El misterio en lo cotidiano. Xavier Quinzà Lleó
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26 de mayo
«¡Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer! Con la vergüenza del hombre que se hizo patrón del mal; con la vergüenza del hombre que, pensando ser dios, ha sacrificado a sí mismo y a sus hermanos. ¡Nunca más, nunca más!». «Comprendo lo que ustedes están diciendo, el mensaje que me están dando. No dejen nunca que el pasado les determine la vida. Miren siempre adelante. Trabajen y luchen por lograr las cosas que ustedes quieren. Pero sepan una cosa, que la violencia no se vence con la violencia. La violencia se vence con la paz. Con la paz, con el trabajo, con la dignidad de llevar la patria adelante. Muchas gracias por haberme recibido. Y pido a Dios que los bendiga. Y a ustedes les pido que recen por mí. Muchas gracias» (Francisco a los niños de Dheisheh, Aida y Beit Jibrin, en el Phoenix Center).
10 de junio
Pentecostés nos llama a encontrar otro impulso desde donde brota la energía psíquica y espiritual. Un espíritu que está dormido, porque ni siquiera pensamos que lo tenemos, que somos... Nos sentimos con facilidad cuerpo vivo, organismo que palpita, corazón que late, sangre que circula, músculos y órganos que están vivos. Nos sentimos y nos sabemos sensibilidad y también razón: mente que deduce e investiga. Pero en esa conciencia corporal y mental de nuestro yo... ¡ahí es donde también late el Espíritu!
20 de junio
Cuando nos aprestamos a contemplar el derroche del amor de Dios, lo que nos brota del corazón es: «¡No era para tanto!». El modo en que los creyentes mostramos la salvación que se nos regala responde a una desmesura: «¡Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su único Hijo...!» (Jn 3,16). Ese «tanto, tanto, tanto amor...» que es el modo de acercarse Dios a nosotros, haciéndose uno de nosotros, naturalizándose un hombre cualquiera, ya de por sí es algo que espanta. O es un escándalo o una locura. No caben términos medios.
26 de junio
Gracias por el amor inmerecido, por la fuerza que me despierta la audacia de saberme deseado por ti. Gracias por la energía y vitalidad que me hace capaz de vivir el corazón del deseo, la frontera de mi arcilla. Gracias por la fuerza del amor que me hace vencer el grito de la vergüenza y la culpa, de la ambición y la muerte, para hacerme libre y hermano en la comunidad del corazón. Gracias por la fragilidad de mi corazón sangrante, por el celo de tu amor, que me rompe de ganas de tu presencia invasora. Gracias por tu deseo grande y por la invasión de tu desmesura... Gracias, gracias, gracias...
13 de julio
Nuestras vidas están en el caos no de forma ocasional, sino permanente. De modo que en esos momentos en que sentimos que estamos a punto de perder pie, en medio de lo caótico de nuestra vida, debemos tranquilizarnos. Ya estamos en medio del caos, y ahí hay que buscar las dinámicas que nos ayuden a recuperar la armonía.
16 de julio
No se puede buscar a Dios al margen de la realidad que somos, porque la gracia de Dios, es decir, su presencia recreadora en nosotros, no es un ámbito exclusivo de la interioridad, sino de toda la realidad en la que vivimos. Somos «gracia de Dios» en todo y por todo lo creado, de lo que formamos parte.
17 de julio
Amar significa ser fiel, guardar tu palabra, mantener una relación sin volverte atrás o alejarte de ella; y amar significa también respetar plenamente al otro sin violar su libertad, bendiciéndole y ayudándole a crecer según su propio modo de ser. Cuando hacemos esas cosas, a veces nos sentimos fríos, pero el amor, como sabemos, no es cuestión de sentimientos, sino de fidelidad. (Desde México y recién llegado. ¡Hay tantas semillas del Verbo por doquier! ¡Qué pena que nuestros ojos no siempre estén despiertos!)
23 de julio
Vivimos en la certeza interior de que el mundo está lleno de la presencia de Dios, partimos de esa experiencia central: el mundo está lleno de la presencia «activa» de Dios. Esta pasión por un Dios mundano nos hace descubrir un Dios que es el corazón del mundo. Un Dios que nos sumerge en la realidad y nos mueve desde su incandescencia, nos abraza en su misma intimidad. Dios, Roca y Norte, Principio unificador de todo, que convierte en posibilidad lo que parece una amenaza. Dios Amor, fuente de libertad.
26 de julio
Hay cosas que son de pensar o de decir. Hay cosas que tenemos que razonar o describir. Incluso necesitamos acceder a ellas a base de explorarlas y diseccionarlas... Pero hay un misterio que siempre está ahí. Es una Presencia que no podemos pensar o decir, sino que solo podemos ir hacia ella, atravesar la puerta desconocida: entrar. O, en todo caso, que debemos dejarnos empapar de su luz, de su calor, como si estuviéramos tomando el sol.
27 de julio
Lo fascinante del misterio de Dios es que su presencia está siempre ahí. Delante de nuestros ojos asombrados, al otro lado, en ese horizonte que nos abarca y nos incita, aunque siempre nos rehúye. Pero que está siempre en y con nosotros... (Desde un cierto sentimiento de orfandad por la noticia de la partida de mi tía Maruja al corazón del Padre.)
31 de julio
Los creyentes viejos, o vivimos de otra manera la novedad del anuncio del Señor, o lo envejecemos, lo hacemos inservible para los que nos sucedan. Debemos renovar la experiencia del Dios de Jesús, dejar que su favor flexibilice nuestro corazón y nos convierta de huesos secos en un verdadero ejército, que, puesto en pie, salude al nuevo día y se apreste para el combate de la fe, que es la que ha vencido al mundo antes, ahora y en todos los tiempos.
4 de agosto
El viaje hacia el interior es el viaje más desconocido y extraordinario. Hay etapas que nos ayudan a ir profundizando y explorando el corazón. El interior es una metáfora de lo que somos, de lo que hemos vivido, de los múltiples caminos que nos habitan. Por eso es siempre un ejercicio de extrañamiento, el itinerario de un exilio. Los pequeños del Evangelio son los que han hecho la experiencia de la periferia, los que han sido expulsados del centro, los que no encuentran su lugar en una cultura de la satisfacción y del mercantilismo del deseo. El místico ha sido frecuentemente un marginal, no porque se separe del mundo ni de los otros, sino porque su corazón es el campo de un destierro y le habita una conciencia