Chile - Suecia 200 años de amistad. Varios autores
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- “En Europa se oye exclamar frecuentemente: ¡Qué infelices son estos Estados sudamericanos! ¡Parece que nunca terminarán sus guerras civiles! La seguridad pública es desconocida. La inmoralidad predomina, y los habitantes no tienen ideas de religión ni modales. ¿Qué habrán ganado con su llamada libertad? Estas y varias otras preguntas se oyen en todas partes de Europa. Hasta las he oído expresadas por los ingleses, siempre tan flemáticos."
Pero en general las quejas sobre la infortunada posición de estos Estados tienen su origen en la arrogancia de los europeos. Muchos creen ser más prudentes que otros, y callan o desacreditan a los demás.
- “Chile, lo mismo que todos los otros Estados sudamericanos, está en vías de formación; el proceso durará algún tiempo. Para explicar esto, hay que tomar en cuenta los diferentes factores que han intervenido en la conquista de la libertad. Los norteamericanos tuvieron su origen en un pueblo libre, ilustrado e industrioso, y después la ocasión de adquirir los adelantos de la cultura, las artes y las ciencias. Poseían ya la libertad de conciencia y de pensamiento. Al contrario, las colonias sudamericanas en su origen han sido pueblos sujetos por el fanatismo a un régimen medieval en sus ideas, lo que ha demorado su adaptación al espíritu moderno.”
- “Varios Estados europeos han reconocido ya la independencia de Chile y de las otras Repúblicas, y veo con satisfacción que el Gobierno español al fin se está inclinando a ello”.
Extractos del libro
"Desde la Tierra del Fuego"
Por Otto Nordenskjöld
(1869 - 1928) fue un geólogo, geógrafo y explorador polar sueco. Encabezó expediciones a la Patagonia, Tierra del Fuego y Magallanes. Desde 1901 hasta 1903 dirigió la expedición polar sueca a la Antártica. Existe un histórico intercambio científico entre Suecia y Chile basado en las expediciones de Nordenskjöld.
Capítulo 6: Los Onas
“Nunca tuve la oportunidad de ver a los Onas en estado completamente libre en sus hogares en la pampa. Esto es muy difícil, ya que siempre están en alerta, y si ven a un grupo de jinetes a la distancia, inmediatamente ponen a cubierto a las mujeres y los niños, que con los artículos más preciados pueden escapar a un lugar más protegido, mientras algunos hombres se quedan espiando a los que vienen llegando, y si los reconocen como personas de confianza, se comunican con ellos”.
La expedición sueca que sale en 1901 de Gotemburgo, rumbo a la Antártica
La descripción de los Onas de Otto (Él está muy fascinado por su habilidades, inteligencia y estatura física):
“No queda duda, que se puede viajar por toda la faz de la tierra, de polo a polo y de un continente a otro, sin encontrar a una tribu con una vida tan dura y tan carente de todos los placeres y comodidades, como los Onas de la Tierra del Fuego. La descripción de sus condiciones de vida así lo confirman. Obligados siempre a trasladarse de un lugar a otro de manera nómade, cargando sus propios utensilios de subsistencia, debieron abstenerse de la idea de tener más de lo necesario. Y ya que no existe ningún material de construcción en la estepa, sus hogares deben ser de lo más simples. Varias veces he visto campamentos indios abandonados, algunos desocupados tan rápidamente que han dejado atrás incluso los artículos del hogar más importantes. Seis a ocho ramas delgadas de dos metros de largo, enterradas como estacas en el suelo, inclinadas ligeramente hacia el interior, y en caso de ser posible, ubicadas cerca de un par de arbustos que ofrecen un poco de protección del viento a quien se acuesta. Sobre estas, otros ramajes y palos, y según la disponibilidad, unas tres a cuatro pieles de guanaco a barlovento, y eso es todo lo que tienen para protegerse en un clima que a menudo presenta frío, incluso en el verano, y donde las temperaturas en el invierno se mantienen durante semanas bajo cero, llegando incluso a -15° C. En este sentido están mejor los indios de los canales, que tienen unas chozas armadas, relativamente fijas, en sus paraderos preferidos, y además pueden transportar más elementos en sus canoas, algo que también hacen los patagones con sus caballos.
Sin embargo, resulta aún más complicado explicar lo deficiente de su vestimenta. En este aspecto, los Onas se parecen a las tribus vecinas, pero hay que tomar en cuenta que su territorio es el más frío de todos. Las únicas prendas confeccionadas son una especie de zapatos bajos, de piel de guanaco con el pelo hacia adentro, que además son usados sólo ocasionalmente en el invierno entre las ancianas de las tribus que viven en la zona de bosques.
Campamento Selknam. Foto de Otto Nordenskjöld de la colección del Museo Universal de Gotemburgo
De lo contrario, toda la protección consiste en una manta, grande o chica, dependiendo de los recursos y las oportunidades, normalmente hecha de piel de guanaco, pero también, de vez en cuando, de piel de zorro. Las piernas siempre están desnudas. Cuando caminan, se abrigan con esta capa, que queda sujetada por una cuerda o por un brazo doblado sobre el pecho, y cuando se sientan junto al fuego, suelen dejarla caer a la cadera. Los niños, al menos los chicos, suelen estar completamente desnudos, incluso cuando la nieve se acumula alrededor. No usan sombrero, pero el cabello grueso que les cae en mechones largos, se mantiene ordenado con una cuerda atada alrededor de la cabeza. Solamente durante sus peleas, y posiblemente en otras ocasiones solemnes, llevan un parche triangular alrededor de la frente, hecho de la suave piel de la cabeza del guanaco juvenil.
Los adornos que llevan son ligeramente más variados, aunque de lo más primitivos. Al menos las mujeres, llevan siempre collares y pulseras hechos con huesos finos de aves, enhebrados con tendones de guanaco. De vez en cuanto se ven una especie de semillas negras en vez de huesos y a veces usan plumas y conchas. Apenas existe una variedad de colores, no obstante, si pudiesen encontrar algunos adornos más civilizados, como perlas de vidrio, tela multicolor o algo similar, estarían contentas, y por esas cosas se podría intercambiar lo que sea con ellas. Una costumbre peculiar que puede considerarse como un ornamento en las mujeres, es el uso de hilo de tendones ajustados alrededor del tobillo; esta es una regla invariable que deja distinguir las mujeres de los hombres.
Sus utensilios domésticos también son del tipo muy simple. No poseen recipientes de greda, pero sí ocupan canastos que confeccionan trenzando pasto, y para los líquidos usan bolsas de cuero. Al igual que las tribus de alrededor, para hacer fuego manejan un método ingenioso en el que utilizan pedernal, yesca y un trozo de azufre, siendo esto último su pertenencia más valorada, la que aprenden a obtener de los ríos que bajan de las montañas. Por lo demás, casi no poseen efectos personales aparte de sus armas. Estas se componen de arco y flecha de un tipo bastante primitivo, ya que la naturaleza pobre tal vez no les permite tener de mejor calidad. Las flechas tienen unos dos pies de largo, las que tenían antes siempre puntas de piedra, pero hoy en día como el vidrio de los barcos de paso y de los colonos se ha vuelto común, generalmente han sido reemplazadas por puntas de vidrio. Los Onas saben manipular de una manera extremadamente hábil un palo o una astilla puntiaguda