La transición española. Eduardo Valencia Hernán
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Sus primeros actos políticos, siempre con un remarcado sentido catalanista, fueron el Festival Popular de Poesía Catalana realizado entre el 11 y el 18 de septiembre de 1970 en el convento barcelonés de Pompeia, donde el escritor Joan Colominas tuvo cierto protagonismo; el frustrado coloquio en el centro educativo CIFC (CIC en la actualidad); y el acto de protesta en el Pabellón del Deporte de Tarrasa el 26 de septiembre de 1970, donde llegaron a escucharse voces a favor de los derechos nacionales de Cataluña por líderes del movimiento obrero132.
En el ámbito cultural, en enero de 1969 se publicó el «Diccionari Catalá General» de Miquel Arimany por iniciativa del Institut d’Estudis Catalans. Este acontecimiento formaba parte de un conjunto de actividades con trasfondo político como lo fue que desde la Universidad Catalana d’Estiu se ofreciesen interesantes debates de identificación nacional junto con el movimiento cultural llamado Nova Cançó, que incitaba a la ciudadanía hacia los nuevos cambios aperturistas, complementado con campañas reivindicativas como: «Diguem no» o «Catalá a l´Escola», coincidiendo con la conmemoración del nacimiento del lingüista catalán Pompeu Fabra. Cantantes y compositores como Ovidi Montllor, Jaume Sisa, Pau Riba, Raimon y Joan Isaac fueron abanderados de los primeros grupos de «Rock Catalá» entre 1966 y y 1968. Los cantantes Joan Manuel Serrat, Miquel Porter-Moix, Remei Margarit, Josep Mª Espinàs, Delfí Abella, Francesc Pi de la Serra, Enric Barbat, Xavier Elies, Guillermina Motta, Mª del Carme Girau, Martí Llauradó, Mª Amèlia Pedrerol, Joan Ramon Bonet, Mª del Mar Bonet, Rafael Subirachs y Lluís Llach fueron los artistas más identificados, a escala nacional, como representantes del inconformismo popular, formando parte de los que fueron denominados «Setze Jutges»133.
En febrero de 1969, el arzobispo Enrique y Tarancón que procedía de la Diócesis de Oviedo, fue designado Cardenal Primado de Toledo, una noticia sin gran relevancia política sino fuera por sus connotaciones futuras. Como también lo tuvo, por su interés divulgativo, la publicación del «libro blanco», antecedente de la reforma educativa del ministro de Educación, José Luis Villar Palasí, que llevaría a la práctica tiempo después.
El 25 de marzo de 1969 finalizó el estado de excepción implantado meses antes por el gobierno con un balance de 330 detenciones en todo el territorio español, donde las desarticulaciones de diferentes células del PSUC y del Partido Obrero Revolucionario trotskista de la IV internacional POR(t)134 fue de lo más relevante. La mano dura policial había dado buenos resultados, realizándose detenciones de militantes de partidos, de abogados laboralistas (Lluís Salvadores), de profesores universitarios (Jordi Solé Tura) y de intelectuales nacionalistas (Jordi Carbonell y Ramon Bastardes). Por el contrario, y en contraste con lo anterior, el Consejo de Ministros aprobaba la prescripción de responsabilidades penales en la Guerra Civil, quedando de esta forma jurídicamente inoperante cualquier consecuencia penal de lo que en su día fue una lucha entre «hermanos unidos», según dijo el ministro de Información, Manuel Fraga Iribarne. Esta ley creó una gran frustración entre los funcionarios republicanos, separados de su cargo tras la contienda civil que esperaban ser rehabilitados con ocasión del 1º de abril135.
Por otro lado, y fuera de nuestras fronteras, el mes de abril fue prolijo en noticias de cierto alcance político. El día 16 murió la última reina de España, Victoria Eugenia de Battenberg136 en su exilio de Lausanne (Suiza); mientras que en Francia el presidente Charles De Gaulle, trastocado en parte por los sucesos de mayo del año anterior, dimitió el día 28 al perder un referéndum, siendo sustituido por Georges Pompidou137. Y mientras que al otro lado del océano el pueblo norteamericano celebraba las exequias del expresidente Eisenhower138, en España, como si eso de la política no fuera con nosotros, los amantes de la mejor televisión —la única diría yo— aplaudíamos a la cantante Salomé por su triunfo en el Festival de Eurovisión139.
