Violencia contra los periodistas. Marisol Cano Busquets

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Violencia contra los periodistas - Marisol Cano Busquets

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entendida positivamente como una libertad que involucra a otro, una libertad individual definida y defendida con referencia al poder de la comunidad para transformar el propio interés individual en una forma de interés colectivo. Así, la libertad de comunicación no es simple o estrictamente un derecho individual sino más ampliamente un compromiso público por cultivar. (Christians et ál., 2009, p. 108)2

      La relevancia que se le da en este trabajo a un enfoque que tiene en cuenta el ejercicio individual y colectivo de la democracia tiene que ver también con la premisa de John Dewey (1978 [1916]) de que la democracia más que un sistema de gobierno es una forma de vida y un asunto ético y moral de primer orden. A su vez, con planteamientos como el de Hannah Arendt (citada por Bernstein, 2015, p. 40), cuando en su mirada sobre el poder y la violencia cuestiona la concepción del poder como “poder sobre” y busca entenderlo como el empoderamiento que surge cuando los seres humanos actúan de forma conjunta. La aparición de este poder presupone, como lo plantea Arendt, acción colectiva, persuasión, deliberación e intercambio de opiniones, nunca de violencia. El llamado de Arendt a la creación de espacios públicos en los que prevalezca el debate genuino y la deliberación, tiene mucho que ver con el papel del periodismo en la sociedad, ya que, entre otras cosas, es en esos espacios de debate en los que puede haber una evaluación y verificación de las diversas justificaciones de la violencia.

      Como se planteó en los apartados anteriores, se requiere un mayor y mejor tratamiento teórico sobre las relaciones de los medios informativos con la sociedad en general y del periodismo y la democracia en particular. Se profundizó también en la dimensión normativa o prescriptiva y se comentó cómo, además de esta dimensión normativa, es preciso abordar la dimensión práctica o empírica cuando se hace un acercamiento teórico a la temática.

      La dimensión empírica ha sido estudiada principalmente a partir de las propias percepciones que tienen los periodistas sobre el rol que desempeñan en la sociedad. Así, los roles normativos identificados por Christians et al. (2009, p. 125) —monitoreo, facilitador, radical, colaborativo— pueden ser contrastados con otras tipologías, como las de divulgador, adversario, investigador-intérprete y movilizador popular (disseminator, adversary, interpreter-investigator, populist mobilizer) (Weaver y Wilhoit, 1996, p. 170), las de divulgador popular, “perro guardián” imparcial, agente crítico del cambio y facilitador (populist disseminator, datached watchdog, critical change agent, facilitator) (Hanitzsch, 2011, p. 484), o las que distinguen los roles de pasivo-neutral, pasivo-defensor, activo-neutral y activo-defensor (Donsbach y Patterson, 2004, p. 266, citados por Hanitzsch, 2011, p. 479).

      Esta línea de investigación en los estudios de periodismo se desarrolla principalmente a través de entrevistas y encuestas con periodistas en todo el mundo, buscando identificar los valores esenciales del periodismo desde la perspectiva de quienes lo ejercen (Deuze, 2002; Carpentier, 2005; Donsbach y Klett, 1993; Hanitzsch, 2011; Weaver, 1998; Weaver y Wilhout, 1996). Las propias percepciones de los periodistas sobre sus roles, a pesar de guardar una cierta identidad con respecto a valores esenciales como la responsabilidad, el sentido de servicio público, la autonomía y el ser vigilantes del poder, muestras variaciones importantes en cada país y en los contextos políticos nacionales, es decir, fruto de diferentes culturas periodísticas y sistemas mediáticos (Gravengaard, 2012, p. 14).

