Atrapada al atardecer. C. C. Hunter
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Читать онлайн книгу Atrapada al atardecer - C. C. Hunter страница 24
—¿Están nuestras cámaras de seguridad preparadas para los cambiaformas?
Holiday se inclinó hacia delante.
—Estoy segura de que sí, ¿por qué?
—Seguramente no sea nada, pero han ocurrido un par de cosas. Podría no ser nada, pero no parecía que no fuese nada.
Holiday dejó de girar el boli entre sus manos.
—¿Qué tipo de cosas?
—Cuando me he ido, de camino a las cabañas, he pasado al lado de una serpiente de cascabel, pero no la he visto hasta que un águila ha bajado en picado y la ha atrapado. Ha sido raro.
—¿Ha intentado atacarte? —La preocupación oscureció sus ojos verdes.
—No, no ha tenido la oportunidad, pero todo aquello ha sido raro.
—¿En qué sentido?
—El águila solo bajó en picado —dijo, y de repente se sintió como si estuviera reaccionando exageradamente.
Holiday añadió:
—Es normal que aparezcan serpientes de cascabel en esta época del año, y reconozco que ver a un águila bajar en picado puede ser…
Kylie no quería que Holiday continuase.
—Y entonces, cuando me he ido a… correr por el bosque, un ciervo, un ciervo macho y enorme, se ha abalanzado en medio de mi camino. Me he detenido y, en menos de un segundo, un rayo ha caído justo al lado del ciervo. Si el ciervo no me hubiera parado, me podría haber dado.
Holiday endureció el gesto.
—No me gusta cómo suena esto.
—Y tanto el ciervo como el águila se me… han quedado mirando como si trataran de decirme algo.
Holiday arrugó la frente.
—¿Crees que puedes comunicarte con los animales?
—No, no lo creo. Parecían malignos.
Holiday inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿El ciervo y el águila parecían malignos? —Cuando Kylie asintió, Holiday pareció todavía más preocupada y perpleja—. No creo que estas dos cosas tan extrañas que te han ocurrido hayan sido un accidente. Sin embargo, si no te malinterpreto, tanto el águila como el ciervo evitaron que te hicieras daño. ¿Por qué te han parecido malignos, entonces? En todo caso, lo que han hecho ha sido protegerte.
Kylie se pasó un mechón de pelo por encima del hombro y empezó a retorcerlo.
—Sé que no tiene sentido, pero me ha dado esa sensación, de verdad.
Holiday dejó el lápiz sobre la mesa y alcanzó su teléfono.
—Será mejor que le digamos a Burnett que… Espera. —Bajó de nuevo el teléfono—. Burnett se ha ido a una reunión con el UIF. No quiero molestarlo ahora, pero se lo diré en cuanto vuelva.
Kylie oyó como se abría la puerta de la cabaña.
Holiday miró el reloj y frunció el ceño.
—Tengo otra reunión, pero tenemos que hablar más sobre esto. ¿Puedes esperar a que termine para que retomemos nuestra conversación?
—Puedo venir más tarde —dijo Kylie, quien en realidad no tenía ganas en absoluto de quedarse merodeando por la oficina. Eso la haría sentirse como una niña a la que han enviado al despacho del director—. Ah, ¿necesita todavía Burnett las fotografías de mi padre? Si no, me gustaría que me las devolviese.
—Está comprobando si son copias u originales. No debería llevarle más que un par de días.
—Hola —dijo una voz desconocida desde detrás de Kylie—. Disculpa, no sabía que estabas con alguien, puedo esperar en la…
—No pasa nada —contestó Holiday.
El corazón le dio un pequeño vuelco cuando reconoció a la chica morena; era la misma que estaba pegada a Derek en la fotografía que Della tenía en el teléfono.
—Kylie —dijo Holiday—. Esta es Ellie Mason. Va a entrar en Shadow Falls.
La hora del espectáculo, pensó Kylie. Hora de fingir que no dolía. Se obligó a sonreír.
—Hola.
—¿Eres Kylie Galen?
Kylie asintió, sin estar segura de qué esperar.
—Derek me ha hablado de ti. —Sonrió, luego tensó las cejas para comprobar el patrón cerebral de Kylie—. Guau. Sí que tienes un patrón extraño. —Hizo una mueca como si estuviera avergonzada.
—Sí —respondió Kylie—. Todo el mundo me lo dice. —Su sonrisa forzada se derritió.
—Lo siento —dijo Ellie—. No pretendía ser maleducada. Derek no ha dicho más que cosas buenas sobre ti.
—No te creas todo lo que te diga. —Kylie trató de suavizar el tono porque el que no le cayera bien le hacía sentirse como una zorra. Pero ¿cómo iba a caerle bien Ellie cuando Kylie no podía dejar de preguntarse si Ellie era una de las cuatro chicas con las que Derek se había acostado? Se preguntó si ese beso sería todo lo que había pasado en Pensilvania.
—Siempre me fío de Derek, sobre todo cuando habla de la gente. —Ellie dio un paso adelante.
Kylie odiaba admitirlo, pero Ellie era guapa. Ojos azules, pelo castaño espeso y hoyuelos.
La sonrisa sincera de Ellie se hizo más amplia.
—Derek no suele exagerar y, al ser medio fae, se le da bien juzgar a las personas. Si le gusta alguien, es que lo merece.
Kylie deseó poder estar en desacuerdo. No tanto porque quisiera que considerara que no lo merecía, sino porque era evidente que Derek se preocupaba lo suficiente por Ellie como para haberla traído a Shadow Falls, lo que quería decir que Ellie también se merecía el aprecio que sentía por ella.
Los deseos de comportarse como una zorra la invadieron de nuevo, y Kylie intentó reprimirlos.
—Igual lo pillé en un mal día. —Trató de darle un tono de sarcasmo a su voz y se levantó—. Tengo que irme.
—Kylie, ¿me paso por tu cabaña en media hora? —preguntó Holiday con voz preocupada.
Kylie asintió con la cabeza.
—Y ten cuidado —añadió la directora.
—Lo tendré. —Kylie se detuvo al pasar junto a Ellie—. Bienvenida a Shadow Falls. —Intentó decirlo de corazón.
—Gracias —respondió Ellie.
***