Pilar Bellosillo. Mary Salas Larrazábal
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Las características generales de esta experiencia piloto, con ciertas modificaciones fruto de la experiencia, fueron repitiéndose cada año. El segundo curso para instructoras tuvo lugar en Soria y el tercero en Bilbao. Una de las instructoras que se formó en este cursillo, misionera de OCASHA (Obra de Cooperación Apostólica de Seglares Hispano Americanos), partió después para Chile, para desarrollar la misma iniciativa en ese país.
La presidenta nacional, Pilar Bellosillo, y la vocal de Apostolado Rural, Ángela Rosa de Silva, visitaron al ministro de Educación, Jesús Rubio y García Mina, para mostrarle el programa y pedirle una ayuda económica. Únicamente consiguieron que el Ministerio comprara 500 ejemplares del libro Para ti, mujer, editado por la Comisión de Apostolado Rural.
De aquellas 38 instructoras que estaban en posesión del diploma que se exigía para poder abrir un centro de Formación Familiar y Social, algunas empezaron a actuar inmediatamente. En el curso siguiente funcionaban ya centros en Valladolid, Medina del Campo, Benavente, Vigo, La Coruña, Lorca, Yecla, Sevilla, Tudela y Valencia. En Soria había cuatro, en Noviercas, Agreda, Olvega y Burgo de Osma, respectivamente.
Enseguida se hizo patente que la obra de los centros empezaba a tomar una dimensión que exigía dotarles de autonomía fuera del secretariado de Apostolado Rural. Pilar Bellosillo y Ángela Rosa de Silva de común acuerdo juzgaron conveniente crear al efecto una Comisión Nacional bajo la responsabilidad directa de Mary Salas, una de las vicepresidentas del Consejo Superior de Mujeres de Acción Católica. De esta comisión formaron parte las vocales del Apostolado Rural y del Apostolado Obrero. En ella tuvo también un papel relevante Mary Carmen Aldeanueva, contratada como directora técnica, que había completado su formación, obteniendo la titulación de asistente social.
Los Centros de Formación Familiar y Social tuvieron desde un principio el carácter de entidades de educación de adultos en un sentido moderno que no se limitaba a impartir unas enseñanzas, sino que atendía conjuntamente al saber, al ser y al hacer de las personas; entidades educativas cuya finalidad era preparar a las mujeres de los medios populares para que fueran capaces de estar a la altura de las exigencias de una sociedad en mutación. En contraste con lo que hacía entonces la Sección Femenina, y muy conscientes de ello, las Mujeres de Acción Católica, impulsadas por Pilar Bellosillo y su equipo, se propusieron superar la formación para la vida familiar y doméstica y propiciaron la apertura al mundo y a las responsabilidades de la vida ciudadana. Estos centros tenían como objetivo lograr mujeres libres y responsables, esposas capaces de comprender, madres mejores, consumidoras avisadas, amas de casa más eficaces, ciudadanas conscientes y cristianas por elección.
En un documento interno mecanografiado de los años sesenta, la Comisión de los Centros, de la que formaban parte Mary Salas, Mary Carmen Aldeanueva, Mª Inés Carrera, Ángela Rosa de Silva y Juliana Gómez, expuso cómo entendían entonces estas expresiones. El texto dice literalmente lo siguiente:
«Mujeres libres y responsables. El ser humano se distingue por ser racional y libre, pero parece que la mujer, al revés que el varón, estuviera dispensada de usar la razón. Calificada de intuitiva y sentimental, queda casi reducida al instinto. En el mejor de los casos, puede regirse por las “razones del corazón” que la razón no entiende. Pero la mujer, como el varón tiene que tomar decisiones, resolver problemas, ser eficaz en su acción.
