La transición española. Eduardo Valencia Hernán
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Contrariamente a la lógica de este país, la oposición antifranquista no estaba precisamente de vacaciones en aquellos días, sino que se esforzaba en concretar en las distintas propuestas políticas manifestadas por los representantes de la Comisión Preparatoria. En una de esas reuniones, efectuada en la localidad barcelonesa de Sant Just Desvern, Raimon Obiols, representante del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), rebatió el derrotismo latente en la organización, impulsando de nuevo el proyecto asambleario. Fue apoyado también por el comunista Antoni Gutiérrez que participaba de la misma idea, como así lo expuso en otra reunión en casa de Montserrat Esteve, cerca de la plaza Molina, donde asistieron Obiols y «Quico» Vila Abadal entre otros; así pues, a lo largo de todo el verano se celebraron numerosas reuniones políticas de carácter variado, algunas con representantes universitarios, como la efectuada en la iglesia de Sant Elías, situada en la calle Brusi en Barcelona, donde nuevamente Antoni Gutiérrez hizo una fervorosa defensa al derecho de hablar en la reunión en catalán ante la petición de uno de los asistentes de hablar en castellano. De este modo, tras varios encuentros, se puso en circulación un documento resumiendo el trabajo efectuado en todo ese periodo, conteniendo el análisis de la situación política y la propuesta de conseguir una fórmula que diera una alternativa a la situación de crisis social y política. También se concretó que la dimensión geográfica de la nueva organización sería la del Principado de Cataluña, sin prejuzgar el futuro de ella, y se exigió a todos sus componentes su aportación a la acción unitaria para una alternativa democrática necesaria y la constitución de una Comisión Permanente complementada por un Secretariado con los objetivos centrados en el cumplimiento de los acuerdos de la Asamblea; en mantener el espíritu de puerta abierta con que fue convocada esta donde solo faltasen los que no pudieran o no quisieran venir; en la concreción de formas de articulación y coordinación flexibles que permitiesen aumentar la eficacia de las luchas de todos juntos; en establecer las bases de una II Sesión de esta Asamblea, cuando lo exigiesen las necesidades de acción y no más tarde de ocho meses, de manera que la sesión pudiera ser aún más amplia y representativa y de constituir aquellas comisiones de trabajo que el desarrollo de la acción hiciera ver necesaria221.
El análisis político iba dirigido a la crisis creciente de las instituciones estatales que se agudizaba a medida que el sistema se manifestaba anacrónico, dando como resultado el cinismo y la corrupción bajo dos actitudes contrapuestas; una era la incapacidad por comprender la necesidad de cambio, y la otra, tratar de asegurar la supervivencia del régimen, dando falsas expectativas mediante una liberalización disfrazada.
Por el contrario, el gobierno seguía en pleno inmovilismo y la represión guiaba su acción de control, recurriendo enseguida a los estados de excepción y la supresión del artículo 18 del Fuero de los Españoles, que limitaba aún más las garantías individuales. No obstante, frente a esta política gubernamental, iban a reaccionar el movimiento obrero, sectores de la payesía, estudiantes, intelectuales, artistas y profesionales, estos últimos con su Assemblea Permanent constituida en Montserrat contra el consejo de guerra de Burgos, y también la nueva Iglesia catalana que cada vez más se situaba al margen de la dictadura. A continuación, y según se analizaba el documento a la Asamblea de Cataluña, se indicaba:
«Los catalanes, en tanto que ciudadanos españoles, eran expoliados de los derechos más elementales. La lengua autóctona era aún perseguida, seguía de hecho ausente de la escuela, de la Universidad, de los medios de comunicación, de la administración y de la vida pública. De esta situación tremenda en tanto que nación negada y perseguida y en tanto que pueblo doblemente oprimido, hemos de conseguir nuestra liberación para ser así dignos. Así acabó el análisis político preasambleario.»222
Con la llegada del otoño dio comienzo el nuevo ciclo político oficial en España, aunque la oposición, como ya hemos visto, no había cerrado por vacaciones. En Cataluña, los actos de protesta preparatorios en conmemoración de la Diada Nacional, junto con la exagerada alarma social fomentada por el PSUC sobre una posible epidemia de cólera en el Principado, fijaron la atención prioritaria desde la oposición o al menos así lo destacaba Treball en sus crónicas, subrayando también la importancia de la preparación de la futura Asamblea de Cataluña bajo el impulso de la Comisión Coordinadora223. Esta organización había reiterado de nuevo la necesidad de ampliar una alternativa democrática capaz de aglutinar al pueblo en un amplio frente de lucha sobre todo ante el intento de Franco de confundir al pueblo maniobrando con la imposición de la monarquía continuista del príncipe Juan Carlos con menosprecio de la voluntad popular224.
