El árbol de las revoluciones. Rafael Rojas

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El árbol de las revoluciones - Rafael Rojas

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oficial del Maximato callista, que machacaba que los “chinos hacían competencia a los comerciantes nativos”, pero tenía razón en confrontar a Haya cuando el peruano hacía el juego al racismo y el nacionalismo mexicanos.72

      Tiene sentido la tesis, manejada por Hatzky, Muñiz y otros, de que a través de aquellos escritos Mella se acomodaba a las posiciones dogmáticas de la Internacional Comunista, a la vez que en su práctica política intentaba explorar otras vías revolucionarias. Sabemos que en su viaje a la Unión Soviética solicitó al Comintern una autorización para establecer alianzas con nacionalistas venezolanos y cubanos, contrarios a las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Gerardo Machado, y que a su llegada a México planteó la posibilidad de crear un nuevo partido político y apoyó la descentralización sindical para los obreros y los campesinos. En más de una zona de la praxis revolucionaria, Mella y Haya estaban de acuerdo y hasta cohabitaban, como en la so­­li­­daridad concreta a los revolucionarios centroamericanos, pero la subor­­dinación, o no, a Moscú los separaba.

      Quien eso afirmaba era alguien que entre 1926 y 1928 debió de enfrentarse a los estigmas de “individualista”, “intelectual” y “pequeñoburgués” –o no proletario–, sostenidos por el Comité Central del PCC, pero también por el liderazgo más dogmático del comunismo latinoamericano. Incluso la máxima dirigencia de la Internacional Comunista, en Moscú, cuando pidió a los cubanos el reingreso de Mella en febrero de 1927, reiteró muchas de aquellas acusaciones, aunque reprendió al Comité Central de La Habana por haber actuado de manera extremista y sectaria. En lo concerniente a Cuba, Mella logró su mejor desempeño en organizaciones no plenamente subordinadas al Partido Comunista como la LADLA o la Asociación Nacional de Emigrantes Revolucionarios en México, que eran vistas con recelo por los comunistas más prosoviéticos. Esa experiencia lo aproximó, acaso involuntariamente, a Haya de la Torre, el principal defensor de la revolución autóctona latinoamericana.

      1 Fell, 1989, p. 557; Melgar Bao, 2002a, pp. 247-251.

      2 Chanamé Orbe et al., 1990, pp. 54-71.

      3 Vasconcelos, 2007, p. 30.

      4 Ibíd.

      5 Ibíd., p. 35.

      6 Haya de la Torre, 1977, vol. I, p. 15.

      7 Edwards Bello, 1935, pp. 149-155.

      8 Soto Rivera, 2002, vol. I., p. 81.

      9 Villanueva (ed.), 2009, p. 49.

      

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