La transición española. Eduardo Valencia Hernán
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El ejercicio de las libertades democráticas fundamentales: libertad de reunión, de expresión, de asociación —incluida la sindical— de manifestación y derecho de huelga, que garanticen el acceso efectivo del pueblo al poder económico y político.
El restablecimiento provisional de las instituciones y de los principios configurados en el Estatuto de 1932, como expresión concreta de estas libertades en Cataluña y como vía para llegar al ejercicio pleno del derecho de autodeterminación.
La coordinación de la acción de todos los pueblos peninsulares en la lucha democrática.
Como objetivos inmediatos, hacemos un llamamiento a todo el pueblo catalán y consideramos catalanes a todos los que viven y trabajan en Cataluña, para que incorporen la perspectiva global del cambio democrático a cada una de sus luchas concretas y para que intensifiquen esfuerzos para una rápida obtención de:
La unidad de acción de todas las fuerzas democráticas.
La solidaridad en la lucha a favor de los represaliados.
El fin de la represión y la consecución de la amnistía.
Con el fin de velar por la aplicación de los acuerdos de la Asamblea, se elige una COMISIÓN PERMANENTE, la cual impulsará todas las iniciativas útiles para conseguir la movilización popular, fomentará acciones unitarias y preparará una nueva sesión de la Asamblea de Cataluña, más amplia y más representativa.»240
Esta declaración, condensada ideológicamente en los cuatro puntos programáticos de coincidencia, sería la base ideológica en que se sustentaría todo el movimiento liderado a partir de entonces por la Asamblea, repitiéndose el mismo mensaje constantemente en la mayoría de sus comunicados.
La versión de los No Alineados sobre dicho escrito indica que el punto tercero fue el más discutido por reconocer implícitamente el hecho diferencial de la nación catalana, intentando desengancharse del proceso del segundo punto, ya que no se quería que este aspecto reivindicativo pasase desapercibido dentro del amplio proceso a favor de las libertades241. Finalmente, y tras 32 intervenciones, se dio por finalizada la reunión después de cinco horas.
Esta declaración fue firmada por las siguientes delegaciones: CCFPC, integrada por ERC, FNC, MSC, PSUC, UDC, PSAN, PORt, FSC-PSOE, Comisiones Obreras (CC.OO.) de las localidades y comarcas de Manresa/Sallent, Sabadell, Vallés Oriental, Tarrasa, Bajo Llobregat, Tarragona, Mataró, Badalona, Lérida y Barcelona; UGT, Bloc Catalá d’Estudiants, Juventud Obrera del Front Nacional de Catalunya, Juventud Comunista de Cataluña, Movimiento Universitario de las Universidades Central y Autónoma: (Periodismo, Aparejadores, Medicina, Ingenieros, Derecho, Farmacia, Filosofía, Económicas, Ciencias, ATS, Ingenieros de Tarrasa), Comunidades Cristianas de Base, Representantes de Ambientes Cristianos, Grupo de No Violentos, Taula Rodona, Asamblea Permanente de Intelectuales Catalanes, Comisiones de Campesinos, Profesores de la Universidad Central y Autónoma, Grupos Profesionales (periodistas, médicos, abogados, aparejadores, arquitectos, maestros, cine), Profesores No Numerarios de Universidad Central y Autónoma; Grupo de Mujeres Democráticas, representantes de las localidades y comarcas siguientes: Barcelona, Amposta, Tortosa, Reus, Tarragona, Igualada, Alto Panadés, Bajo Panadés, Garraf, El Prat de Llobregat, Gavá, Tarrasa, Sant Vicens dels Horts, Sabadell, Manresa, Cerdañola/Ripollet, Castellar del Vallés, Granollers, San Feliu de Codinas, San Llorens de Savall, Badalona, Mataró, Caldetas, San Pol, Pineda, Arenys de Mar, Canet de Mar, Calella de la Costa, Malgrat, Blanes, Gerona, Vic, Figueras, Torelló, Lérida, Ripoll, Villafranca del Panadés, Manlleu y Centellas, C.A.E., Comisiones de Barrio y Bandera Roja (BR) que participó pero no firmó el documento.
