus: Althochdeutsches Lesebuch, Tübingen, Niemeyer, pp. 136-138.

      Das Rolandslied des Pfaffen Konrad (1996), Mittelhochdeutsch/Neuhochdeutsch. Herausgegeben, übersetzt und kommentiert von Dieter Kartschoke, Stuttgart, Reclam.

      ESCHENBACH, Wolfram von (1978): Willehalm. Nach der gesamten Überlieferung kritisch herausgegeben von Werner Schröder, Berlín, de Gruyter.

      GREENFIELD, John y Lydia MIKLAUTSCH (1998): Der ‘Willehalm’ Wolframs von Eschenbach. Eine Einführung, Berlín, de Gruyter.

      KARTSCHOKE, Dieter (1996): «Nachwort», Das Rolandslied

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