Violencia contra los periodistas. Marisol Cano Busquets

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Violencia contra los periodistas - Marisol Cano Busquets

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real o descriptiva (Christians, Glasser, McQuail, Nordenstreng & White, 2009, p. ix).

      La idea de que los medios y los profesionales del periodismo tienen unas responsabilidades en la sociedad deviene de las teorías normativas de los medios y de la democracia desde las que se espera que los medios cumplan la función crítica de informar al público, a través de lo cual los ciudadanos pueden participar plenamente de la democracia (Brants, 2013, p. 19). Los medios informativos tienen, así, la responsabilidad de cumplir con ese papel por el bien general y hacerlo, además, de una manera fiable, cuidadosa e independiente. Esto denota que los medios tienen el poder de definir, explicar e interpretar la realidad y darle un significado, de ahí que se tenga la expectativa de que lo hagan de la mejor manera posible y con honestidad, de tal manera que se pueda confiar en ellos para desempeñar ese papel importante que se les ha asignado (Brants, 2013, p. 21).

      Sin embargo, los medios y los periodistas deben cumplir esa labor con presiones crecientes, internas y externas, como se verá más adelante. Además,

      […] deben hacer su labor de una manera responsable, pero a su vez atractiva. Deben hablar y escuchar, reír y llorar, ser independientes y neutrales, involucrarse y mantener la distancia. Y, mientras hacen todo esto, deben sostener los valores profesionales de la fiabilidad en el proceso de recolección de información, la precisión y un sentido inteligente en la interpretación de los hechos. (Brants, 2013, p. 21)1

      En la esencia de un enfoque normativo está la idea de rol que proviene de la sociología y cuyo origen se ubica en el momento en que la teoría funcionalista de los sistemas sociales se refiere a las tareas o actividades que deben ser desempeñadas por una persona o grupo para asegurar el adecuado funcionamiento de un sistema como un todo. En el caso de los estudios de medios, los primeros teóricos de la comunicación que abordaron el asunto en la década de los años cincuenta subrayaron tres funciones sociales principales de la comunicación que podrían expresarse bien en términos de roles: la vigilancia del entorno, a partir de la revelación de las oportunidades y las amenazas que pueden afectar la posición de valor de una comunidad y de las partes que la componen; la correlación de las distintas partes de la sociedad en su respuesta al entorno, y la transmisión del legado social de una generación a la siguiente (Laswell, 1982 [1955], p. 205).

      En este trabajo, la aproximación a los roles de los medios informativos y del periodismo se hace desde el enfoque contemporáneo de las teorías normativas y se circunscribe al estrecho vínculo entre periodismo, sociedad y democracia. En esa medida, el concepto de rol, aplicado a los medios informativos y al periodismo, se entenderá como una combinación de tareas profesionales y propósitos ampliamente reconocidos, estables y perdurables (Christians et al., 2009, p. 119).

      De acuerdo con los planteamientos normativos, una prensa libre en una sociedad democrática, como se señaló, no puede estar obligada a seguir algún propósito en particular, por el contrario, los roles de los medios informativos son un asunto de elección, reforzado por las tradiciones y la fuerza de los vínculos sociales. Teniendo esto en perspectiva, en la historia de los estudios en comunicación se configuran cinco roles esenciales (con una amplia variedad de enfoques, formas de enunciarlos y de definirlos):

      i. Proveer información acerca de acontecimientos y de sus contextos.

      ii. Proveer comentarios, incluyendo orientación y consejos en relación con los sucesos.

      iii. Proveer un foro para la expresión de diversos puntos de vista y para la incidencia política.

      iv. Proveer un canal de doble vía entre ciudadanos y gobierno.

      v. Actuar como crítico o “perro guardián” con el fin presionar al gobierno en su obligación de rendir cuentas (Christians et al., 2009, pp. 29-30).

