Cómo desarrollar su intuición. Bernard Baudouin
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Intuición y matemáticas
Uno de los ejemplos más significativos en materia de intuición a la vez imaginativa e intelectual se sitúa, sin duda, en el campo complejo – y a menudo considerado ingrato– de las matemáticas. En efecto, contra todo lo esperado, el campo de la investigación matemática se manifiesta como un terreno de exploración casi ilimitado y recurre a todas las capacidades mentales y psíquicas, intuitivas y conceptuales del ser humano.
Muy lejos de la tradicional frialdad que los no especialistas reservan a estos temas, sugiriendo parecidos entre las nociones matemáticas, la intuición supera el estadio de la única sensibilidad y alcanza otras cimas, demostrando una sutileza pocas veces igualada: «En este universo específico, la intuición sensible, tal como se encuentra en la percepción (…), ya no puede intervenir, proporciona objetos al pensamiento prematemático. Entre estos objetos se realiza de forma aproximada un carácter común. La imagen sensible da una visión global de un conjunto en el que se aplica una misma propiedad. Es una intuición que puede despertar nociones que no tienen su origen en la experiencia. Otro tipo de intuición se produce en la mente del matemático que trata los datos matemáticos “como seres familiares” entre los que entrevé relaciones. Así es como se aplicará un tipo de intuición más sutil que la intuición inmediata, y esta hará surgir tanto una afiliación que pueda ir hasta la equivalencia de problemas distantes en un principio, como categorías de objetos que pueden diferir en cuanto a su naturaleza, pero que dan lugar a un mismo sistema de relaciones. Percibir tales posibilidades es propio de la intuición prolongada. Así, la aplicación del cálculo de imaginarios a la geometría deja aparecer una diversidad de sistemas geométricos. Es pues la intuición imaginaria la que sugiere parecidos entre las nociones matemáticas. La geometría de las transformaciones es su mejor ejemplo».[4]
Un fenómeno con múltiples rostros
Hasta el momento hemos recordado la presencia y el papel de la intuición en el universo de las matemáticas, pero habríamos podido hacer lo mismo en muchos ámbitos profesionales,[5] que día a día ven cómo la intuición influye notablemente – a menudo sin hacer demasiado ruido y pasando desapercibida– en el curso de las cosas.
¿Cómo no detenerse ni un instante en el mundo de los creadores, que por esencia son los más susceptibles de escuchar? Nadie puede intentar hablar razonablemente de un escritor, un músico o un pintor, un escultor o un investigador sin mencionar la parte de intuición que entra en la propia naturaleza de su trabajo.
No faltan ejemplos famosos: desde Beethoven, que decía escribir bajo el dictado de un Espíritu, hasta Baudelaire, que contaba que su inspiración no dejaba de rondarle, pasando por el pintor Eugène Delacroix o el escritor Antoine de Saint-Exupéry, que confesaba que la «iluminación es sólo la visión repentina, a través de la mente, de un camino largamente preparado», sin olvidar a Albert Einstein, que reveló que su teoría de la relatividad se le apareció en sueños, o Arquímedes, que descubrió en una perturbadora experiencia sensitiva su teorema de los cuerpos flotantes, pero también Thomas Alva Edison, seguro de deber su descubrimiento de la bombilla incandescente a mucho más que una simple casualidad.
Además de estos grandes nombres y sus experiencias personales – forzosamente sensacionales, teniendo en cuenta su universalidad–, existe una multitud de ejemplos y circunstancias comunes a todos ellos, que se reproducen de vez en cuando y nos dejan perplejos en cuanto al sentido que hay que dar a esos insólitos comportamientos que descansan sobre certidumbres intangibles: aquí un directivo importante confesando que recurre a su intuición para marcar sus grandes líneas estratégicas, allí un periodista atento a sus mínimos sueños, más allá un financiero que no teme recurrir a una gran «sensación» para dejarse aconsejar sobre la gestión de su banco o un comercial que practica la relajación para dejar emerger mejor su intuición en los momentos cruciales de su vida profesional; pero también podemos ser usted y yo, escuchando y confiando sin razón aparente en nuestra «primera impresión», cuando es necesario que tomemos una decisión en la vida de cada día, o dando pruebas de una confianza «instintiva» en una determinada persona.
Sea el asunto que sea, el momento en que se imponga o las implicaciones que genere, la intuición aparece bajo múltiples facetas, tal como reflejan los testimonios de los que perciben repentinamente sus efectos:[6]
– Con la intuición, siento que es cierto (…).
– Es la sensación de que pasa algo (…) no relacionado con las apariencias (…).
– La intuición me permite activar mi cerebro derecho, asociar imágenes e ideas, encontrar nuevas soluciones; descansa en la lógica (…).
– La intuición surge del silencio, de la parada, de un movimiento interiorizado, de una escucha interior; nace en los momentos privilegiados (…).
– La intuición está relacionada con el cuerpo, el corazón, lo esencial; me permite encontrar el sentido detrás de la simple apariencia.
– La intuición es mi guía interior (…).
– Cuando me llega una intuición, lo noto, estoy bien, estoy en armonía conmigo mismo y con el resto del universo (…).
– A veces, la intuición es tan fuerte que siento físicamente sus vibraciones (…).
– Con la intuición, es así, no puedo explicarlo; me queda revestirla de razones racionales.
Es obvio que existen tantos matices en la percepción de la intuición como personas para recibirla. Es esto justamente lo que la hace tan rica y lo que, en el transcurso de los años, ha llevado a muchas mentes cultivadas a buscar una explicación, tal y como veremos a continuación.
Capítulo 3
La intuición según los que la han estudiado
El conocimiento intuitivo es un rayo
que surge del silencio y que está allí,
ni más arriba, ni más profundo, de verdad,
pero justo allí, bajo nuestros propios ojos,
esperando que nos volvamos un poco más claros.
No es tanto cuestión de educarse
como de liberarse de las obstrucciones.
Existen personas que viven la intuición día a día, como usted y yo, cuando llega y como se presente, que la experimentan golpe a golpe, escuchando escrupulosamente o rechazándola con desprecio. También hay personas que dedican tiempo a reflexionar sobre la intuición, a observarla, a detallar sus posibles causas y los efectos más considerables, que desmontan por completo el mecanismo hasta alcanzar sus detalles más pequeños y extraer sorprendentes significados ocultos.
De vez en cuando, en todos los países, surgen mentes curiosas deseosas de entender, que se interesan por la intuición por lo que tiene de inevitable y específicamente humano.
Como parte de nosotros mismos
4
Jeanne Bernis,
5
En la cuarta parte de esta obra examinaremos con más detenimiento las aplicaciones de la intuición en otros campos profesionales.
6
Michel Giffard,