de cheques bancarios sobre rollos de película casera comercial de 16 mm. La máquina fue denominada Check-O-Graph debido a su función primaria. Poco después, Eastman Kodak compró la patente de McCarthy y a partir de 1928 creó toda una industria de copia de documentos administrativos en microformatos a través de su nueva división Recordak al efecto (Kiersky 1963, 526). Para mediados de la década de los treinta, esa compañía comenzó a microfilmar el diario New York Times de primera a última página entre 1914 y 1919 (Boeing 1940, 153). Las bibliotecas no tardaron en considerar el uso de esa nueva tecnología en sus quehaceres. Al percatarse del enorme potencial del nuevo soporte, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos microfilmó de 1927 a 1935 más de tres millones de documentos de su interés existentes en la Biblioteca Británica con el fin de aumentar su propio acervo (Wilson 1995,49-50). Theodore Schellenberg, el gran teórico estadounidense de la Archivística, también visualizó de inmediato las grandes posibilidades de los microformatos en las bibliotecas y publicó en 1935 un relevante artículo al respecto en la revista Library Journal (Schellenberg 1935).
Debido al éxito de los proyectos de microfilmación en curso, durante la reunión de 1936 de la American Library Association (ALA) en Richmond, Virginia, se recomendó el uso de los microformatos en las bibliotecas como un excelente soporte para preservar y difundir colecciones documentales, y se creó el “Comité de Reproducción Fotográfica de Materiales Bibliográficos” de la ALA (Veaner 1976, 45). En 1937, la ALA publicó un artículo con una reseña de los equipos de microfilmación existentes en esa época recomendables para las bibliotecas, en donde destaca que pueden rentarse desde cincuenta hasta doscientos dólares por mes, dependiendo del modelo y formato (Binkley 1937, 211-213). En 1938, la asociación comenzó la publicación del Journal of Documentary Reproductions, en donde se publicarían desde entonces los mayores avances en el uso de microformatos en bibliotecas.
En el mismo año de 1938, la Biblioteca de la Universidad de Harvard comenzó su proyecto –vigente hasta la fecha– de microfilmación de periódicos extranjeros (Weber 1956, 275-276). A partir de 1940, La Oficina del Censo de Estados Unidos decidió guardar toda su documentación derivada de los censos en microformatos. También en 1938 se fundó University Microfilms International, que en poco tiempo se convertiría en la principal empresa mundial de microfilmación y venta de acervos documentales – (Wilson, 1995:49-50). Por décadas, esta empresa fue el principal proveedor de acervos microfilmados para bibliotecas en todo el mundo: libros, revistas, periódicos, tesis, etc.
Máquina microfilmadora de cheques Recordak - 1929. y Lector de microfilme Recordak - 1934. Dominio público.
En 2001, cambió su denominación a Proquest y desde 2007 es parte del grupo Cambridge Information; entre muchos otros servicios de información de esa empresa, el de documentos microfilmados, aunque disminuido, sigue estando vigente.
En 1943, se introdujo el concepto de “tarjeta con ventana” o “aperture card”, la cual combinaba el concepto de tarjeta perforada con los microformatos. Consistía en una tarjeta de cartón tipo IBM, la cual tenía una “ventana” o “apertura” –de ahí el nombre– en la cual se insertaba una pieza de microfilme que contenía texto, fotografías, documentos, planos, etcétera. Se perforaban en la tarjeta ciertos metadatos de identificación del documento y tenía la ventaja adicional de poder ser seleccionada rápidamente de entre un conjunto por medio de máquinas clasificadoras automáticas.4 Una vez elegida, podía ponerse en un lector de microformatos para revisar las imágenes correspondientes insertas. Fueron muy utilizadas entre las décadas de los cuarenta y los setenta. En 1961, la empresa de cajas registradoras y equipos administrativos National Cash Register (NCR) desarrolló la microficha,5 la cual se popularizó entre las bibliotecas de todo el mundo en los setenta porque permitía manejar piezas sueltas y no rollos, lo que culminó con el uso de los microformatos.
Tarjeta perforada con ventana y microformatos, ca. 1950. Imagen UNAM CC BY-NC-SA ESP 3.0
Lectores de microfichas Micron 355 y Datamate 100. UNAM. 2018. CC BY-NC-SA 3.0 ESP.
Máquina clasificadora de tarjetas. Por Harris & Ewing, fotógrafo. 1939. Library of Congress Catalog. https://lccn.loc.gov./2016877177. Dominio Público.
Esta empresa fue líder mundial por mucho tiempo en la fabricación y venta de todo tipo de equipos y procesos relacionados con microfichas. Las décadas de los sesenta y los setenta vieron un uso y crecimiento desmesurado de todo tipo de microformatos en las bibliotecas. Para los ochenta y noventa, la recomendación a nivel mundial por parte de múltiples autores y organizaciones todavía era la preservación documental basada en microformatos, debido a su larga duración y mínima obsolescencia tecnológica (Teagu 1985).
Günther (1962,1-23) elaboró un excelente resumen de la historia de los microformatos, así como su aplicación y estado del arte en las bibliotecas a principios de la década de los sesenta.
En algún momento, varias tecnologías se combinaron. Por un lado, la búsqueda de información basada en patrones de perforaciones y por otro lado el microfilme. Todos ellos son sucesores de la idea del “selector rápido” presentado por Vannevar Bush con su idea del “Memex”. Un ejemplo de ellos es el “Microfilm Rapid Selector”. Perales (1962, 21-22) menciona que este tipo de equipos almacenaba fichas con información consecutivamente en un microfilme.6Adjunto a cada una de ellas, se guardaba simultáneamente un patrón de marcas blancas codificadas en el filme a semejanza de perforaciones, el cual era buscable después ópticamente por medio de células fotoeléctricas para encontrar la combinación de marcas codificadas en las fichas que contenían la información deseada. Llegaba a buscar hasta 36 mil fichas en una hora. Puede verse un reporte completo del funcionamiento de este equipo en Engineering Research Associates (1949).
Microfilm Rapid Selector, ca. 1949. Acceso abierto en Hathi Trust.
Fichas con índices ópticos, Microfilm Rapid Selecto, ca. 1949. Acceso abierto en Hathi Trust.
Dos Kodak Minicard de 16 x 32 mm. con seis páginas c/u, ca. 1960. Dominio Público.