      Si bien es cierto que las formulaciones de estos roles se han referido en el pasado fundamentalmente a aquello que es llamado “la prensa” —que en sentido amplio abarca los medios tradicionales—, el desafío aquí es tomar en cuenta, como lo plantean los enfoques contemporáneos de las teorías normativas, el cambio profundo en la naturaleza de los medios y del periodismo que se está dando en los inicios del siglo XXI, con lo que esto implica para la formulación y el estudio de sus roles en la actualidad. El desarrollo de internet, la apropiación de las TIC por los ciudadanos y la consecuente multiplicación de productores de información, el acceso abierto o la interactividad son realidades que están modificando los paradigmas en el hacer y en el pensar el periodismo.

      Este trabajo doctoral se nutre de la preocupación que mueve a autores como Christians et al. (2009, p. vii) sobre la necesidad de tratamientos más teóricos en torno a la relación entre medios y sociedad en general y entre periodismo y democracia en particular, y de responder al desafío intelectual de quienes se preguntan por la ética profesional, el desempeño responsable de los medios, la defensa de la libertad de expresión y la formación de los periodistas.

      Tomar las teorías normativas como marco para abordar la violencia contra los periodistas tiene que ver, por un lado, con que una de sus características básicas es el intento de proporcionar una explicación razonada de las relaciones entre una concepción de democracia en una sociedad particular y los roles concretos de los actores en el debate público; esto, en el caso de la presente investigación, cobra sentido al intentar aportar fundamento a aquello que determina para el periodismo el deber de cumplir con unas u otras actividades en la sociedad y el consenso que puede lograrse alrededor de ello (Christians et al., 2009, p. 86). Y, por el otro, debido al nexo de estas teorías con la ética periodística y las políticas de comunicación que rigen el ordenamiento de los medios en asuntos relacionados con seguridad nacional, libertad de prensa, orden público, igualdad y diversidad en el acceso a los medios e impacto moral y cultural de sus contenidos (Igartua y Humanes, 2010, p. 58).

      En un asunto como el estudio de la violencia contra los periodistas, sus causas, motivaciones y consecuencias, es pertinente contar con el enfoque de unas teorías que afirman la autonomía y la autorregulación de los medios y enlazan la libertad y la responsabilidad en un proceso dialéctico (Merrill, 1993, pp. 37-40).

      Estas teorías normativas pueden cumplir una función legitimadora, aportar una explicación argumentada, determinar la importancia de la calidad del diálogo, dar un fundamento moral a las actividades de los medios informativos y poner sobre la mesa el concepto de verdad pública cultural, que tiene que ver con la veracidad y la honestidad de lo que se expone en la esfera pública (Christians et al., 2009, pp. 73-86).

      Lo que se observa en la evolución reciente de las teorías normativas de los medios es que han ampliado su repertorio de explicaciones, incluidas aquellas que tienen que ver con la libertad de expresión, las nuevas dimensiones y una mirada global que las ha enriquecido con los aportes de tradiciones culturales no tenidas en cuenta antes en el paradigma occidental dominante, entre ellas, las de Asia, África, América Latina y el mundo islámico (Christians et al., 2009, p. 67).

      Ahora bien, ese enfoque contemporáneo de las teorías normativas de los medios, que cuenta entre sus principales representantes con Clifford G. Christians, Theodore L. Glasser, Denis McQuail, Kaarle Nordenstreng y Robert A. White —cuyos planteamientos guiarán uno de los cuatro componentes del marco conceptual de este trabajo—, ha puesto su mirada en lo que estos autores ven como expectativas ciudadanas de una comunicación participativa más directa, intentando justificar y proveer fundamentos teóricos normativos para la participación de los ciudadanos en el debate público, algo cada vez más central en muchas sociedades hoy en el mundo. Esto tiene que ver con las distintas orientaciones que pueden darse hoy a las teorías normativas, por ejemplo, entre quienes están más cercanos a una concepción individualista y liberal

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