Por aquellos días, justo una semana después de la Diada, tuvo lugar en Canet de Mar, un pequeño pueblo del Maresme Norte, el primer Festival de la Canço Catalana, actuando entre otros cantantes: Llorens Torres, Toni Llovet, Araceli Banyuls, Josep Bisbal, Teresa Rebull, Ovidi Montllor, Joan Baptista Humet, Falsterdo 3, Cinc Barbat y Maria del Mar Bonet.
La asistencia al concierto fue un éxito rotundo y a partir de aquel momento, este acto sería un referente como símbolo de identificación catalanista y de canción protesta muy extendida en aquellos momentos en España. Sin embargo, a nadie sorprendió que la prensa nacional no estuviera por la labor de dedicar la mínima importancia a esos actos de exaltación identitaria, atendiendo, eso sí, todo su interés a las noticias de carácter generalista y mundial. De esta forma veíamos que noticias como la muerte de Kruschov225, la admisión de la República Popular de China en la ONU con la consecuente expulsión de Taiwán del mismo organismo, los festejos de los dos mil quinientos años de la fundación del Imperio Persa celebrados en Persépolis y el ingreso del Reino Unido en el Mercado Común, siempre tenían cabida en las páginas principales de los periódicos de gran difusión.
Mientras tanto, Cataluña seguía bajo un panorama de huelgas y manifestaciones ignoradas por la opinión pública, dada la fuerte censura informativa, con los despidos de más de mil trabajadores de Cubiertas y Tejados (CYT) y la huelga en la empresa Roca Radiadores, situada en Gavá. También el comienzo del nuevo curso escolar universitario estuvo marcado por la provisionalidad asistencial y conflictiva, completado con los acostumbrados secuestros de revistas. En este caso le tocó a Sábado Gráfico por alusiones contra el clero, a pesar de que el gobierno se esforzaba por dar una imagen democrática de la situación social aparentando una normalidad virtual ante las elecciones a Procuradores en Cortes, donde los adictos al sistema Juan Antonio Samaranch226 y Eduardo Tarragona fueron reelegidos en sus cargos el 30 de septiembre de 1971 en competencia con Joan Oriol Barenys, Xavier Cassasas y José Torras Trías.
En Madrid, se convocó para el 1º de octubre una manifestación de adhesión a Franco por su XXXV aniversario en la Jefatura del Estado. En su discurso, por si había alguna duda, afirmó con su acostumbrada retórica continuista ligada a su persona, que mientras Dios le diera vida y claridad de juicio, seguiría empuñando el timón del Estado.
De nuevo, en Barcelona el lunes 18 de octubre se reprodujeron movimientos obreros de importancia debido a la huelga en la empresa de automóviles SEAT, ocupando los trabajadores la factoría durante más de doce horas en protesta por la readmisión de los despedidos. Por su parte, la CCFPC distribuyó un comunicado en apoyo de los trabajadores implicándoles para el viernes 29 de octubre a una jornada de acción generalizada227. El resultado de todas estas movilizaciones tuvo consecuencias trágicas con la muerte el día 3 del mes siguiente del obrero Antonio Ruiz Villalba, herido en los sucesos relacionados con los conflictos laborales continuos producidos en SEAT, la Papelera de