Historia constitucional de Chile. Fernando Jiménez Loosli

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Historia constitucional de Chile - Fernando Jiménez Loosli

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agrupaciones a muchos individuos, mujeres sobre todo, que pasaban a incorporarse a la parte mestiza de la población, esto es, al pueblo bajo. De la disminución de la raza indígena y de su fusión con la raza conquistadora, había resultado la desaparición casi completa del antiguo idioma nacional en toda la porción del territorio en que los indios habían sido sometidos. A fines del siglo XVII, el castellano era ya la lengua general de todo el reino de Chile desde las orillas del BioBio hasta el desierto de Atacama”46.

       5. Los negros

      La población de raza negra comenzó a llegar a Chile con los primeros colonizadores y provenían de Angola, Guinea, Perú y Brasil y tenían la calidad jurídica de esclavos. De la mezcla de éstos con blancos y con indios, resultaron, respectivamente, las castas de los mulatos y zambos.

      Tanto las autoridades civiles como religiosas, dictaron diversas disposiciones de protección a las personas de raza negra, pero debido a que no se aclimataron en ninguna región del país y, además, por enfermedades como tuberculosis, viruela y alcoholismo comenzó a disminuir su número. Fueron rechazados por mestizos e indígenas.

      Iniciada la República, por Bando del Gobierno de fecha 15 octubre 1811 se decretó que a contar de esa fecha los hijos de esclavos que nacieren en el país, serían libres. Posteriormente, por ley de 24 julio 1823, se abolió definitivamente la esclavitud.

       6. Los extranjeros

      Las estrictas normas legales establecidas por el Consejo de Indias impedían el libre ingreso a las tierras de la corona a personas que no pertenecieren a España y, asimismo, impedían el libre comercio con otros países, por lo cual, los extranjeros interesados en viajar a América debían someterse a un complejo procedimiento de autorización.

      Con el transcurso del tiempo y debido a la presión de los colonos y al contrabando que se ejercía, las autoridades de la península comenzaron lentamente a liberar esas restricciones lo que permitió el establecimiento de personas de distintas nacionalidades.

      Con motivo de la unión de España y Portugal en 1580, se favoreció la inmigración de portugueses atraídos por el comercio y la navegación y, otros, motivados por la milicia. Sin embargo, su radicación debió enfrentar la antipatía de los españoles y criollos que los consideraban una competencia para sus actividades.

      La presencia de franceses se destaca a partir del siglo XVIII, quienes llegaron en calidad de marineros, soldados, comerciantes y contrabandistas que aportaron progreso en el desarrollo de la minería, de la agricultura, del comercio y de la industria y con destacada participación en la milicia.

      Los italianos llegaron a Chile, en reducido número, como maestros de naves, marineros, soldados y comerciantes pero su presencia se acentuó a partir de fines del siglo XIX. En cambio, las diferencias religiosas con los ingleses impidieron su venida a Chile, pero no así con los irlandeses, que por su condición de católicos, llegaron en gran cantidad sirviendo como militares, marinos o ingenieros.

      Durante el período de la colonia, desempeñaron el cargo de gobernadores de Chile, las siguientes autoridades:

      Pedro de Valdivia (1539-1546)

      Francisco de Villagra Velásquez (1546-1548)

      Pedro de Valdivia (1548-1554)

      Francisco de Villagra Velásquez (1554)

      Rodrigo de Quiroga López de Ulloa (1554)

      Francisco Aguirre Meneses (1555)

      Entre febrero de 1555 y mayo de 1556 se desempeñaron los Cabildos.

      García Hurtado de Mendoza Manríquez (1557-1561)

      Francisco de Villagra Velásquez (1561-1563)

      Pedro de Villagra y Martínez (1563-1565)

      Rodrigo de Quiroga López Ulloa (1565-1567)

      Entre agosto de 1567 y agosto de 1568 gobierna la Real Audiencia.

      Melchor Bravo de Saravia Sotomayor (1569-1575)

      Rodrigo de Quiroga López de Ulloa (1575-1580)

      Martín Ruiz de Gamboa de Berriz (1580-1583)

      Alonso Sotomayor de Valmediano (1583-1592)

      Martin García Oñez de Loyola (1592-1598)

      Pedro Vizcarra de la Barrera (1599)

      Francisco de Quiñones (1599-1600)

      Alonso García de Ramón (1600-1601)

      Alonso de Rivera de Pareja (1601-1605)

      Alonso García de Ramón (1605-1610)

      Luis Merlo de la Fuente Ruiz de Beteta (1610-1611)

      Juan de la Jaraquemada (1611-1612)

      Alonso Rivera de Pareja (1612-1617)

      Hernando Talaverano Gallegos (1617-1618)

      Lope de Ulloa y Lemos (1618-1620)

      Cristóbal de la Cerda y Sotomayor (1620-1621)

      Pedro Osores de Ulloa (1621-1624)

      Francisco de Alaba y Nureña (1624-1625)

      Luis Fernández de Córdova y Arce (1625-1629)

      Francisco Laso de la Vega (1629-1639)

      Francisco López de Zuñiga (1639-1646)

      Martin de Mujica y Buitrón (1646-1653)

      Alonso de Figueroa y Córdova (1653-1656)

      Antonio de Acuña Cabrera y Bayona (1655-1656)

      Pedro Porter Cassanate (1656-1662)

      Diego González Montero Justiniano (1662)

      Angel de Peredo (1662-1664)

      Francisco de Meneses Brito (1664-1668)

      Diego Dávila Coello (1668-1670)

      Diego González Montero Justiniano (1670)

      Juan Henríquez de Villalobos (1670-1681)

      Marcos José de Garro Senei de Artola (1682-1692)

      Tomás Marín González de Poveda (1692-1700)

      Francisco Ibáñez de Segovia y Peralta (1700-1708)

      Juan Andrés de Ustariz de Vertizverea (1709-1716)

      José de Santiago Concha y Salvatierra (1716-1717)

      Gabriel Cano de Aponte (1717-1733)

      Francisco de Sánchez de la Barrera (1733-1734)

      Manuel

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