Abogados de ficción. Walter Arévalo-Ramírez

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Abogados de ficción - Walter Arévalo-Ramírez Derecho

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los roles de género le imponían a la mujer (Landa, 1996).

      Ella también es recordada dentro de los hitos del derecho internacional por su participación en la inauguración del Palacio de la Paz en 1913 (hoy sede de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, Países Bajos). Murió menos de un año después, tres semanas antes de que estallara la Primera Guerra Mundial, en junio de 1914. A pesar de todos sus logros, tras su muerte, fue olvidada y casi borrada de la historia. Pocos esfuerzos se han hecho por reconocer su aporte al derecho y a la literatura. Un reconocimiento reciente ocurrió en 2009 cuando Hillary Clinton, excandidata a la Presidencia de los Estados Unidos, visitó La Haya para participar en una conferencia sobre Afganistán. Durante su intervención, Clinton anunció que se quedaría en el Hotel Kurhaus, justo como ella lo había hecho en 1899, como oportunidad para recordar su memoria, situación que llamó la atención de varias entidades en La Haya, que emprendieron campañas conmemoratorias de las que han participado los autores de este capítulo, entre ellas la Fundación Carnegie, el Palacio de la Paz y la Academia de Derecho Internacional de La Haya.

      La Fundación Carnegie ordenó la construcción de dos bustos de Bertha von Suttner. La gran ceremonia que dio a conocer la estatua se realizó el 28 de agosto de 2013, el día del centenario del Palacio de la Paz en La Haya. Este día, ella se convirtió en la primera mujer en cien años en obtener una estatua en este palacio.

      Esta estatua reconoce el papel que desempeñó en la Primera Conferencia de La Haya en 1899, en la consolidación del Palacio de la Paz y en el posicionamiento de La Haya como la sede mundial de la paz y justicia internacionales. Este monumento también visibiliza su trascendencia en la historia del siglo XIX y el impacto de su obra hoy; estos son los mismos propósitos de este capítulo sobre derecho y literatura: contribuir con la primera reflexión en español sobre el impacto de Bertha von Suttner en el desarrollo y la codificación de las prácticas más esenciales del derecho internacional a través de su activismo pacifista y sus novelas.

      Bertha von Suttner logró una maravillosa hazaña en ¡Abajo las armas! (1889) al describir con mucha franqueza la situación de las guerras, de modo que es esta obra un espejo de la cruda realidad que se vivía en ese momento en Europa, con todo tipo de descripciones sobre el maltrato y el sufrimiento de la población a manos de los combatientes. La autora buscaba que el lector, con descripciones detallas tanto de crisis individuales como de conflictos de orden internacional, tomara una posición contra las guerras, de modo que era su mayor propósito ilustrar los horrores vividos por las naciones europeas. Que la autora haya escogido que la protagonista fuera mujer es de suma importancia, ya que así se lograba un mayor impacto al lector a través de sus narraciones sobre cómo la guerra afecta las relaciones familiares, su posición en la sociedad y la vida política de su nación.

      La protagonista de la historia es Martha Althaus, una mujer a la cual la guerra le arrebató a dos esposos y la dejó eternamente marcada por la barbarie que pueden ocasionar los seres humanos, tanto individualmente entendidos como a través de sus naciones cuando están en el campo de batalla, por lo que narra su historia utilizando los apuntes que escribió en su diario sobre los conflictos presenciados.

      Martha, paradójicamente, nació en una familia militar en la que su padre le inculcó desde pequeña el amor a la guerra y el orgullo que representa ser parte del ejército del país, por esta razón, estaba desilusionada de ser mujer, porque nunca sentiría el honor de tomar las armas para defender a su patria, ni nunca tendría la oportunidad de ser un héroe, por lo que solo le quedaba una forma de hacer sentir orgulloso a su padre, la única salida que tenían las mujeres en el siglo XIX: el matrimonio. Martha contrae matrimonio con un oficial del ejército imperial y posteriormente su hijo tendrá el mismo sueño de ser soldado del país.

