La razón práctica en el Derecho y la moral. Neil MacCormick
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Lo más evidente desde el punto de vista de nuestra reflexión sobre el razonamiento práctico en cuestiones de valor es que no hay ninguna acción única del gobierno ni ninguna iniciativa política única que pueda servir igualmente a todos esos fines. Algunos serán centrales para ciertas iniciativas políticas; obviamente, las políticas del servicio de salud tratarán más estrechamente el «más saludable». Sin embargo, los esfuerzos por disminuir la ebriedad en público en el contexto del objetivo de «más seguro y más fuerte» también tendrán efectos beneficiosos en la salud pública y eso será pertinente para su justificación. Así que no existe una correspondencia uno a uno entre los objetivos estratégicos y los departamentos de Estado. También puede haber alguna oposición entre objetivos. No todas las formas de aumentar la actividad y el crecimiento económicos son compatibles con el objetivo de «más verde». La fuerza de una política de justicia penal puede entrar fácilmente en conflicto con su justicia. El esfuerzo por crear una sociedad más inteligente puede intensificar la competitividad económica sin aumentar la justicia distributiva. Y así sucesivamente.
También surgen cuestiones de eficacia práctica. Por ejemplo, puede parecer que se sirve bien al objetivo de «más verde» con proyectos para desarrollar energías renovables, incluyendo la energía eólica. Puede que haya flujos de viento apropiadamente estables sobre los pantanos de las islas Hébridas Exteriores. Sin embargo, puede que el uso de tales tierras sea a su vez dañino para el ambiente porque perjudique su capacidad para seguir actuando como «sumidero de carbono». Además, en términos de la conservación de hábitats naturales para especies protegidas, puede que haya otras consideraciones ambientales que desaconsejen el uso de ese lugar para un parque eólico. Al mismo tiempo, puede argumentarse que el objetivo de «más rico y más justo» nos da fuertes razones para fomentar este tipo de desarrollo industrial en un área remota del país en la que hay pocas oportunidades de empleo. En cualquier deliberación como esta, es importante reflexionar sobre todo el abanico de probables efectos que tendrá la construcción de un parque eólico a gran escala, y evaluarlos para comparar sus ventajas con las de otros posibles medios para desarrollar fuentes de energía renovables. Además, si el gobierno tiene alguna obligación de dar absoluta prioridad a la protección del hábitat (por ejemplo, por la Directiva sobre los hábitats de la UE), esto puede funcionar como una razón excluyente para descartar esta posibilidad. Así que la aplicación del valor rector «más verde» requiere un razonamiento complejo tanto de un tipo probabilístico de causas y efectos como de un tipo evaluativo. Esto puede incluir elementos cuantitativos pero al final siempre requiere una conclusión cualitativa que justifique la decisión.
Los gobiernos modernos involucran procesos muy complejos e interactivos en los que colaboran muchos participantes. Los asuntos siempre avanzan por medio la gestión de la burocracia, bajo la dirección general de ministros elegidos que dependen de la cooperación (normalmente) y la orientación (siempre) de sus funcionarios públicos. Los parlamentos democráticos y sus miembros son responsables de que el gobierno responda por sus decisiones y muestre que esas decisiones sirven realmente a los valores declarados, y no son una tapadera para otros objetivos o intereses más siniestros. En tal actividad de varios jugadores, es esencial que haya alguna declaración de objetivos estratégicos como los enumerados arriba para lograr algún tipo de administración coherente del gobierno, así como una satisfactoria rendición de cuentas democrática. Ante cualquier legislación propuesta o conjunto de medidas ejecutivas, es fundamental preguntar: ¿cuál de los objetivos estratégicos establecidos promueve esto? ¿Hay alguno que apoye de manera secundaria? ¿Hay alguno para el que no sea útil? ¿Hay alguno hacia el que esté en oposición directa? La tarea del gobierno en conjunto, dirigido por un primer ministro y un gabinete, es asegurarse de que haya un equilibrio satisfactorio en la prosecución de todos ellos, sin abandonar ninguno frente a otros y sin oponerse directamente a ninguno con acciones dirigidas a otros. En la medida que se pueden clasificar cinco objetivos estratégicos numerados, obviamente hay un elemento cuantitativo en esto; pero la tarea general es, de nuevo, más cualitativa que cuantitativa. Si no se sacrifica ningún objetivo por el bien de otros, y si ninguno pasa a ser tratado como meramente secundario respecto a uno o más de los otros, cada uno de ellos proporciona un punto de apoyo para equilibrar el logro de cada uno de los demás. Un estadista sabio parece ser el referente para el éxito en el juicio cualitativo y el razonamiento práctico en el gobierno. La sabiduría es la virtud suprema de la gobernanza pero se logra haciendo bien otras cosas, no buscándola como una virtud que pueda especificarse de manera independiente. La conclusión tentativa o provisional es que el buen razonamiento sobre qué es bueno hacer, tanto en la toma de decisiones individual como en la colectiva (por ejemplo, la gubernamental), tiene un elemento cuantitativo. Uno debe ser capaz de presentar una breve exposición de los valores que guían su propia acción. Tiene un elemento probabilístico, en la medida que siempre se tiene que calcular la probabilidad de que los pasos que se dan para lograr cierta meta tengan éxito. Puede que uno quiera apoyarse en listas con todos los factores que aconsejan o desaconsejan alguna línea de actuación. Sin embargo, no existe ningún método algorítmico de sumar los puntos positivos y restar los puntos negativos para llegar a una conclusión. Teniendo en cuenta todos los aspectos cuantitativos y cualitativos de la situación, uno finalmente toma una decisión cualitativa guiada por algún compromiso con unos valores preferidos de la vida privada o la vida pública.
19 Pablo, Epístola a los romanos, 2:14-15.
20 Véase Matt Ridley, Genome: the Autobiography of a Species in 23 Chapters (London: Fourth Estate, 1999), 1–15 [Traducido como Genoma: la autobiografía de una especie en 23 capítulos (Madrid: Taurus, 2000).].
21 Matt Ridley, Nature via Nurture (London: Fourth Estate, 2003), 214–5 [Traducido como Qué nos hace humanos (Madrid: Taurus, 2004).].
22 Véase Thomas Reid, Ensayos sobre los poderes activos de la mente humana (Madrid: Tecnos, 2014); L. Wittgenstein, Investigaciones filosóficas (Barcelona: Crítica, 1988), 269, 275.
23 Puede encontrarse una visión fuerte de la normatividad de la gramática en G. Pavlakos, Our Knowledge of the Law: Objectivity and Knowledge in Legal Theory (Oxford: Hart, 2007).
24 Una idea compartida fuertemente por Martha Nussbaum. El ocultamiento de lo humano: repugnancia, vergüenza y ley (Buenos Aires: Katz, 2006).
25 D. Hume, A Treatise of Human Nature (L. A. Selby Bigge y P. H. Nidditch, eds) (Oxford: Clarendon Press, 1978), 317–22, 369–86 [Traducido como Tratado de la naturaleza humana (Madrid: Tecnos, 2005).]; A. Smith, The Theory of Moral Sentiments (D. D. Raphael y A. L. Macfie, eds) (Oxford: Clarendon Press, 1976), 9–15 [Traducido como Teoría de los sentimientos morales (México: Fondo de Cultura Económica, 2004).]. El suyo es un concepto ampliado de simpatía, ya que incluye cualquier forma de «sentir