Conversaciones con la naturaleza. Ensayos Cognitivos desde los Andes. Alejandra Delgado

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Conversaciones con la naturaleza.  Ensayos Cognitivos desde los Andes - Alejandra Delgado

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revolución tecnológica provoca profundas modificaciones sociales que conllevan, por ejemplo, la diferenciación e integración decreciente del estado nacional, del mercado nacional, de la industria nacional, de la identidad nacional; la desterritorialización del proceso productivo; y el dominio global del capital cognitivo en alianza con el financiero que destruye paulatinamente las economías nacionales e incluso regionales.

      La dirección decreciente de la curva civilizatoria moderna se radicaliza con la incorporación de la computadora en el proceso productivo. Esta nueva máquina, a diferencia de la industrial, se caracteriza por ser portadora de: “un mecanismo flexible (reprogramable) de sustitución de ciertas funciones lógicas, de memoria y de comunicación del cerebro humano” (Dabat, 2006, p.35). El mecanismo software (conjunto de programas, instrucciones y reglas informáticas) produce un nuevo tipo de bien inmaterial, la llamada propiedad intelectual que va a ser fundamental en los procesos de innovación y planificación productiva. El ciclo total de la producción y organización del capital - producción circulación y consumo - se transforman con la nueva directriz tecnológica, la misma que forja un nuevo tipo de propiedad, de empresa, de competencia, de relaciones laborales, de organización del trabajo, etc., que generen plusvalía extraordinaria de innovación o rentas tecnológicas en el también nuevo espacio económico globalizado (Dabat, 2006).

      La era de la globalización, bajo la dirección del capitalismo, representa el momento más importante de diferenciación e integración decreciente de la civilización moderna occidental. Es evidente que se asiste a un momento de inflexión en los procesos de consolidación y diferenciación progresivas de largo plazo, que conlleva profundas transformaciones que afectan la estructura social y psíquica en una dirección decreciente. Hay una tendencia, en el periodo actual de la curva civilizatoria, a disminuir la integración del mundo, por la mutación espacio temporal y la flexibilización de las estructuraciones sociales, debido a la incorporación de la tecnología digital en el aparato productivo y en la vida cotidiana, así como y por el dominio del capital financiero.

      La globalización involucra una nueva configuración espacial del mundo, que se organiza a partir de las redes de computación o internet, de un tejido transnacional de cadenas productivas, de un sistema financiero globalizado, de la mundialización cultural y sobre todo un nuevo tipo de competitividad sistémica que incluye la competencia entre empresas, corporaciones, naciones, regiones y bloques (Dabat, 2006). Una de las transformaciones más importantes es la que se opera en el trabajo, cuando su dimensión cognitiva deviene su fuerza central, mutación que hace de la producción de conocimiento (investigación científica), de la educación, la innovación, la capacitación continua y el saber tecnológico el aspecto fundamental del proceso productivo. Esto hecho explica la importancia que adquiere en la sociedad globalizada el conocimiento especializado de la tecnociencia, para lo cual se ha puesto en marcha reformas radicales en el sistema de educación mundial, en la perspectiva de fortalecer la productividad.

      Se opera, de esta forma, una mutación importante en la evolución histórica que tuvo su origen en la revolución industrial (capitalismo industrial), lo cual no quiere decir que las lógicas nucleares de la producción industrial desaparezcan, todo lo contrario se han ampliado y acelerado. Con la revolución cibernética, el trabajo adquiere una complejidad articulada a la especialización del conocimiento de los nuevos medios de producción informáticos. En otras palabras, la producción cibernética requiere de trabajadores especializados en el conocimiento de la informática que estén permanentemente revolucionándose. Esta transformación en el proceso productivo, que comporta un profundo cambio en la composición orgánica de capital, debido a la incorporación de la nueva tecnología digital, provoca una considerable reducción de la demanda de mano de obra en general y la no especializada en particular. Al mismo tiempo que se produce una conexión mundial por la información global, se produce una inmensa brecha digital entre continentes, regiones, naciones, pueblos e individuos.