      Tras convertirse trágicamente en viuda de su primer esposo, comienza a replantear su postura sobre la guerra y empieza a contrariar a su padre. Lo que una vez creía que era una verdad absoluta, ya no parecía tan cierto ante sus ojos. Años después, se casa con el barón Friedrich von Tilling, un hombre que, tras haber sido soldado, defiende las ideas pacifistas y condena la guerra. De esta forma, la autora logra unir los dos puntos de vista en la novela. Por un lado, está la protagonista y su segundo esposo, quien defiende su postura antibélica, y por otro, su papá, un general que ve la guerra como algo digno de admirar.

      La novela entremezcla una clásica historia de amor, recurrente en la literatura europea de la época, con el mensaje pacifista que desea transmitir la autora, mostrando a la protagonista vivir románticos momentos junto con su segundo esposo, que luego son oscurecidos por la guerra. A medida que la historia transcurre, la transformación del pensamiento de Martha se hace cada vez más profunda, lo que la lleva a replantearse lo que creía y a preguntarse por mejores opciones y caminos, para sí misma y para la sociedad nacional y europea.

      Martha analiza la situación bélica que vive y llega a importantes conclusiones que se extienden hasta nuestros días. Una de ellas es que la guerra surge como consecuencia de las decisiones de unos pocos que tienen el poder y que terminan afectando directamente a los ciudadanos. Martha concluye que los príncipes y dirigentes que privilegian la guerra a la solución pacífica de los conflictos son los culpables de las desgracias del pueblo, solo por sus caprichos e intereses personales, por lo que pide que la justicia actúe frente a ellos. Otra conclusión a la que llega es que la guerra no es esencial o parte de la naturaleza del hombre, sino un invento suyo como producto de su ambición y avaricia. Por último, analiza que nada justifica las atrocidades que se viven en las guerras. Aunque creció con los ideales de servir y defender a la patria, ella aprende que no se debe sacrificar la felicidad personal por un mundo arrodillado al discurso bélico.

      Esta obra literaria logra extraordinariamente combinar tres enfoques en la novela (histórica, social, cultural), haciendo que su importancia perdure en el tiempo y sea de interés para los lectores modernos. Bertha von Suttner con el personaje de Martha logra que la novela trascienda en la historia, ya que su evolución hace que el lector se sienta tocado con su sufrimiento, sin importar la época que sea. Para reconstruir las vivencias de la guerra de la manera más específica y detallada posible, la autora utiliza diversas fuentes históricas, como periódicos, documentos, informes de guerra, etc. Además, ofrece un gran aporte histórico porque permite entender mejor las dinámicas sociales y culturales de la época.

      Al final, la protagonista logra encontrar su lugar en el mundo, realizando su verdadera vocación: trabajar por la paz entre los pueblos, continuando el legado del barón Von Tilling y criando a su hijo con los valores pacifistas.

      Cuando Bertha von Suttner publicó su novela ¡Abajo las armas! en 1889, el derecho internacional moderno apenas comenzaba a desarrollarse. No fue sino hasta diez años después, en la Conferencia de Paz de 1899 de La Haya, que se construyeron los cimientos para desarrollar la regulación legal del uso de la fuerza entre los Estados. Este cambio, entre otros aportes al derecho internacional humanitario, es considerado por muchos historiadores del derecho como un proceso que, entre otras razones, encuentra su temprana influencia en la obra literaria y el activismo de Bertha von Suttner.

      Sobre el tema, historiadores del derecho internacional como Bring (2005) resaltan que su obra, tanto literaria como política, ya avizoraba, así fuera de forma primigenia, la distinción esencial que en el derecho internacional se ha hecho entre ius ad bellum entendido como el derecho a la guerra, es decir, la legalidad o prohibición misma del uso de la fuerza, la permisión de actuar en legítima defensa y la prohibición de la agresión entre Estados, y el ius in bello entendido como el derecho aplicable en la guerra o dentro del conflicto armado, en especial, los estándares humanitarios que deben seguirse cuando no se pudo evitar la guerra y que deben observar los combatientes involucrados en un conflicto. El ius ad bellum en sus orígenes, a finales del siglo XVII, no establecía una

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