El hechizo de la misericordia. José Rivera Ramírez
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¿Cómo podemos dañar a Jesucristo, nosotros? Pues hombre, ahora mismo, a Él, en su integridad física, ya no le podemos dañar. Algunos teólogos que piensan que Jesucristo puede sufrir todavía, pues bueno, pues entonces le dañamos ahora mismo, le hacemos sufrir, pero vamos, yo esto no me lo creo, ni por lo demás es una cosa, en absoluto segura, más bien es muy improbable.
Pero que Jesucristo conoció el pecado del mundo y, si se entregó a la muerte por mí, tuvo que conocer que yo era pecador, y le ofendí, le hice sufrir cuando vivía en la tierra, esto, está en el magisterio de la Iglesia, vamos, en realidad, es ya casi absolutamente cierto.
Y que, de todas maneras, Jesucristo, lo mismo que he dicho que se complace en estar con nosotros, tiene una displicencia respecto del pecado, le desagrada, no le perturba, que es distinto, eso también es de fe. Y que Jesucristo murió por mis pecados, poniéndose en lugar de mí que soy pecador, y de tal manera, que murió por los pecados de cada uno, pues esto también es de fe.
Bueno, entonces, dense cuenta, o no entiendo lo que es que Cristo me ama, o tengo que darme cuenta necesariamente, que cualquier pecado es una ofensa a Jesucristo. Porque, por mi parte, es que o no me fío de Él, o desprecio su complacencia, o le desprecio a Él mismo, y esto me daña a mí.
Ahora, si Jesucristo me ama, en absoluto, puede gustarle ni que yo me enfrente contra Él, ni que yo me haga daño a mí. Aunque un hijo que se enfada con su madre, no la produzca nada, la madre tenga mucha serenidad, a la madre no le puede gustar de ninguna manera, ni que el hijo la trate mal, porque es que es malo, sin más, ni la puede gustar por el hijo mismo, porque es malo para el hijo, no sólo es malo en sí, sino que es malo para el hijo. Esto sigue valiendo para Jesucristo actualmente. A Cristo tienen que desagradarle necesariamente, por eso, porque le dañan en este sentido, que es real, vamos, le está desagradando. Y luego el otro sentido, más total, pues que se dejó crucificar por eso, porque yo era, o soy pecador. Ahora diré lo que quiere decir que ser pecador, pero bueno.
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