Cabe destacar que la FSC-PSOE firmó el documento elaborado por la Asamblea teniendo en cuenta la necesidad de que el Estatuto de Cataluña fuese un reflejo modélico de unas estructuras orgánicas aptas para los demás pueblos hispanos, afirmando:
«(...) Queremos una reestructuración del Estado español, con una amplia descentralización política y económica en beneficio de todas las nacionalidades y regiones de fuerte personalidad histórica. También creemos oportuno señalar la actitud de nuestras organizaciones con respecto a la amnistía. No pedimos ninguna gracia del régimen. Reivindicamos la libertad de todos los presos (...), estas han sido las únicas matizaciones.»242
Más tarde, en el transcurso de los trabajos postasamblearios se incorporaron los siguientes grupos políticos: Partido Carlista Catalán (PCC)243, Grupos de Acción Carlista, Solidaridad Obrera de Cataluña, Unión Sindical Obrera (USO), PCEi, POUM, BR y núcleos de comarcas organizados entorno a la Asamblea, Partit Popular de Catalunya (P.P.C.) y el grupo de No Alineados Políticamente. Estos últimos, dada su importancia posterior en el seno de la Asamblea, se constituyeron en marzo de 1972 justificando su representación en la organización por razones coyunturales y políticas, recogiendo bajo sus siglas a grupos de personas independientes no alineadas a ninguna organización política para conseguir la máxima amplitud y popularidad de la Asamblea, colaborando desde el interior para conseguir el juego democrático que le era inherente y realizar un servicio de información a sectores lejanos de organizaciones políticas244.
Pero siguiendo con el relato de los hechos, esa misma noche se convocó una rueda de prensa clandestina en casa de Pere Ignasi Fages, sito en la Gran Vía barcelonesa, con periodistas nacionales y agencias extranjeras, con la intención de entregarles el comunicado. Asistieron a este acto de presentación: Joan Colominas, Josep Solé Barberà, Pere Portabella y Josep Andreu Abelló por parte de la Asamblea, y como periodistas invitados a tomar un whisky, Xavier Tortras (France Press), Antoni Cano (Associated Press y redactor de Europa Press), Lluís Bassets (UPI - Tele/eXpres), Enric Sopena (Madrid-La Vanguardia Española), Roger Jiménez (Europa Press) y dos corresponsales de diarios italianos.
El gobierno tuvo conocimiento de la celebración asamblearia al día siguiente e intentó desde el primer momento que no se consolidara, concretándose sus primeros movimientos con la represión sobre seis conocidos catalanistas defensores de los derechos culturales y políticos de Cataluña. También se efectuaron algunos registros domiciliarios, destacando entre otros el efectuado en la Fundación Bofill como parte de Ómnium Cultural en la calle Príncipe de Asturias n.º 3, en el que los agentes decomisaron dos multicopistas y ejemplares de la hoja informativa «Pel camí de la Asamblea de Cataluña». Según declaraciones de Jordi Porta, presidente de Ómnium Cultural, el gobierno siguió negando oficialmente la realización de dicha asamblea que, sin embargo, fue aceptada documentalmente dos años después245.
La versión de Antoni Gutiérrez sobre lo ocurrido en los días posteriores a la constitución de la Asamblea no es clara; no obstante, da la impresión de que la policía, mientras buscaba pistas, estuvo controlando una conversación telefónica entre los periodistas Enric Sopena y José Antonio Novais, confirmándome el primero que dicha interpretación era correcta en un breve intercambio de impresiones, ya que la policía fue a buscarlos posteriormente. A continuación, los efectivos del Cuerpo de Seguridad se presentaron en el lugar de la rueda de prensa para detener a Pere Ignasi Fages, pero este, al ser advertido, escapó desde su domicilio y se exilió en Francia. Poco después se supo que este se había refugiado en el domicilio de Tomás Roig i Llop, próximo a su domicilio, y el doctor Felip Solé Sabarís le ayudó en los primeros auxilios. Seguidamente buscó el contacto con el PSUC para ayudarle a cruzar la frontera y felizmente lo consiguió por el País Vasco con ayuda de militantes del PC francés la vigilia de Reyes de 1972. Pere Fages fue acompañado hasta San Sebastián por Xavier Folch y Octavio Pellissa y poco después comenzó a trabajar para el Tele/eXpres como corresponsal en París con el seudónimo de Pere