Texto, edición y público lector en los albores de la imprenta. AAVV
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– Diego de San Pedro, Cárcel de amor, Toledo, Pedro Hagembach, 2 de junio de 1500. 112 h.
– Martínez de Toledo, Alfonso, El arcipreste de talavera que fabla de los vicio de las malas mujeres e conplexiones de los onbres, Pedro Hagembach, 1500 (20 julio). 52 f.
– Juan Infante, Los libelos del doctor Infante. Forma Libelandi, Toledo por maestro Pedro Hagembach, 5 de agosto, 1500.9 22 h.
– Petrus Dorlandus, Viola Animae, seu Dialogus de hominis natura. 31 de agosto de 1500 (lleva escudo del arzobispo de Toledo al fin). 140 f.
A estos ejemplares podemos añadir otros dudosos en cuanto a la fecha:
– Abad Don Juan de Montemayor, Comie[n]ça el Libro del abad don Juan señor de Mo[n]te Mayor en el qual se escriue todo lo que le acontescio con don Garcia su criado... [Toledo, Pedro Hagembach, ca. 1500-1503]. 40 h.
– San Jerónimo, Vita divi Hieronymi Pauli primi eremitae, [Toleti, Petrus Hagembach, ca. 1500-1503]. 12 h.
– Historia del emperador Carlomagno (Carlos Mayñes), [Toledo, Pedro Hagembach, ca. 1500-1503]. 78 h.
– Leyes del estilo y declaraciones sobre las leyes del Fuero, [Toledo, Pedro Hagembach, c. 1500-1502].10
– Proceso de la vida de Ángela de Fulginio, [Toledo, 1500?, Pedro Hagembach?]
– Historia de la Donzella Theodor, [Toledo, Pedro Hagembach, ca. 1500-1503]. 32 h.; 4º.
A partir de estos datos podemos deducir que la imprenta de Pedro Hagembach estaba en pleno funcionamiento en el año 1500, fecha de la edición de la Comedia de Calisto y Melibea. Según Cristóbal Pérez Pastor:11
aparece en Toledo Pedro Hagembach, imprimiento de 1498 a 1502 varios libros de condiciones tipográficas excelentes, que se pueden comparar, sin desmerecer, con los mejores incunables, no sólo de España, sino de fuera de la Península. Además de usar siempre un papel magnífico y de las mejores marcas, inmejorables tintas y fundiciones nuevas, sus obras ofrecen la particularidad de estar exentas de erratas, hasta el punto de ser sumamente difícil encontrar una de ellas. Tuvo la suerte, además de encontrar un editor entendido y rico en Melchor Gorricio, y ambos la protección de un Mecenas tan espléndido como el Cardenal Cisneros.
Efectivamente, gran parte de su producción es excelente y con muy pocas erratas, sobre todo las obras religiosas y las financiadas por Gorricio y el Arzobispo de Toledo. Sin embargo, la Comedia de Calisto y Melibea es un impreso compaginado rápidamente, con muchísimas erratas y con fallos en la cuenta del original,12 lo que obligó a los operarios a la inclusión de palabras y frases ajenas al texto al final de ciertas formas para completar la caja,13 e incluso en el papel no se encuentra marca alguna, según la descripción que hace del original Daniel Poyán.14 Lo que nos puede hacer pensar que muy probablemente las prensas de Hagembach estaban saturadas de trabajo y tuvo que incorporar a algún cajista (o componedor) no demasiado curtido en las artes tipográficas para la realización de esta comedia, probablemente considera como obra menor en relación a los otros encargos. Apoyaría esta idea el que en las Actas Capitulares de la Catedral de Toledo, el 12 de agosto hay un acuerdo capitular para dispensar a Alfonso Ortiz de su presencia en el coro por estar corrigiendo el Misal mozárabe (véase nota 6).
Veamos lo que propone Alonso Víctor de Paredes15 sobre los componedores y correctores:
Capitulo Dezimo
De la Correccion, y obligaciones que deven observar, assi el Corrector,como el Componedor, y el de la prensa.
...hallo quatro suertes de Correctores diferentes, que el tiempo, y el poco util de las impressiones ha ocasionado algunos. El primero es, quando el Corrector es buen Gramatico, y entendido en la Teologia, Iurisprudencia, ò otra qualquiera ciencia; pero no ha sido Impressor: este tal corregirà admirablemente Latin y Romance, con toda perfeccion: mas si le ponen una plana traspuesta, un folio errado, ò una signatura trocada, como lo corregirà si no lo entiende? El segundo es, quando el Corrector es Impressor, y juntamente Latino, y algo leido en historias, y en otros libros, como yo he conocido algunos; y no ay duda sino que estos son mas a proposito. El tercero es, quando el poco util de las impressiones no da lugar a mas, y es preciso encargar la correccion al mas experto Componedor, con quien se halla en su casa el maestro, aunque no sea Latino; este tal puede suplirse si en hallando alguna dificultad en el Latin lo consulta con el Autor, ò con personas entendidas, y se sujeta al mejor parecer. El quarto es, quando el dueño de la Imprenta no es Impressor, sino Mercader de libros ò son viudas, ò personas que no lo entienden; y no obstante quieren corregir, ò lo encargan a personas que apenas saben leer... (42r y 42 v).
En el caso de la comedia toledana, muy probablemente la función de corrector de pruebas se le haya encargado a un componedor por las erratas que posee y que no fueron subsanadas parando la tirada; es decir, en esta edición la imprenta de Hagembach no utilizó un corrector que revisara en el propio taller cada página salida de la prensa. Si fue así, ¿cuál sería la función de Alonso de Proaza, que aparece como corrector en el paratexto final? Posiblemente ninguna, porque se estaría realizando la edición a partir de otra existente (quizás la de Salamanca de 1500, que es la que copiaría el impreso valenciano de Jofré de 1514). En dicho caso, la fecha de impresión de la Comedia de Toledo no tendría que ser la de mayo-junio, pues estaría reproduciendo otra edición anterior, como así harán gran parte de las reediciones posteriores de la Comedia y de la Tragicomedia.
La Comedia sevillana fue impresa por Estanislao Polono en 1501. Tanto Polono como su compañero Meinardo Ungut llegaron a España en 1490 llamados por los Reyes Católicos, procedentes posiblemente de Nápoles, dada lasimilitud de sus tipos con los del napolitano Mathias Moravus.16 Después de la muerte de Meinardo en 1499, Estanislao siguió su actividad en Sevilla hasta 1502, año en que se traslada a Alcalá de Henares donde residirá hasta 1504, esta vez requerido por el arzobispo Francisco Jiménez de Cisneros, para quien llevó a cabo varios trabajos. En 1503, al mismo tiempo que desarrollaba su labor en Alcalá, volvió a establecerse en Sevilla junto a Jacobo Cromberger.17 Cabe resaltar la amplia producción de obras literarias de estos impresores que ocupa casi un 25% de sus estampaciones.
De entre sus impresos de los años 1500-1501 selecciono:
– Juan Infante, Forma Libelandi, Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (20 marzo).
– Fernando del Pulgar, Claros varones de España, Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (14 abril).
– Santillana, Marqués de (Iñigo López de Mendoza), Los proverbios. Tractado de providencia contra fortuna, Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (3 junio).
– Capítulos de lo que han de guardar los gobernadores, asistentes, corregidores..., Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (9 junio).