      Si la revolución industrial significó la sustitución por la máquina de las funciones del cuerpo humano, la revolución cibernética significa la sustitución por la computadora de las funciones delimitadas del cerebro humano. Sin embrago de esto, es importante anotar que de la población mundial, la mano de obra que está incorporada a esta nueva lógica de trabajo, especializado científica y técnicamente, es aún reducida. El trabajo formal digital, aunque globalizado, no alcanza a toda la población mundial, al contrario separa a la mayor parte de ella. Así como la inscripción de la máquina al proceso productivo segregó a millones de campesinos de la producción industrial, no solo porque mucha mano de obra fue reemplazada por la máquina, sino porque no tenían el conocimiento para operarla; con la revolución cibernética millones de trabajadores industriales son expulsado del proceso productivo, también porque la nueva tecnología reemplaza mano de obra y porque genera “…un nuevo tipo de analfabetismo tecnológico asociado a la brecha digital que afecta a una amplia mayoría de la población mundial” (Dabat, 2006, p.38).

      El aumento de mano de obra de desecho o peso muerto del capital a nivel mundial va a generar la desarticulación económica, social y cultural de millones de personas que quedan por fuera de la institucionalidad moderna. Población expulsada que, mientras más se aleja de la institucionalidad moderna, genera agudos procesos de integración y diferenciación decrecientes, al tiempo que los expresa.

      De lo dicho en los párrafos anteriores se puede colegir una línea de continuidad entre la era industrial y la llamada era posindustrial. La incorporación de la informática al proceso productivo aumentó y aceleró la industrialización planetaria en toda la historia del capitalismo. Esta línea de continuidad en la lógica productiva, sin embargo, comporta la diferenciación e integración en dirección decreciente del proceso civilizatorio. Así, la velocidad en el desarrollo de la ciencia y de la técnica, al contrario de lo que los humanistas pensaron, parece llevar a la humanidad del tercer milenio a su desintegración. Como dice Elías hay una “…coincidencia entre el aumento de velocidad del progreso especialmente en la esfera científica y técnica, y la disminución de confianza en el progreso en general” (Elías, 1988, p.24).

      El capitalismo digital o de la información explica el ascenso y radicalización de la desigualdad y exclusión social a nivel planetario, signo claro de un proceso de diferenciación e integración decreciente. La lógica de la competitividad que se profundiza con la incorporación de la informática en los procesos productivos y en la sociedad en general, lleva consigo la disolución de las interacciones humanas y por lo mismo fuertes procesos de atomización social. La competencia como valor primero y absoluto del capitalismo tardío genera, a la vez que es resultado, el debilitamiento de las codificaciones sociales que limitan la expansión pulsional y agresiva del ser humano y que se expresan como pudor, la vergüenza, respeto, etc. La fragilidad aludida muestra un descenso en la configuración de la sensibilidad pacificada de las personas, es decir en la contención que unos esperan de los otros, necesaria para la integración social creciente. La vida social se ha vuelto más homogénea, se difuminan las fronteras de la diferenciación social en la mayoría de sus campos por efecto de la expansión de la lógica mercantil homogeneizante, en casi toda la vida social. El proceso de individuación se desdibuja en individualismo, los agentes sociales son convertidos en unidades abstractas, manifestaciones corporales y psíquica de la forma mercancía. En razón de esta transformación se hace difícil el reconocimiento intersubjetivo que funda socialización, comunidad y civilización.

      El proceso de integración y diferenciación decreciente que muestra la curva civilizatoria del mundo moderno occidental, a partir del nuevo paradigma socio-técnico, es identificable en los siguientes campos sociales:

      Decadencia Económica

      Para empezar esta parte de la reflexión, es necesario recordar la tesis de Marx en la cual plantea que el capitalismo vive de revolucionar constantemente sus condiciones de existencia. Esta idea explica la razón de que en la curva civilizatoria, articulada por la economía capitalista, se hayan producido al menos dos enormes revoluciones tecnológicas (la industrial y la informática)

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