Texto, edición y público lector en los albores de la imprenta. AAVV
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Texto, edición y público lector en los albores de la imprenta - AAVV страница 21
Fig. 13. Confesional del Tostado, Fadrique, 1500
Como colofón en Lectiones quorundam sanctorum nunc denuo summa cura ac diligentiae correctae... noviembre de 1501 y julio de 1502:
Fig. 14.Colofón Lectiones, Fadrique, 1501
En años posteriores modificará el escudo el impresor al borrarle el año y quitar algunas sombras para resaltar más las iniciales de su nombre, que deberían haberse estropeado por el uso, como aparece, por ejemplo en La tradución del Dante de lengua toscana en verso castellano, por el Reuerendo don Pedro Fernández de Villegas arcediano de Burgos y por el comentado, allende de los otros glosadores, 1515: o en el Tractatus de penitentiis et actibus pentitentium et confessorum, 1516:
Fig. 15. Colofón La traducción del Dante de Villegas, Fadrique, 1515
Fig. 16. Tractatus de pentientiis, Fadrique, 1516
Hay que resaltar, además, que Fadrique Biel cuando utiliza su escudo de impresor lo suele incluir en el colofón. Pero si el escudo va solo, caso del Confesional del Tostado del año 1500, entonces lo coloca en la última página del libro, correspondiente al vuelto de la hoja final (contraportada), cosa que no se da en la Comedia de Calisto y Melibea, lo que nos hace dudar cada vez más de este ejemplar, ya que la manipulación que se hizo seguramente a fines del siglo XVIII fue a conciencia, pero no por verdaderos profesionales de la incunabulística europea, quienes no hubieran cometido tantos errores: desde raspar las letra de las signaturas aij, aiij y aiiij para convertirlas en ai, aij y aiij, y así asimilar la primera página a la portada (enmarcando la página inicial con líneas rojas) y presentar el libro como completo, hasta el corte del cuadernillo final, quitándole un folio o más (dejándolo de tres hojas, formato imposible en la imprenta de la época) y añadiéndole una hoja con papel moderno en la que se imprime el escudo tipográfico del impresor de Basilea facsimilado junto con los mismos marcos rojos de la portada, pero colocándolo todo en un lugar inapropiado.
Mecenas, mercaderes y libreros
Al parecer, entre estos tres talleres hay una serie de conexiones que tienen que ver con los mercaderes y libreros así como con su relación con los poderes religiosos y monárquicos. Pedro Hagembach, impresor de origen alemán y residente en Valencia, fue llamado a la ciudad de Toledo para ponerse al servicio del arzobispo Cisneros; Estanislao Polono llegó a España en 1490 a petición de los Reyes Católicos; posteriormente, en 1502 se traslada a Alcalá de Henares requerido por Cisneros; Fadrique Biel, trabajó continuamente para el Cabildo y el Obispo de Burgos, D. Pascual de Ampudia, y años más tarde colaboró con el impresor del Cardenal Cisneros, Arnao Guillén de Brocar. Además, estos impresores entraron al servicio de grandes prelados por mediación de mercaderes y libreros, quienes financiaron muchas de sus ediciones. Este sería el caso de Melchor Gorricio, una figura clave en las relaciones entre las diferentes imprentas y la curia diocesana.
El cardenal González de Mendoza (1428-1495) conoció a Melchor Gorricio en Venecia, cuya profesionalidad como editor había comprobado al ser el encargado de la edición del Breviario toledano en 1483 y 1492, por lo que lo hizo venir a España, en donde estampó muchos libros en Toledo y Sevilla.22 Años después, en 1499, Cisneros patrocinó y costeó el Missale mixtum, secundum ordinem et regulam sancte ecclesie Toletane hispaniarum metropilitane cuyo editor fue Melchor Gorricio, y el canónigo Alonso Ortiz el encargado de corregir los errores y la modernización de la edición anterior veneciana.23
Fig. 17. Missale, 1
Fig. 18. Missale, 2
Fig. 19. Missale, 3
Melchor Gorricio en 1500 patrocinó el Missale mixtum secundum regulam beati Isidori, dictum mozarabes, cuyo revisor fue también Alfonso Ortiz. Este mercader y librero tenía dos hermanos, Gaspar y Francisco. El Padre Fray Gaspar Gorricio llegó a ser procurador del convento de la cartuja de Santa María de las Cuevas en Sevilla, y hombre de confianza y tesorero de Cristóbal Colón y de sus herederos. Fue también autor de unas Contemplaciones sobre el Rosario, que el canónigo de Sevilla, Juan Alfonso de Logroño, tradujo al castellano y se estamparon por Ungut y Polono en 1495.24 Francisco Gorricio actuó como editor de las Constituciones del Arzobispado de Toledo, ordenadas por Fr. Francisco Jiménez de Cisneros. E la Tabla de lo que han de enseñar a los niños, a expensa de Francisco Gorricio, 22 diciembre, 1498 [Salamanca, Tip. de Nebrija].
Fig. 20. Incunable Constituciones del Arzobispado de Toledo
Santiago Aguadé Nieto25 comenta la estrecha relación entre Melchor Gorricio y el Cardenal Cisneros a través de las Cuentas encontradas en la BNM sobre los pagos a libreros y editores por el Arzobispo de Toledo y del primer inventario de la biblioteca del Colegio de San Ildefonso en Alcalá. En dichas cuentas aparecen asientos por entregas de libros realizadas por el librero Melchor Gorricio a diferentes personalidades, pero también los pagos recibidos por la financiación de ediciones:
Las entregas de cantidades en metálico ordenadas por Cisneros a los Gorricio con vistas a la financiación de ediciones de libros comienzan, de acuerdo con las Cuentas, en 1497, año en que se da orden a Juan de Viana de pagarle a Francisco 4.100 maravedíes, a los que se suman otros 2.750 maravedíes de las rentas del receptor de Toledo dos años más tarde, en 1499, sin que se especificara de qué libros se trataba ni quién habría de recibirlos, aunque lo lógico es pensar que iban destinados a la impresión de las Constituciones.
Pero el flujo de dinero culmina en 1498, cuando el prelado ordena hacer entrega a Melchor de 150.000 maravedíes como anticipo del pago de los 40 misales y otros tantos breviarios que el mercader editor entrega a lo largo de los años 1501, 1502, 1503, 1504, a la reina Isabel, al propio Cisneros, a la Capilla Mozárabe, al camarero don Carlos de Mendoza, al Vicario general, doctor Villalpando y a la iglesia de San Marcos de Toledo.
Por consiguiente, la información contenida en las Cuentas pone de relieve el hecho de que el auténtico financiador de la edición de los misales toledanos de 1500 había sido Cisneros, que había adelantado en 1498 los fondos necesarios a cargo de las rentas de la diócesis, y recuperaba su inversión años después en libros cuyos precios, variables en función de sus características, se hacen constar, pero que, además, había pagado una parte del costo de la edición del Breviaro Toledano llevada a cabo en Venecia por su predecesor. En realidad ambos hermanos actúan como sus agentes, tal como indica Alvar Gómez de Castro, que se refiere únicamente a Melchor.
Sin