Mejores esposas y madres, se habla constantemente de la crisis de la familia, se buscan y ensayan nuevas fórmulas de convivencia que respondan a las necesidades de los tiempos. Aún no sabemos cómo será la familia del futuro, pero no cabe duda de que el papel asumido por la mujer será diferente. En primer lugar, ya desde ahora no acepta convertirse en una función, sino que aspira muy legítimamente a lograrse como individuo. Por eso, exige, no solo un hipotético respeto, honor y consideración sino una relación de igualdad con su pareja.
La mujer debe estar siempre y en todo a la par del marido. Y esto afecta también a las relaciones íntimas y a la paternidad responsable. Nos cuesta admitirlo, pero el hecho real es que en los medios populares está muy extendido un control de la natalidad que se ejerce de mil maneras, casi todas con perjuicio físico y psíquico para la mujer. En consecuencia, en un tanto por ciento muy elevado, las relaciones matrimoniales se convierten en una tortura para ellas, de las que procuran huir usando mil triquiñuelas que las mujeres se transmiten unas a otras. Los Centros de Formación Familiar y Social procuran impartir una información clara y delicada sobre el particular, respetando todas las conciencias y explicando la postura de la Jerarquía católica sobre el tema.
Consumidoras avisadas. Habitualmente la mujer es la que administra el presupuesto familiar, por lo tanto, casi toda la publicidad se dirige a persuadir a las posibles compradoras, con lo cual la mayoría de las veces se compran, no los artículos necesarios, sino los que los anunciantes han impuesto como necesarios.
La venta a plazos que se ha convertido en un nuevo señuelo, tiene sus ventajas, pero debe reunir unas condiciones: no sobrepasar un tanto por ciento razonable de los ingresos mensuales, no exceder un número limitado de mensualidades, etc. Una consumidora avisada no nace, sino que se hace a través de la experiencia, la educación y el autodominio.
Ciudadanas conscientes. Es casi un lugar común afirmar que a la mujer no le interesan los asuntos públicos, que su vida está centrada en el hogar. Si esto fuera así, que habría que demostrarlo, la educación debería esforzarse por corregir esta tendencia.
Amas de casa más eficaces. Las mujeres españolas, en general, son excelentes amas de casa, pero se toman demasiado trabajo. Hasta ahora resultaba casi inevitable, pero ya la colada no se hace a mano, la compra no tiene que ser diaria desde que existe el frigorífico, el polvo se combate con la aspiradora y la cocina de carbón se ha convertido en una pieza de museo. Los Centros de Formación Familiar y Social han adoptado el lema puesto en circulación por las mujeres católicas de Bélgica “menos tiempo para las cosas y más para las personas”. Se trata de simplificar las tareas domésticas, de forma que la casa esté al servicio de sus habitantes y no al revés».
2º La Campaña contra el hambre en el mundo
Fue una iniciativa lanzada por la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, que en el año 1955 publicó un Manifiesto de gran resonancia en el que declaraba la guerra al hambre. Con una visión que se anticipó a su tiempo, el Manifiesto decía lo siguiente:
«Nosotras, mujeres del mundo entero, llamadas por la naturaleza a dar la vida, protegerla y alimentarla, no podemos aceptar por más tiempo que las fronteras del hambre se inscriban en nuestro globo con trazos de muerte.
Mujeres católicas, llamadas por Jesucristo para dar testimonio de un amor universal y efectivo por la familia humana, no podemos resignarnos al hecho de que la mitad de la humanidad sufra hambre.
No queremos que se den soluciones perezosas y criminales a este trágico problema: la guerra, la limitación de la natalidad, son soluciones falsas, soluciones ineficaces, soluciones de muerte.
Sabemos, y queremos que se sepa, que existen soluciones de vida, y que, si la conciencia mundial reacciona, dentro de algunas generaciones las fronteras de hambre habrán desaparecido.
Es una certeza apoyada en estudios científicos y consolidada por el hecho de que las Instituciones internacionales, oficiales y privadas, tales como la Asistencia Técnica de las Naciones Unidas, la Organización para la Alimentación y la Agricultura, así como diversos organismos