Baila hermosa soledad. Jaime Hales
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Baila hermosa soledad - Jaime Hales страница 21
![Baila hermosa soledad - Jaime Hales Baila hermosa soledad - Jaime Hales](/cover_pre1131004.jpg)
Teresa estaba libre, libre, caminó rápido y tomó el primer taxi que apareció.
− Esa noche mis padres me llevaron a una embajada. Estuve fuera hasta Diciembre del año pasado. Ahora me autorizaron a regresar y aquí estoy, cumplido ya el encargo. Eso es todo.
El silencio parece un alivio. Mira a Carlos Alberto y lo ve llorar, muy suave durante mucho tiempo y luego más y más, con sollozos e hipos, con sonidos agudos y el rostro descompuesto, llora como no podía recordar haberlo hecho jamás. Hace frío y ella misma le sugiere que se vaya a casa dispuesta a acompañarlo. Llegan y él sigue llorando. Teresa se instala a su lado y lo acompaña, acariciándole el pelo, suavemente, hasta que se queda dormido sobre el sillón. Ella sale en puntillas, silenciosamente, ante la sorpresa del cuidador que creyó que había venido a dormir con el patrón.
Nunca lo dijo a Sonia. Nunca lo dijo a nadie. ¿Por qué? No sabe. Por eso ahora, cuando lo van a meter preso, a Carlos Alberto le parece ridículo llamar a Sonia, porque ella no entendería nada, si acaso no se lo contaba todo, lo que podría ser demasiado largo. Y difícil.
Fue después de ese encuentro en la playa, con el dolor aplastando el pecho, con un desgarro de parto en el alma, con los ojos ya desocupados de las lágrimas acumuladas en tantos años de parecer un tipo correctito y formal, fue entonces, recuerda esta noche antes de ser detenido, que decidió ubicar al tal Moncho y al poeta, sin saber exactamente para qué, pero con la total seguridad que su vida habría de cambiar.
Esta noche no tiene a quien contarle todo lo que pasa en su interior, a nadie quien explicarle, a nadie a quien dejar instrucciones sobre las cosas de trabajo que quedan pendientes, a nadie para compartir su miedo, a nadie para despedir su libertad con un poco de ternura. Falta ya poco para la diez de la noche y va a empezar el toque de queda. Demorarán en detenerlo, tendrá tiempo de presentarse voluntariamente.
La decisión está tomada. Con su pequeña maleta, donde ha puesto las cosas más elementales, sale del departamento, toma su auto y luego de cruzarse con dos o tres camiones militares, llega hasta el edificio donde vive Sonia.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.