La grieta desnuda. El macrismo y su época. Martín Rodriguez

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La grieta desnuda. El macrismo y su época - Martín Rodriguez Coyuntura

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sociales pero a los que, a su vez, contenía por derecha vía mantenimiento de privilegios sindicales y obras sociales. Fue esa conducción y el poder del Estado lo que generó la ilusión de un poder peronista incólume tras el 2001.

      El 54% de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones celebradas en 2011 –un año después de la muerte de Néstor– no solo creó al “cristinismo” como un movimiento político autónomo. También inició de manera sistemática un proceso latente y siempre con riesgos de fractura entre peronismo y progresismo. Esto fue evidente en 2012, durante el lanzamiento de la corriente “Unidos y Organizados”, que pretendía promover la organización de la militancia menos “pejotista”, que fungiera como “actualización doctrinaria” a la vez que como superación. El resultado es paradójico: si bien Cristina siempre arrastró personalmente un gran caudal de votos, esos votos también siempre resultaron intransferibles a figuras de su entorno más ideológicamente “puro”. En 2013, esto significó que Martín Insaurralde asumiera la candidatura a diputado nacional por el kirchnerismo. El intendente de Lomas de Zamora no sólo espejaba el estilo de Massa, sino que reflejaba una de las versiones de ese PJ bonaerense. Tal vez esto tenga una explicación más simple: en el destrato en la intimidad de Olivos y en su sustancia ideológica más pragmática, los políticos del PJ se forjan un poco más de cara a los medios y la sociedad que los militantes, tradicionalmente apegados a las audiencias propias. Y a la vez, esa militancia, encantada por el rictus ideológico kirchnerista, cultivadora de una práctica militante disciplinada, vivía pendiente más de “hablarle a Cristina” que de “hablarle a la sociedad”. Se lo puede ver incluso en el desempeño retórico de la misma dirigencia. Se suele decir que Máximo es el que mejor habla en el arco de la militancia juvenil. Tal vez además, ese lucimiento refleje una libertad: es el dirigente juvenil que no le habla a Máximo.

      El intento fallido quebró la unidad, pero la duplicación de funciones fue su única “victoria”: dejó a todos malheridos, pero no logró trascender en un modelo político alternativo. Esa coexistencia tensa quedó expresada en la extravagante fórmula Scioli-Zaninni, que operó el milagro de dejar a todos disconformes a la vez. La fórmula más malquerida de la historia del peronismo desde Luder-Bittel.

      El nuevo poder avanzaba con temas de agenda propia que, sin embargo, no lograban sintonizar como antes con la agenda social argentina mayoritaria. El 7-D (pensado en torno a la lucha contra el multimedios Clarín), la “democratización de la Justicia” o el “Acuerdo con Irán” no lograban emparentar en la preocupación pública con la inflación desbordada y las denuncias de corrupción que el periodista Jorge Lanata –otrora progresista y ya entonces furibundo antikirchnerista, de denunciador de Papel Prensa a alfil del grupo–, lograba espectacularizar en horario prime time en Canal 13. Son los años de reactivación de las plazas militantes del antikirchnerismo de masas, del auge tanto en los cacerolazos públicos como en la militancia en redes sociales. Desde 2008 no se veían tantas manifestaciones masivas del espacio opositor. En lo que refiere a Cambiemos, la Plaza, paradójicamente considerada inmanentemente de izquierda o peronista, siempre estuvo antes que el Partido.

      La división del universo peronista tendría su corolario en la conformación de las listas para las elecciones legislativas del 2013, en donde un amplio arco de intendentes kirchneristas se rebeló y armó su propia opción electoral, detrás de la candidatura de Sergio Massa. Incluso hoy, veteranos de aquella fragua aseguran que “de vivir Néstor Kirchner, todos hubiésemos sido candidatos del Frente para la Victoria”, asumiendo que el ex presidente hubiese podido contener a sus propios ahijados políticos. El 2015 asomó con la candidatura a regañadientes de Daniel Scioli, y era notorio para todos que el peronismo estaba dividido en realidad, al menos, en tres: los restos del PJ oficial con Scioli, el cristinismo atrás del liderazgo de su Jefa, y el massismo. La atomización definitiva del universo peronista era ya un hecho irreversible.

      En la descripción de un ex ministro cercano a la ex presidenta se articulaba una “explicación” de estas fallas: era una líder de referencia y no una conductora. Estas consideraciones en off se alimentaban sobre algo inexplicable para la cultura peronista: los largos silencios, los vacíos, los tiempos “sin órdenes”. De modo que también esta intermitencia hacía lo suyo en medio de tensiones internas inocultables. Llegaba la decisión pero había que acomodar los melones sin tiempo.

      Como en la Ciudad de Buenos Aires años antes, el macrismo accionó un proceso inverso, definiendo de una vez por todas en ese 2015 la opción estratégica que tenía in pectore desde el 2009. La alianza Cambiemos, resistida por el duranbarbismo, es la clave de la presidencia de Mauricio Macri. En Gualeguaychú, Macri ordena el problema radical, le da cauce. Define “dónde ponerlos”, tal y como había logrado Néstor Kirchner años antes con los peronistas. Con ello, no sólo quitó de en medio el último obstáculo “sistémico” a su Presidencia, sino que además logró amalgamar como una fuerza centrípeta a todo el colectivo político opositor, volviendo a ordenar en un cuadrante peronista/antiperonista al sistema político argentino.

      El día que Néstor Kirchner murió, un peronismo en crisis desde el 2001 tuvo que mirarse finalmente al espejo de su propia orfandad. Ya nadie deseaba conducirlo, porque todos deseaban vencerlo. Quizás también Cristina. Por eso, años después encontraría en Mauricio Macri y su Cambiemos el más formidable desafío político.

      1- Nixon es una película estadounidense de 1995, dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Anthony Hopkins. El film relata la vida del 37° presidente de Estados Unidos, que gobernó el país entre el 20 de enero de 1969 y el 9 de agosto de 1974. Fue el único presidente de Estados Unidos que dimitió del cargo. Renunció arrastrado por el escándalo del Watergate.

      2- Esta frase procede de un texto escrito por Walter Benjamin en 1940, aunque publicado de forma póstuma como Tesis sobre la historia y otros fragmentos (varias ediciones).

      3- Nombre de la fortaleza y reino del legendario Rey Arturo, desde donde libró muchas de las batallas que forjaron su vida.

      4- Discurso del fundador de Apple durante la ceremonia de graduación en la Universidad de Stanford. El video se puede ver en: https://news.stanford.edu/news/2005/june15/jobs-061505.html

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