      De acuerdo con investigaciones recientes, Hanitzsch, encuentra cuatro perfiles emergentes en la actualidad, con los siguientes rasgos:

      i. El primero, divulgador popular (populist disseminator), está profundamente orientado hacia la audiencia, de tal forma que privilegia brindar información de interés, centrada en lo que es atractivo para una audiencia lo más amplia posible. Aprecia la función de monitoreo, especialmente frente a las élites de los negocios. Este milieu es el único que aparece como genuinamente global.

      ii. El segundo, “perro guardián” (datached watchdog), privilegia la posición de observador escéptico y crítico de las élites políticas y de los negocios, y enfatiza en la función de proveer información que le sirva a la audiencia para la toma de decisiones políticas. Tiene una cierta simpatía con el papel de agente de cambio, y en relación con la posibilidad de influir en la opinión pública y en la agenda política. Es el grupo más cercano a la tradición occidental reflejada en los ideales normativos de buena parte de la literatura sobre el periodismo.

      iii. El tercero, agente crítico del cambio (critical change agent), similar al segundo en su papel vigilante de las élites, tiene una fuerte inclinación a intervenir en defensa del cambio social, a impulsar la participación de la audiencia en la actividad cívica y en las discusiones políticas.

      iv. El cuarto, facilitador (opportunist facilitator), tiene como característica principal participar como socio del gobierno en los procesos económicos de desarrollo y de transformación política. Se inclina a apoyar las políticas oficiales y a dar una imagen positiva de los líderes políticos y económicos (Hanitzsch, 2011, pp. 484-486).3

      De acuerdo con Hanitzsch, los mayores desacuerdos en relación con la función social del periodismo se dan en las tres dimensiones que se describen a continuación. Este autor argumenta, además, que la triangulación de estas tres dimensiones con las concepciones que tienen de sus roles los propios periodistas —que, como se vio antes, Hanitzsch denomina milieus—, es la que da el marco del campo periodístico:

      i. Intervención: Radica en el grado en que los periodistas persiguen una misión particular y promueven determinados valores. La gradación se da entre dos tipos de periodista: el intervencionista, involucrado, comprometido socialmente, firme y motivado, y el independiente y no comprometido, guiado por la objetividad, la neutralidad, la equidad y la imparcialidad.

      ii. Distancia del poder: Se refiere a la posición del periodista frente al poder en la sociedad. En un polo está el tipo de periodismo que, en su calidad de cuarto poder, desafía abiertamente a los poderosos. En el otro, los periodistas que tienden a verse más en un papel de colaboración con élites dirigentes en los procesos políticos.

      iii. Orientación al mercado: Es un reflejo de las dos principales formas de entender la relación con las audiencias: como ciudadanos o como consumidores. La orientación al mercado es alta en culturas periodísticas que subordinan sus objetivos a la lógica del mercado. Los periodistas que dan prioridad al interés público, por el contrario, hacen hincapié en la información política y la movilización como mediadores para crear una ciudadanía informada (Hanitzsch, 2011, p. 481).4

      El estudio del milieus en el periodismo constituye un aspecto importante para entender la cultura contemporánea de los medios. Los estudios que trabajan las percepciones de los periodistas sobre sus roles en la sociedad muestran que existe una tendencia que hace evidente cómo los periodistas se identifican mayormente con el papel de “perro guardián” independiente, una percepción que domina en la mayoría de los países occidentales y que se tiene como aspiración en muchos países no occidentales (Hanitzsch, 2011, p. 487). Esto tiene que ver con la idea extendida del periodista que observa, es imparcial, mantiene una actitud escéptica y crítica frente al poder político y las élites de los negocios. La percepción del rol del periodista como facilitador predomina en muchos países en desarrollo, en países en transición política o en contextos autoritarios.

      Cuando la perspectiva toma en cuenta las concepciones de democracia que tienen los periodistas puede evidenciarse, por un lado, una idea del rol del periodismo más ligada a proveer a los ciudadanos la información necesaria para tomar decisiones fundamentadas al participar en procesos electorales o, por el otro, más ligada a proveer un foro público para la participación ciudadana en el debate democrático

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