Educar o reeducar al perro. Franco Fassola

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Educar o reeducar al perro - Franco Fassola

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de 30 segundos. Anotaremos su reacción en al tabla.

      INTERPRETACIÓN

      * Dos o más respuestas m d, con alguna d en otras partes del test: cachorro muy dominante y agresivo. En el futuro puede ser un perro mordedor. En lo que respecta al trabajo de guarda y defensa, necesitará una mano experta para el adiestramiento. No es un perro apto para principiantes.

      * Tres o más respuestas d: cachorro que tiende a imponerse y a ser dominante. Es el mejor perro de trabajo, con el carácter necesario para llegar a ser un buen ejemplar, sin excesos en ningún sentido. Puede ser apto también para principiantes, especialmente si las otras respuestas son s y no m s. Dos o más respuestas m s, junto con respuestas d indican, por el contrario, un perro inseguro y no adecuado para inexpertos.

      * Tres o más respuestas s: cachorro que se somete sin problemas, fácil de educar y de adiestrar, aunque no siempre posee las capacidades necesarias para trabajos de guarda y defensa.

      * Dos o más respuestas m s, especialmente si se acompañan de alguna respuesta i: cachorro muy sumiso, con poca aptitud para el trabajo. Puede morder sólo para defenderse. En algunos casos se pueden obtener ataques discretos, pero se necesita mucha paciencia, tacto y, sobre todo, experiencia.

      * Dos o más respuestas i, especialmente si una se refiere a la prueba de dominio social: cachorro difícil, tímido y que se inhibe del hombre. Si las respuestas i están acompañadas de respuestas m d o d puede ser desequilibrado. Totalmente desaconsejado para quien busca un perro de trabajo.

      * Valoración promiscua: si un cachorro obtiene valoraciones contradictorias es preferible repetir el test en un lugar distinto. Si se obtiene el mismo resultado, el cachorro es imprevisible, por lo cual no debe considerarse adecuado para el trabajo.

      OBSERVACIONES

      Tal y como recuerda su creador, no debemos olvidar que este test fue elaborado para examinar las «tendencias del comportamiento» de los cachorros, que naturalmente pueden ser modificadas o potenciadas por factores ambientales y por el dueño, por lo cual las informaciones obtenidas deben considerarse como sugerencias.

      Por otro lado, el test está condicionado por la persona que lo realiza. Por lo tanto, no debemos conformarnos con saber que el criador ha llevado a cabo el test de Campbell a toda la camada, porque lo realmente útil es que lo realicemos nosotros mismos.[1]

      Consejos para los nuevos propietarios*

      • Permitir que el cachorro, aunque sea durante las primeras noches, duerma en la habitación de los dueños, porque podría llorar y ladrar a causa de la separación repentina de todos los componentes del grupo familiar; el cachorro dormirá toda la noche y logrará retener fácilmente la orina y las heces hasta la mañana siguiente. Si, por el contrario, se le deja solo, se despertará con frecuencia, se pondrá nervioso y evacuará cada vez que se despierte.

      • Para propiciar la evacuación de orina y de heces en el exterior, debemos llevarlo a pasear varias veces al día (después de cada comida, después de dormir, para jugar, etc.) y felicitarlo cada vez que haga sus necesidades en un lugar correcto; es aconsejable no usar periódicos, porque esto podría dar pie a que el animal ya adulto evacuara dentro de casa, incluso sin periódicos).

      • Es conveniente sacar a pasear al cachorro, tanto en la ciudad como en el campo, aunque el programa de vacunas no haya concluido; simplemente habrá que evitar las zonas frecuentadas por muchos perros para disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades.

      • Visitar por lo menos dos veces por semana un lugar ruidoso y concurrido, como por ejemplo un mercado, la estación ferroviaria, el centro de la ciudad el sábado por la mañana.

      • Alentar al cachorro a acercarse a otros perros (de talla grande y pequeña, de sexo masculino y femenino) y a relacionarse con ellos; de este modo se perfecciona la comunicación y los rituales sociales.

      • Favorecer el contacto entre el cachorro y los seres humanos (niños, mujeres, ancianos).

      *Fuente «El criador aficionado y el criador profesional. La función del médico veterinario generalista», Dra. Sabrina Giussani – SISCA Observer octubre de 2002.

      Conclusión

      No es oportuno dejarse enternecer por el cachorro más pequeño o más tímido de la camada, aquel que se queda en un rincón y no va a buscar las caricias. Tampoco hay que buscar al más agresivo. Lo ideal es escoger uno de los que están en el centro del grupo, ni demasiado miedoso, ni demasiado independiente, que nos dará más garantías de equilibrio social.

      Debemos asegurarnos de que el perro haya completado el desarrollo psíquico y físico que corresponde a su edad, y también que haya sido desparasitado y vacunado; si un criador (un particular, un comerciante o el titular del criadero) se preocupa de la salud de sus animales es porque los quiere. Puede ser una buena prueba para valorar la fiabilidad del vendedor, y con toda seguridad es una garantía de que el cachorro está sano.

      Si se busca un perro adulto, intentaremos ponernos en contacto con el antiguo propietario para preguntarle acerca de los hábitos del animal.

      El test de Campbell es un instrumento de valoración, aunque también deben considerarse otros factores: nuestras exigencias (que sea dócil, agresivo, juguetón), el gusto personal, el lugar en donde llevaremos al perro (casa de campo o piso de ciudad), etc. Además, para una valoración completa del carácter del animal hay que observarle, sin ser vistos, cómo se comporta con sus hermanos y padres, lo cual nos dará una idea del grado de socialización con sus similares.

      Una buena elección es un buen inicio, pero la forma en que eduquemos a nuestro perro será decisiva.

      Los sistemas de aprendizaje y las técnicas correctivas

      El perro aprende cómo debe comportarse mediante los procesos de aprendizaje, que empiezan en los primeros días de vida y se consolidan con el paso del tiempo.

      El aprendizaje es gradual. El perro aprende por errores: al principio intenta entender la acción que su propietario desea, y se equivoca muchas veces, pero con el tiempo logra realizar siempre y con exactitud la orden impartida.

      El aprendizaje

      A continuación, veremos esquemáticamente cuáles son los mecanismos, conscientes e inconscientes, de aprendizaje del perro:

      – imprinting;

      – hábito;

      – juego;

      – condicionamiento clásico;

      – condicionamiento operante.

      El imprinting

      El término imprinting puede traducirse por «impresión», nombre que da la idea de algo que queda fijado definitivamente en la conciencia del animal. Konrad Lorenz fue el primero que lo utilizó para explicar el comportamiento de

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Para un estudio más exhaustivo recomendamos el libro de B. Frosolini, Los test para conocer a su perro, Editorial De Vecchi, Barcelona, 1998.