Verdad y perdón a destiempo. Rolly Haacht
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Читать онлайн книгу Verdad y perdón a destiempo - Rolly Haacht страница 28
—Oh, por favor, tú no tienes que preocuparte de nada...
Intuyó que Kevin estaba bromeando, pero aun así se lo hizo saber. De lo que hubo entre Jake y ella ya no quedaba nada.
Antes de bajar del coche, una vez llegaron a su destino, Kevin volvió a hacer gala de lo mucho que la adoraba.
—¿Te he dicho ya lo preciosa que estás?
Louis fue el encargado de recibirlos desde su puesto de camarero. El hecho de que hubiesen decidido celebrar la cena de Nochebuena en su restaurante era precisamente porque no había podido conseguir el día libre, así que, aunque no pudiese sentarse con ellos a disfrutar del menú, sí podía estar deambulando por la mesa. Zane y Pitt ya estaban allí, y poco después de que ellos se acomodaran acercando una silla de bebés para Jazzlyn, Derek y Emily aparecieron también con los niños. Empezaron a situarse todos en una de las mesas redondas del salón interior que habían preparado especialmente para ellos. Diez sillas en total. Unos cuantos minutos más tarde, Jake apareció, saludó discretamente y se situó en la única silla que había quedado libre, entre Pitt y Emily. Sin poder evitarlo, Arabia se fijó en su atuendo cuando Zane exclamó:
—¡Nunca en mi vida te había visto tan bien vestido!
A lo que él contestó:
—Recuerda que llevas tiempo sin verme.
Llevaba un pantalón vaquero oscuro, una camisa blanca y una americana de color azul marino sobre esta. Se sonrieron el uno al otro mientras él tomaba asiento. Sin duda, Zane se alegraba muchísimo de que hubiese vuelto.
—¡Mamá! ¿Nos podemos sentar al lado del tío Jake?
Jack se había puesto de pie sobre su silla y señalaba a Jake desde donde estaba, justo al otro lado de Emily.
—Vuelve a sentarte, Jack —le ordenó Derek.
—¿Podemos, mami? —añadió Danielle.
Arabia vio cómo Emily miraba a Derek para que cediera.
—Jack, no te lo vuelvo a repetir —insistió Derek.
Pese a todo, Emily se levantó y dejó que Jack y Danielle se sentasen un asiento más allá, justo a la izquierda de Jake.
—Portaos bien —les dijo Emily una vez se hubieron acomodado de nuevo.
Arabia observó anonadada como los dos niños miraban con curiosidad al recién aparecido Jake, y cómo esperaban que él les dedicase un poco de atención.
Kevin carraspeó a su lado, dándole a entender que no se habían hecho las debidas presentaciones. Todos lo miraron cuando se levantó y se dirigió al recién llegado. Una vez a su lado, le tendió la mano y esperó a que él le correspondiera.
—Me temo que no nos conocemos. Soy Kevin Smith.
Jake tardó unos segundos en responderle, pero cuando lo hizo se levantó de la silla y finalmente estrechó su mano.
—Jake Becker.
—Encantado.
—Lo mismo digo.
Arabia se dio cuenta de que la altura de Jake debía haber intimidado un tanto a Kevin, pero lo disimuló muy bien levantando discretamente la barbilla para mirarlo a la cara.
—Pues ya estamos todos —dijo a continuación mientras regresaba a su asiento—. ¿Empezamos con un brindis?
Arabia y Zane se pusieron al día de muchísimas cosas. Sabía, por sus conversaciones telefónicas, la recién adquirida afición de su mejor amiga por la fotografía, así que esta le estuvo enseñando algunas capturas que había podido revelar hasta la fecha. La gran mayoría eran fotos de Danielle, la única de sus dos sobrinos que se mantenía quieta cuando ella se lo pedía. Eran unas fotos muy bonitas, pero claro, la niña era bonita ya de por sí.
El ruido de una copa chocando contra el suelo les hizo levantar rápidamente la cabeza hacia donde estaban los niños.
—¡Jack! —exclamó Emily.
La escena que contemplaban situaba a Jake apartado de la mesa examinando su pantalón mojado, a Jack observándolo con los ojos muy abiertos y a Danielle mirando a sus padres con los labios apretados, evitando reírse.
—No pasa nada —dijo Jake—. Solo es agua.
Acto seguido se levantó y se marchó en dirección al cuarto de baño. Entonces Jack se giró hacia su padre con cara de ser consciente de que había hecho una trastada.
—Me temo que alguien va a tener que quedarse ayudándome después de la cena. —Louis apareció tras ellos con la escoba y el recogedor y se dirigió a su sobrino, muy serio—. ¿Quién de los dos ha sido?
—Se me ha resbaldado de las manos, tío Louis.
Todos los presentes tuvieron que aguantarse la risa al ver a Jack excusándose con cara de apuro.
—Así que se te ha resbaldado, ¿eh? Voy a preguntar entonces si fregarás los platos o te encargarás de ayudarme a...
—¡No, no! Por favor...
Ante la súplica del pequeño, Louis finalmente puso cara de fingido enfado y le revolvió el pelo. Después se dispuso a recoger los trozos de cristal y más tarde regresó con una fregona.
—Mamá, pipí.
Era la primera vez que Jazzlyn le pedía pipí. Sin poder creérselo, se levantó arrastrando la silla hacia atrás, la cogió y se la llevó hacia los servicios. Una vez allí, le subió el vestido, le quitó el pañal y la sentó en la taza, sujetándola bien para que no se colara dentro.
—Muy bien, cariño —le dijo una vez hubo terminado.
Jazzlyn sonrió, divertida, y ella se sintió muy orgullosa de que por primera vez le hubiese comunicado que quería hacer pis. Sabía que aún era muy pequeña como para que lo hiciese, así que se convenció de que había sido algo esporádico para no hacerse ilusiones antes de tiempo.
Al salir del baño coincidió con que un hombre accedía a su vez al baño de enfrente, y pudo ver a Jake debajo del secamanos esperando a que se le secase el pantalón. Justo cuando él se giró al advertir a su espectadora, Arabia regresó a la mesa riendo para sus adentros.
—Me da que tu hermano tardará un buen rato más en unirse a nosotros —le comentó a Zane por lo bajo.
—¿Cuándo Jake vuelva le vas a pedir perdón, Jack? —le preguntó Emily al pequeño.
—¡Sí! —respondió él con convicción.
Y, efectivamente, así lo hizo. Nada más regresar, Jack ofreció la mejor de sus disculpas, y luego continuaron como si nada hubiera pasado. Por supuesto, Jake seguía llevando una mancha oscura en el pantalón, entre la cadera y la rodilla izquierda, pero nadie hizo