Sed de más. John D. Sanderson
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Por supuesto que fue la primera película que trataba el problema de ver qué pasó al otro lado. Y en el Festival de Venecia hubo un poco de murmullo: «¡Cómo se atreve a hablar de los otros!». Era una época estalinista. La izquierda así, la derecha más y más fascista, y el centro feliz con esta batalla. Me quedé perplejo, sabes, muchas veces fui el primero, pero, en estos casos, a veces, es mejor llegar segundo.30
La controversia política era un aspecto novedoso en la trayectoria cinematográfica de Rabal, y contribuiría a que su carrera transitara por caminos muy distintos a los maniqueos desarrollos argumentales a los que estaba acostumbrado. Tanto Prisionero del mar como Tiro al piccione son dos películas que respetan la inteligencia del espectador, haciéndole cuestionarse sus propios principios antes de tomar partido por una u otra opción, disyuntiva que, trasladada al ámbito actoral, en aquellos momentos saciaba la sed de aprendizaje de Rabal. Tal vez mañana, por el contrario, no planteaba ningún dilema ético ni artístico, pero sí contribuía a abrirle los ojos desde una perspectiva empresarial, aunque él siempre dejaría este aspecto en manos de su hermano. En todo caso, Rabal estaba encantado con el trato que recibía en Italia, donde encadenaría el final del rodaje de Tiro al piccione con el inicio de Morte di un bandito (Giuseppe Amato, 1961), una biografía del activista siciliano Salvatore Giuliano. Le escribió a su mujer haciendo un inevitable agravio comparativo:
¡Lo atentos que son aquí, y qué diferencia de trato, de atenciones, de admiración por los actores! ¡Y qué diferencia de vida! Da una mezcla de pena y de rabia. Cuando comparas con España, y ves cuánto te cuesta todo ahí y cuánto trabajo y cuánto esfuerzo para ganarte la envidia de la gente y la incomodidad y la crítica agresiva de un periodista provinciano… ¡y cuánto esfuerzo que nace y muere ahí! 37 películas y aún no me conocen aquí. Bastaría una buena en cualquier parte del mundo para ya ser conocido universalmente. De todo esto también hablo en la carta a Damián. Pero son pensamientos de cada vez que uno sale fuera y compara.31
Para concluir con la película de Montaldo, los abucheos a Tiro al piccione fueron la tónica general en las salas italianas en las que se proyectó, mientras que la crítica especializada la tachaba de fascista. Curiosamente, en España se prohibiría precisamente por todo lo contrario, por ser comunista, y solo pudo verse en una pantalla cinematográfica medio siglo después, el 13 de abril del 2011, en la sala Berlanga de la Filmoteca de Valencia, cuando por fin se estrenó en España con motivo del homenaje rendido a Giuliano Montaldo en la trigésimo segunda y última edición de la Muestra de Cine del Mediterráneo. La emoción embargó a Montaldo y a Asunción Balaguer, presentes en la sala. El paso del tiempo ponía por fin a Tiro al piccione en el lugar de honor que merece.
Montaldo (Hidalgo, 1985: 86-87) destacó de aquel rodaje: «Si es verdad, como creo, que el actor debe expresar emociones, dolores, sufrimientos y alegrías con la mirada, Paco tiene esos ojos… ¿Un punto débil? Aquella maldita peluca que, por fin, tuvo un día el coraje de quitarse mostrando así un rostro todavía más noble». Abordaremos ese punto débil en el capítulo siguiente.
1.Rabal afirma erróneamente en sus memorias (1994: 168) que era el segundo largometraje de Pontecorvo después de Kapò (1960), cuando lo cierto es que este drama sobre los campos de concentración protagonizado por Susan Strasberg fue realizado tres años después de Prisionero del mar.
2.Las instalaciones de la Filmoteca Valenciana, fundada precisamente por Ricardo Muñoz Suay, tienen una Sala Juan Piqueras en su honor.
3.Entrevista, 16 de marzo de 2012, Madrid.
4.Rabal se negó a trabajar con Klimowsky tras aquel episodio, y de hecho manifestó explícitamente su rechazo a la productora Aspa a que dirigiera El hombre de la isla (1959), amenazando con su renuncia al proyecto. A su esposa le anunciaba «mi decisión de no aceptar a Klimowsky como director de El hombre de la isla. Con tanta latita a lo peor no se hace la película, pero tampoco voy a aceptar, por ganar dinero, cualquier director que me echen» (México, 4 de marzo de 1959). Finalmente la dirigiría Vicente Escrivá.
5.Entrevista, 16 de marzo de 2012, Madrid.
6.Portoroz, 10 de julio de 1957.
7.Entrevista, 12 de abril de 2011, Valencia.
8.Sobrino del actor Massimo Girotti, con quien Rabal había trabajado en Serán hombres.
9.Portoroz, 9 de julio de 1957.
10.Ibíd.
11.Portoroz, 12 de julio de 1957.
12.Roma, 23 de abril de 1957. Archivo Ricardo Muñoz Suay, IVAC.
13.Roma, 24 de agosto de 1957.
14.Su primer guión llevado a la pantalla, Achtung! Banditi! (Carlo Lizzani, 1951), curiosamente contaba en el reparto con Giuliano Montaldo en uno de los papeles principales junto a Gina Lollobrigida.
15.Por ejemplo, en la versión española hay una referencia al «Amadís de Gaula» inexistente en el original italiano que evidencia, mediante una estrategia de naturalización, un nivel cultural poco extendido en la traducción cinematográfica de la época.
16.Roma, 11 de septiembre de 1957.
17.25 de octubre de 1957. Archivo Ricardo Muñoz Suay, IVAC.
18.Entrevista, 25 de abril de 2012, Alpedrete (Madrid).
19.20 de diciembre de 1957. Archivo Ricardo Muñoz Suay, IVAC.
20.3 de abril de 1958. Archivo Ricardo Muñoz Suay, IVAC.
21.24 de septiembre de 1958. Archivo Ricardo Muñoz Suay, IVAC.
22.Levante, 11 de noviembre de 1958.
23.Par un beau matin d’été, 1965.
24.Entrevista,