En Cataluña, como preludio a los actos conmemorativos del 1º de Mayo, la prensa recogió pequeños comentarios censurados sobre disturbios obreros y estudiantiles en Barcelona, en contraste con la XII Demostración Sindical, que contaba con todo el apoyo propagandístico del régimen. El 27 de mayo, siguiendo su política de bloqueo democrático, el Consejo Nacional del Estado elaboró las llamadas Bases del Régimen Jurídico Asociativo que establecía una serie de normas jurídicas que evitaban la posibilidad de formar partidos políticos, centrándose el sistema en lo que se denominaron «asociaciones políticas». Estas, la mayoría afines al régimen, iban tomando forma, algunas con el propósito de «impedir que España se suicidara», según publicaban algunos periódicos, destacando entre ellas: Acción Política, Reforma Social Española, Democracia Social, Fuerza Nueva, Distrito Centro, Vieja Guardia, Círculos Doctrinales José Antonio, Justicia y Legalidad. Todas estas organizaciones estaban inscritas dentro del Movimiento por lo que a simple vista todo indicaba que nada iba a cambiar y la tan esperada abertura pluripartidista deseada por algunos se disolvió al instante.
Mientras tanto, las sentencias condenatorias decretadas por el Tribunal de Orden Público (TOP) seguían su curso inexorable de colaboración con el régimen, contribuyendo a su mantenimiento mediante el uso de unas leyes que por su carácter represivo huían del mínimo respeto a los derechos humanos. En las provincias vascongadas, cinco sacerdotes recibieron penas de prisión de entre diez y doce años; en Mataró, el primero de julio en una manifestación ilegal realizada en la plaza Santa Ana, fueron detenidos y procesados Antonio Álvarez, Salvador Villena, Juan Montoro, Bartolomé Fernández, Cristina Brullet, Eutiquio Simarro, José Garriga y Manuel Antonio Palacios.
Por otro lado, el régimen, previniendo los posibles cambios en el poder, obligado por la avanzada edad del dictador, preparaba el cambio tranquilo en la sucesión. Así pues, el 23 de julio de 1969, el príncipe Juan Carlos de Borbón, hijo del heredero de la Corona española, fue nombrado por el propio Caudillo sucesor a la Jefatura del Estado (Ley de Sucesión), movimiento catalogado por el régimen como una instauración y no restauración de la monarquía; mientras tanto, dos días antes, el conde de Barcelona había disuelto su Consejo Privado y su Secretariado Político, de los que formaban parte José Mª Pemán y José Mª de Areilza (conde de Motrico).
La noticia no fue tan impactante para el pueblo español en general, quizás por esperada, o quizás también por coincidir con el fuerte impacto emocional que supuso la velada del 21 de julio de 1969, donde una buena parte de la humanidad quedó paralizada frente al televisor observando en blanco y negro el primer alunizaje efectuado por los astronautas Neil A. Armstrong y Edwin Aldrin, con el pronunciamiento de aquella frase histórica que decía: «Es un pequeño paso para el hombre pero muy grande para la humanidad», mientras que su compañero Michael Collins les esperaba a bordo del Apolo 11.
Este acontecimiento fue realmente inolvidable y animó a pasar tranquilamente un verano apacible que significaba tradicionalmente el final del curso político oficial hasta bien entrado el mes de septiembre, aunque esto no supusiera el paro en la actividad lúdico-social ni tampoco un relajamiento en la política internacional. Queden como ejemplos el estupor producido por el asesinato de la famosa actriz de cine norteamericana, Sharon Tate, esposa del director de cine Román Polanski; la nueva manifestación antisoviética reprimida en Praga el 20 de agosto, conmemorando la anterior; o la muerte del carismático Ho Chi Minh140, líder independentista vietnamita, el 3 de septiembre.
La llegada al poder de los nuevos líderes socialdemócratas europeos, Olof Palme141 y Willy Brandt142, supuso un fuerte impulso a la ardua tarea de los partidos de oposición en la lucha antifranquista. El gobierno por su parte estaba ocupado en aquellos calurosos días en solucionar