El misterio en lo cotidiano. Xavier Quinzà Lleó

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El misterio en lo cotidiano - Xavier Quinzà Lleó Sauce

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mirada de lince y un olfato de sabueso para explorar las quiebras de humanidad ante un Dios encarnado que se nos muestra en la carne y en la debilidad y desaparece de nuestra vista cuando le escrutamos en los signos del poder y del prestigio.

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      2 de octubre

      No hay vocación sin razón de amor. Pero razón de amor no hay que no se diga desde sí misma desde la esencia misma del que ama. Más aún: desde las entretelas del mismo amor. Razón de amor que no quiere suscitar expectativas vanas, ni ofrecer respuestas apresuradas, ni soluciones que no satisfacen... ¿Qué hacer para ponerse en situación de ser capaz de acoger la invitación a superar un cierto estilo de vida, tal vez muy cómodo? La fidelidad es una clave central de la vivencia del cristiano, como la fue de Jesús, y a la vez parece ser una virtud pasada de moda, como si simplemente hablar de ella nos resultara incómodo y casi vergonzante. Pero ¿es verdad que deberíamos arrumbarla en el desván y olvidarnos de ella? ¿Tanto ha cambiado nuestra sensibilidad que ya no nos atrevemos a vivir como él de los pactos sólidos, auténticos, comprometidos?

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      7 de octubre

      ¿Cómo fundar en nuestra vida verdaderas fidelidades de deseo? ¿Se puede ser fiel a la promesa dada y, a la vez, vivir intensamente de la fuerza del deseo? ¿No son los deseos algo urgente, pero pasajero, de lo que nunca nos debemos fiar? Pienso que la verdadera fidelidad tiene su cuna en el deseo hondo de la persona, en donde nace la confianza esencial, la estima por los otros, la aceptación confiada de lo bueno y hermoso de la vida. La desconfianza en los deseos debilita la fidelidad y, con frecuencia, nos aboca a una fragilidad grande a la hora de tomar decisiones o de asumir compromisos.

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      13 de octubre

      No debemos dejar que los agravios se pudran en el corazón... En un momento son la gota que rebosa el vaso de nuestra resistencia... ¡No dejar que el sol se ponga sobre nuestras desavenencias es lo evangélico!

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      7 de noviembre

      A Dios le perdemos por inconsciencia, porque con su empuje nos sentimos violados en la intimidad, porque tememos que nos toque lo desconocido. Dejamos de abrir el corazón para no tener que aceptar el escándalo de nuestro desamor, el miedo de nuestra insensibilidad egoísta. Lo que le estorba al corazón no es la presencia de las cosas, sino la ausencia del amor. Lo que nos falta es capacidad de presencia: a nosotros, al hermano, al mismo Dios. Lo que nos estorba es la opacidad en la que vivimos, la oscuridad de lo que no está habitado, pleno. ¿Aprenderemos a dejarnos amar sin miedo, francamente, sin barreras, alguna vez?

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      3 de diciembre

      Una frase leída de corrido en la prensa me hace romper el silencio de meses: «Se está penalizando a los más débiles». ¿Hemos recapacitado en lo que significa? ¿No nos avergonzamos al hablar de un tiempo de espera y esperanza? ¿A qué conversión estamos invocando? ¿Cómo decir Adviento sin sonrojarnos? «El que tenga dos túnicas que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida que haga lo mismo» (Lc 3,11). Lo más sencillo, sin complicaciones, para preparar el camino del Señor.

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      4 de diciembre

      Dios es más íntimo, por su Espíritu, en el centro de nuestra interioridad de lo que solemos pensar. Más íntimo aún que nuestra misma intimidad, como nos recuerda san Agustín. Ello quiere decir que solo tenemos una forma de saberlo y gustarlo en nosotros: por el ejercicio del amor oblativo, por la dinámica del desprendimiento. La libertad de los hijos es la libertad total de quienes solo buscan vivir sin trabas, desarmados, inviolables, porque en su entrega radical están desprendiéndose de su siempre ansiada e inútil protección y se muestran de verdad muy capaces de descubrir el punto crucial del torrente activo del Amor y la vida.

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      9 de diciembre

      ¿Por qué nos empeñamos en pintar de blanco el humo negro de nuestras chimeneas? ¿No sería mucho mejor dejar de contaminar con nuestras combustiones emocionales la convivencia, el diálogo, la cordialidad?

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      19 de diciembre

      Dios, todos los días y a todas horas, nace en verdad, por la gracia y el amor, en cada uno de nosotros. Por este nacimiento es por lo que no debe quedar en nosotros más que una búsqueda simple y pura de Dios, sin ningún otro deseo de tener nada propio, con la única voluntad de ser de él, de darle cabida en nosotros de la manera más íntima, para que él pueda llevar a cabo su obra y nacer en nosotros sin que interpongamos ningún obstáculo...

      Si el ser humano prepara así el lugar en el fondo de sí mismo, Dios, sin duda alguna, estará obligado a llenarlo, y a llenarlo completamente; si no fuera así, el cielo se rompería para llenar el vacío. Dios no puede dejar las cosas vacías. Entonces la Palabra de este nacimiento podrá ser pronunciada en ti y tú podrás escucharla. Pero debes saber que, si quieres hablar, él se callará. No se puede servir mejor a la Palabra que escuchándola y callándose. Si tú sales completamente de ti mismo, Dios entrará todo entero; en la medida en que tú sales él entra, ni más ni menos.

      2014

      DISEÑO DE AMOR COTIDIANO

      6 de enero

      «Estamos llamados a este abajamiento: ser “vaciados”. Ser hombres que no tienen que vivir centrados en sí mismos, porque el centro de la Compañía es Cristo y su Iglesia. Y Dios es el Deus semper maior, el Dios que siempre nos sorprende. Y si el Dios de las sorpresas no está en el centro, la Compañía se desorienta. Por eso, ser jesuita es ser una persona del pensamiento incompleto, del pensamiento abierto: porque siempre piensa mirando el horizonte, que es la gloria de Dios, siempre más grande, que nos sorprende sin cesar. Y esta es la inquietud de nuestro abismo. Aquella santa y hermosa inquietud». ¡Gracias de corazón, hermano Francisco!

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      13 de enero

      Aunque Cristo haya nacido mil veces en Belén, si no nace en ti estarás perdido para siempre. El Crucificado del Gólgota no te va a librar del mal si no se eleva dentro de ti una vez más y te dejas atraer los ojos y el corazón por él.

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      31 de enero

      En nuestros contextos cotidianos, el problema es más profundo que cambiar de acento en nuestro lenguaje: se trata de algo más serio, de «cambiar de Dios» y descubrir un Dios diferente que se parezca más al Dios de nuestro Señor Jesucristo. Se trata de descubrir que se ha producido un cambio, que se nos ofrece una nueva manera de relacionarnos con el Dios tierno, clemente y misericordioso. Es la revolución de la ternura.

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      12 de febrero

      Debemos ir más lejos: no se trata solamente de dejar los ídolos que reconocemos como tales, sino de descubrir un nuevo rostro en el Dios

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