Los inicios de la automatización de bibliotecas en México. Juan Voutssás Márquez

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Los inicios de la automatización de bibliotecas en México - Juan Voutssás Márquez

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idea de información contenida en tarjetas perforadas fue dada a Hollerith por John Shaw Billings, jefe de la Oficina de Estadística de la Oficina del Censo, quien tenía mucha experiencia en organización de información en bibliotecas: Había organizado y dirigido la Biblioteca de la Oficina del Cirujano General, que sería después la Biblioteca de Medicina del Ejército de Estados Unidos. Fue también el primer director de la Biblioteca Pública de Nueva York, y creador del actual Index Medicus. [regresar]

      2.- Automatización con computadoras: los antecedentes internacionales

      En la actualidad, la computadora ENIAC tiene dieciocho mil bulbos y pesa treinta toneladas; en un futuro, las computadoras tendrán solo mil bulbos y pesarán una y media toneladas.

       Popular Mechanics, marzo 1949

      Los inicios de la computación electrónica se dan simultáneamente en Estados Unidos de América y en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. En la unión americana, la Universidad de Pensilvania aprovechó sus investigaciones previas y desarrolló la computadora electrónica Electronic Numerical Integrator And Computer (ENIAC) o Computadora e Integradora Numérica Electrónica, la cual fue utilizada para apoyo al esfuerzo bélico en diversas tareas de cálculo masivo como tablas de trayectorias balísticas (Weik 1961). Esta máquina ocupaba más de cien metros cuadrados, tenía 17,468 bulbos, pesaba más de 29 toneladas y consumía 160,000 Watts de potencia.

      Por su parte, el Servicio de Inteligencia del Reino Unido desarrolló las computadoras Bombe y Colossus principalmente para descifrar los códigos utilizados por el ejército alemán para el envío de sus mensajes durante el conflicto (Miret 2013). A partir de entonces, la principal ventaja de las computadoras consistió en su capacidad de realizar rápidamente numerosos cálculos aritméticos de forma secuencial, así como en poder entregar grandes cantidades de información en lapsos cortos, lo que reducía considerablemente el tiempo requerido hasta entonces para realizar esas tareas.

      Los diseñadores de la ENIAC, John Mauchly y John Eckert, fundaron después de la guerra una pequeña empresa dedicada al desarrollo de este nuevo tipo de máquinas, la Eckley-Mauchly Computer Corporation, la cual fue vendida poco tiempo después a la empresa Remington-Rand, especializada en máquinas de escribir, calculadoras y otros equipos electromecánicos de oficina.

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Computadora ENIAC I (Electronic Numerical Integrator and Computer) en Philadelphia, Pennsylvania. Glen Beck (al fondo) y Betty Snyder (al frente) programan la ENIAC en el edificio 328 del Laboratorio de Investigación Balística, ca. 1947. Dominio Público vía Wikimedia Commons.
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Computadora “Bombe” del Servicio de Inteligencia Británico, usada durante la Segunda Guerra para descifrar los códigos militares del ejército alemán. Ca. 1945. Dominio Público.
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Computadora “Colossus” del Servicio de Inteligencia Británico, usada durante la Segunda Guerra para romper el código de cifrado de las máquinas “Enigma” del ejercito alemán. Ca. 1945. Dominio Público vía Wikicommons.

      En 1951, esa empresa aprovechó sus avances y fabricó por encargo de la Oficina del Censo de Estados Unidos la Universal Automatic Computer I (UNIVAC I). Nuevamente, la oficina del censo de la unión americana deseaba un mejor proceso para contar los datos del censo de 1950 en curso. Debido a ello, y estando consciente del poder de cálculo de los nuevos equipos computacionales, encargó a la empresa Remington-Rand un equipo para acelerar ese tipo de trabajos (US Census Bureau 2017). La UNIVAC I es considerada desde entonces la primera computadora adquirida comercialmente y, en consecuencia, el año 1951 como el del inicio de la computación comercial. Esta máquina “más moderna” solo tenía 5,200 bulbos y solo pesaba 13 toneladas. La Oficina del Censo terminó la tarea en menos de tres años, con lo cual quedó demostrada la utilidad de este tipo de equipos para estas actividades. Esa misma empresa produjo en 1953 la primera impresora de alta velocidad. En pocos años, vendió 46 unidades de esa computadora a un millón de dólares por pieza, unos diez millones de dólares actuales. Iniciaba una nueva era.

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      En poco tiempo, grandes organizaciones con problemas semejantes de cálculo o impresión masiva comenzaron a adquirir estos equipos: otras oficinas censales, compañías de luz, teléfono, aseguradoras, financieras, petroleras y grandes bancos los utilizaron para calcular intereses, primas de seguros, cuentas de consumo de luz, gas, y generar la impresión masiva y rápida de decenas de miles de recibos, facturas, pólizas, nóminas, etcétera.

      La empresa IBM, también dedicada entonces a la fabricación de equipos electromecánicos de oficina, desarrolló y puso a la venta en 1954 su primera computadora comercial, la IBM 650, la cual fabricó durante ocho años con gran éxito comercial, lo que le valió un nuevo prestigio como empresa de cómputo, pues fabricaron y vendieron dos mil equipos en ese lapso, algo inusitado e inesperado

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